Corrientes, más amigable para caminar
Ensancharon las veredas entre el Obelisco y Florida.
Corren en círculo, saltan. Se escabullen entre las piernas de sus padres y se ríen a carcajadas. Sofía y Bianca juegan en la puerta del Teatro Ópera, entremedio de la gente que camina por la avenida Corrientes, que luce renovada con sus flamantes veredas de siete metros de ancho. “Hacía mucho que no veníamos, y es increíble que en vacaciones de invierno se pueda caminar por acá sin chocarse con la gente”, celebra Natalia Delfino, que está de paseo y vino con sus dos hijas al teatro.
La primera etapa del proyecto Corrientes Peatonal concluyó y el tramo que va desde Carlos Pellegrini hasta Florida fue inaugurado ayer por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El objetivo es fomentar el paseo peatonal nocturno en una de las avenidas porteñas más transitadas, donde según un relevamiento oficial se concentran más de 200 salas teatrales, 62 librerías, 48 agencias de viajes, 37 hoteles y unos 300 locales gastronómicos.
“Estamos satisfechos. Cumplimos con lo que habíamos prometido de tener habilitada la primera etapa para las vacaciones de invierno. El año pasado para esta misma época era común ver gente caminando por la calle. Ya no sucede, y el tránsito está respondiendo bien en plena hora pico”, dice Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
Ya no hay vallas ni grúas. Los trabajos incluyeron la reducción de los carriles vehiculares de seis a cuatro, la ampliación de las veredas en 2,80 metros por lado; la creación de dársenas para carga, descarga y vehículos de caudales; la nivelación de cruces transversales, el soterrado de cables, y la ejecución de rampas y pluviales. “Con las veredas más anchas ganamos espacio y comodidad. Un día como hoy en vacaciones de invierno, la gente se te metía adentro del quiosco porque era casi imposible circular –dice Brian Bentancort, que trabaja desde hace siete años en el puesto de diarios de Corrientes y Esmeralda–. Pero van a tener que corregir algunas cosas, como por ejemplo que cuando llueve el agua no desagota bien y se inunda en algunos sectores”.
Según respondió Macchiavelli, la avenida Corrientes tenía un sistema de canaleta extendida que iba de calle a calle y con la obra de remodelación se cambió por un nuevo sistema de escurrimiento. “La vieja canaleta generaba olor, entre otras complicaciones. Decidimos reemplazarla por un sistema de rejillas cada cierta cantidad de metros, que es mucho más amigable y funciona mejor. En una cuadra es cierto que hubo que ampliar el diámetro de un caño que desemboca en la calle, pero ya estamos terminando de modificar lo que hace falta. Como en toda obra nueva, cuando
se pone en práctica hay ciertos detalles que ajustar”, reconoce.
Entre otras quejas, los empleados del estacionamiento Plaza Valet Parking confiaron a la nacion que la empresa debió realizar varias denuncias para que atendieran algunos problemas de filtraciones en el subsuelo del garaje, que empezaron luego de concluido el ensanchamiento de la vereda. Y Ramón Peralta, que hace dos años trabaja como vendedor en la librería Distal, en Corrientes y Suipacha, no está de acuerdo con la disposición de los contenedores de basura. “Deberían haberlo planificado mejor. En nuestro caso están justo en la puerta del local y el olor es constante”, se queja.
Desaliento del auto
La iniciativa, basada en distintos modelos internacionales, se inscribe dentro del plan de ordenamiento del espacio público y desaliento del uso de autos particulares, que desde la gestión de Rodríguez Larreta buscan alinear a otras reformas aplicadas en el microcentro, en las estaciones de Retiro y Once, y en la zona de Tribunales. “Me parece bien. Es una tendencia que se da en otras ciudades del mundo, aunque este tipo de obras deben estar acompañadas de un transporte público eficiente”, opina Horacio Meller, que tiene su consultorio médico sobre la calle Esmeralda.
Para Rodrigo González, que trabaja en la Galería Porteña desde hace casi diez años, en Corrientes y Suipacha, los trabajos de esta primera etapa fueron un dolor de cabeza. “Estuvimos sin luz, sin teléfono durante 25 días y llenos de polvo mientras duró la obra. Por suerte ya terminó todo; ahora veremos cómo funciona. La idea de restringir la entrada de autos me parece excelente, pero también creo que deberían poner en valor algunos edificios históricos”, propone.
La segunda etapa, cuya finalización está prevista para mayo de 2019, modificará el tramo que va desde Cerrito hasta Callao, y sumará la transformación nocturna de dos carriles vehiculares en superficie peatonal. Los cinco carriles actuales se reducirán a cuatro; sobre la mano izquierda de todo ese trayecto (siempre en sentido de la circulación del tránsito) habrá dos carriles para vehículos particulares, que podrán circular hasta las 19. A partir de esa hora y hasta las 2 de la madrugada, se transformarán en zona para caminar. Mientras tanto, el transporte público –colectivos y taxis– se limitará a los dos carriles de la derecha, habilitados durante las 24 horas. Un bulevar verde delimitará la división y se nivelarán los cruces transversales.
“Creemos que lo mejor que nos puede pasar es que nos adaptemos a un uso del espacio público en el que cada vez más gente se traslade en transporte público o caminando –apunta Macchiavelli–. Esta obra ayudará mucho a la zona. Hemos tenido excelentes experiencias en otras áreas de la ciudad, donde se revitalizó el comercio y hasta aumentó la seguridad”.