Contacto en Helsinki, furia en Washington
En su primer mano a mano, el presidente norteamericano dijo que su par ruso negó en términos muy “contundentes” que haya habido injerencia del Kremlin en la última campaña; fuertes críticas
Los más suaves hablaron de una cumbre “vergonzosa”; los que fueron más allá denunciaron una “traición”. La esperada cumbre entre el presidente norteamericano, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin, desató una ola de furia en Washington. Ante la atenta mirada del líder del Kremlin, el jefe de la Casa Blanca desautorizó a sus servicios de inteligencia en la investigación sobre la injerencia rusa en la última campaña electoral.
PARÍS.– Por primera vez en la historia de Estados Unidos el presidente desautorizó ayer a los servicios de inteligencia y al Departamento de Justicia de su país cuando Donald Trump, junto al líder ruso Vladimir Putin, se negó a admitir que Rusia intervino en las elecciones presidenciales que lo llevaron al poder hace 18 meses.
La investigación del Departamento de Justicia sobre esa injerencia “es un desastre para nuestro país”, declaró Trump en la breve conferencia de prensa ofrecida junto al presidente ruso, al término de la cumbre celebrada en el palacio presidencial de Helsinki, que muchos definieron como “la cumbre de la capitulación”.
Provocando estupor e indignación en su propio país y desconcierto entre sus aliados, el jefe de la Casa Blanca rehusó decir si creía en las agencias de seguridad de su país o en las desmentidas de Putin, y argumentó que no veía ninguna razón para que Rusia quisiera interferir en esos comicios.
Trump explicó que durante las 2 horas y 10 minutos que duró el diálogo a puertas cerradas (40 minutos más de lo que estaba inicialmente previsto) ambos líderes consagraron “mucho tiempo” a discutir el tema de la injerencia rusa en la elección de 2016. Al término de ese intercambio, Putin negó en términos “muy firmes y contundentes” que el Kremlin hubiera intervenido, dijo el presidente Trump.
“Rusia jamás interfirió y nunca va a interferir en los asuntos internos de Estados Unidos”, afirmó a la prensa.
“Incluso me acaba de hacer un ofrecimiento increíble: que las agencias de inteligencia rusas trabajen con sus homólogas norteamericanas en este caso”, explicó Trump con entusiasmo.
Las reacciones de expertos y exdirigentes norteamericanos no se hicieron esperar:
“La presentación de la rueda de prensa de Donald Trump en Helsinki supera y excede el umbral de ‘crímenes y delitos graves’. No fue otra cosa que una traición. No solo fueron imbéciles sus comentarios, sino que está totalmente en el bolsillo de Putin”, escribió en un tuit el exdirector de la CIA John O. Brennan.
El director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, emitió un comunicado en el que sostuvo que la comunidad de inteligencia había sido clara respecto de los “continuos e invasivos intentos” de Rusia de socavar la democracia estadounidense.
“Esta ha sido la cumbre de la capitulación” de un presidente de Estados Unidos ante un líder ruso, afirmó por su parte el presentador de la cadena de televisión CNN John King.
El presidente norteamericano y su par ruso negaron igualmente la existencia de una presunta “colusión” entre la campaña de Trump y Moscú para obtener la derrota de Hillary Clinton. Putin desmintió además que Rusia tuviera elementos comprometedores sobre Trump obtenidos en una visita que realizó a Moscú en 2013.
Trump sintetizó la cumbre diciendo que habían examinaron todos los puntos conflictivos que existían entre ambos países, aunque sin indicar con precisión los temas abordados. Antes de la reunión había calificado de “enemigos” a Rusia, a la Unión Europea y a China. Pero, fiel a sí mismo, inmediatamente después agregó que tenía “muchas cosas buenas para hablar” con Putin, en particular temas comerciales, militares, la proliferación nuclear y China”.
En una serie de tuits divulgados antes del encuentro, Trump también había responsabilizado a Estados Unidos, en lugar de a Rusia, por el enfriamiento de las relaciones entre ambos países. Al final de las conversaciones afirmó que las relaciones bilaterales “nunca habían sido peores que ahora”. Sin embargo, “eso cambió” gracias a la cumbre de Helsinki, sostuvo.
En la conferencia de prensa, Putin calificó la cumbre de “éxito”: Este encuentro permitirá superar la “etapa complicada” que atravesaron las relaciones bilaterales sin “ninguna razón sólida”. “La Guerra Fría es algo del pasado”, sentenció.
Los comentarios de Trump coincidieron con el argumento ruso que imputa el mal estado de las relaciones bilaterales al gobierno de Barack Obama y a la investigación sobre interferencia electoral en la campaña de 2016. En su cuenta oficial de Twitter, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso reprodujo un tuit de Trump que señala que las tensiones entre ambos países se habían agravado por “las locuras y la estupidez de Estados Unidos” y agregó: “Estamos de acuerdo”.
Desde el comienzo de la cumbre, según diplomáticos occidentales en Helsinki, Putin se impuso psicológicamente al llegar a la reunión, como es su costumbre, con un retraso de una hora, obligando a Trump –también famoso por su impuntualidad– a esperarlo.