PODRÍA SER SU TUMBA UN SARCÓFAGO MILENARIO
Fue encontrado durante una construcción; expertos creen que podría ser la tumba del rey de Macedonia
A principios de este mes, en la ciudad portuaria de Alejandría, en el norte de Egipto, un grupo de arqueólogos dio con un hallazgo que podría convertirse en el mayor descubrimiento de todos los tiempos. ¿De qué se trata? De un gran sarcófago de granito negro que podría ser la tumba de Alejandro III, más conocido como Alejandro Magno, rey de Macedonia desde 336 antes de Cristo y hasta su muerte en 323 a.C.
Con casi dos metros de altura y tres metros de longitud, es el sarcófago más grande de su tipo y se descubrió intacto, junto a una gran cabeza de alabastro que se creía representaba al habitante de la tumba, según lo publicado por el diario The Guardian.
El sarcófago, que se estima pesa unas 30 toneladas, fue encontrado durante las obras de una construcción civil.
Hoy es una fuente de gran interés para los investigadores, porque una capa de mortero entre el cuerpo y la tapa indicaría que su contenido no fue alterado desde el momento del entierro, que se cree ocurrió durante el período Ptolemaico temprano, que comenzó justo después de la muerte de Alejandro Magno, víctima de malaria a los 32 años.
Su reinado se extendió de Grecia a Egipto, donde fundó la ciudad de Alejandría. De las 70 ciudades que creó, 50 llevaron su nombre.
Cabeza de alabastro
“Esperamos que pueda pertenecer a uno de los altos dignatarios del período”, dijo Ayman Ashmawy, jefe de artefactos del Ministerio de Antigüedades de Egipto al referirse al hallazgo arqueológico.
“La cabeza de alabastro es probablemente la de un noble de Alejandría. Al abrirlo, esperamos encontrar objetos dentro intactos, lo que nos ayudará a identificar a esta persona y su posición”, agregó.
No será fácil cumplir con el objetivo: “Es arriesgado abrirlo directamente, tenemos que prepararnos”, dijo Ashmawy respecto de los cuidados que deberán tomar para no alterar el sarcófago. “Es difícil moverlo intacto y abrirlo en un museo”, indicó al admitir que podría ser en el mismo sitio en el que fue hallado. “Está a cinco metros bajo tierra y pesa más de 30 toneladas. Solo la tapa son 15 toneladas”, precisó.
Las próximas semanas serán cruciales: un equipo de ingenieros visitará el lugar para proporcionar equipos de levantamiento pesado y soportes estructurales que permitan a los arqueólogos quitar la tapa.
Una vez dentro, los especialistas en momificación y restauración estarán a su disposición para garantizar que se conserven los contenidos, que serán en ese momento expuestos por primera vez en milenios.