DE LOS LECTORES
Cartas & mails
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Yo apuesto
Mientras hago zapping por los canales de noticias que hablan de la inflación, el desempleo, los aportes truchos, el estancamiento económico... miro el local que abrí hace tres meses y me pregunto por qué no habré comprado Lebac. En ese período contraté a una persona, pero debí despedirla. Cada día me levanto a las 6 y abro mi local hasta las 20. Llego a mi casa preguntándome por qué no compré Lebac o dólares o cualquier instrumento financiero libre de angustias. Cada día me recuerdo por qué lo hice: porque creo en usted, señor Presidente, porque no quiero pensar que estamos condenados al fracaso, porque todavía creo que usted y su equipo quieren hacer las cosas bien y que lograrán hacerlo. La realidad me golpea todos los días, pero sigo persistiendo. Dios quiera que a usted le vaya bien, para que nos vaya bien, a mí y a tantos que apostamos no a la timba, sino al trabajo. Catalina Uriburu Quiroga DNI 27.940.246
Barenboim
Me gusta la música de Liszt. Y la de Wagner. Me gusta la música de Barenboim. No sus ideas. Todos tenemos derecho a pensar como nos plazca. Pero hay personalidades tan relevantes que deberían tener el tino de pensar antes de hablar públicamente. El talento musical de Barenboim lo ubica en un lugar de gran responsabilidad. No puede decir cualquier cosa. Nos avergonzamos de mojar la cama, de que nos vean desnudos, de que seamos descubiertos en alguna circunstancia íntima y privada. No nos avergonzamos de un gobierno. Nos oponemos a él, lo criticamos y/o hacemos algo para cambiarlo. En especial, y no es un aspecto menor, tratándose de Israel, este judío del mundo que, haga lo que haga, es culpable solo por el pecado de ser. A pesar de su berrinchosa, irresponsable, efectista, sesgada y provocativa declaración de vergüenza, seguiré disfrutando de su música así como siempre hice con la de Liszt y Wagner.
Lic. Diana Wang Presidenta de Generaciones de la Shoá
DNI 10.134.355
Ciberdefensa
Tierra, mar, aire y espacio exterior habían sido los dominios tradicionales de desarrollo de los conflictos entre Estados naciones. A ellos se les ha sumado, recientemente, un quinto dominio, el ciberespacio. La disponibilidad de este nuevo ámbito de beligerancia provocó que la ciberdefensa haya devenido en el más relevante capítulo de la defensa nacional. Ante el traslado de parte de las operaciones militares al quinto dominio se evidencia un factor crítico de éxito esencial: la necesidad de recursos humanos de “clase mundial”. La asimetría de la ciberdefensa privilegia el contar con un pequeño equipo de cibersoldados de muy alto nivel respecto de, por ejemplo, la disponibilidad de baterías de supercomputadoras. La oportunidad para posicionarse con ventajas en ciberdefensa es casi evidente: la existencia de recursos humanos con aptitudes como para ser formados seriamente en esa especialidad es una “bendición” que la Argentina no debería descartar. Esto ya ha sido comprobado, al menos parcialmente. Contar con una suerte de Instituto Balseiro de la ciberdefensa es posible y todo parece indicar que también es claramente necesario.
Roberto Uzal
Director de la maestría en Ciberdefensa y Ciberseguridad (UBA)
DNI 4.430.784
Jugarse por la verdad
Le ruego al lector su empatía para escuchar, trascendiendo prejuicios. Y le pregunto: si hubiese estado desde hace 40 años cumpliendo su deber como soldado y en el presente lo culparan arbitrariamente de un acto indigno, incompatible con su honesta vocación de servicio, ¿cómo se sentiría? ¿Y si solo por haber vivido los años 70 en la Argentina le adjudicasen el título falaz de genocida y torturador, sin poder dar a conocer su situación personal de inocencia y privado de su libertad ? Hoy son muchos los soldados
subordinados acusados falsamente dentro de los mal llamados juicios de lesa humanidad que no pueden apelar a la voz de la Justicia porque son condenados de antemano, sin que nadie se inmute.
De una vez por todas, nuestro país debe ser transparente y jugarse por la verdad.
Isabel Saravia
isabel.saravia@gmail.com
Por más cámaras
El jefe de gobierno porteño sigue instalando en los barrios macetones en la acera, cuyo mantenimiento implica despilfarrar lo recaudado por el ABL, que aumenta año tras año con la anuencia de una Legislatura complaciente, que dicho sea de paso aprovecha para actualizar sus sueldos. Estos macetones han sido colocados para impedir estacionar en lugares habilitados. A este dislate se suman los estacionamientos para bicicletas, como el que hay en Castro y Agrelo. Lo invertido allí podría haberse destinado a reforzar la iluminación y las cámaras de vigilancia. Hace unos días fue asaltado y herido de gravedad el economista y exfuncionario Daniel Marx en una zona muy transitada de la ciudad, por falta de iluminación y de cámaras y poca presencia policial. He solicitado reiteradas veces cámaras de vigilancia en la calle Valle y el pasaje Videla, en Caballito, pero afirman que “no hay presupuesto ni partidas”. En Caballito las cámaras del GCBA brillan por su ausencia.
Juan José Varrone juanjose1936@gmail.com
Mayoría de honestos
Fui al Teatro Astral a ver
El violinista en el tejado, excelente espectáculo. Un acomodador nos llevó a nuestros asientos y le di una propina. Unos minutos después se acercó para devolverme el billete que le había dado, porque consideraba que me había equivocado: en la oscuridad le había entregado uno de 500 pesos. Este gesto me reconfirma que la mayoría de nuestra gente es muy honesta. Los otros, la minoría, hacen más ruido. Cuando terminó la obra, lo fui a buscar, pero me dijeron que ya se había retirado. La gente del teatro me informó que su nombre es Baldomero Gómez. Le reitero el agradecimiento por este medio.
Romelio D. Fernández Rouyet romelio@fernandezrouyet.com.ar
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