LA NACION

El ejecutivo que pasó de las pistas de La Hoya al calabozo

De Goycoechea había sido echado de Isolux, que dejó sin terminar una usina termoeléct­rica en Río Turbio; Cristina Kirchner la había inaugurado en 2015

- Mariela Arias Con la colaboraci­ón Gabriela Origlia, correspons­al en Córdoba Pablo

RIO GALLEGOS.– Juan Carlos de Goycoechea se veía nervioso, revolvía el café con fuerza en el hall de un hotel céntrico de esta ciudad. Con el seño fruncido desprotica­ba contra un artículo de la nacion que revelaba irregulari­dades en la usina termoeléct­rica que Isolux Corsán construía en Río Turbio. Pasaron seis años desde entonces, ya no es CEO de Isolux, desde ayer está detenido, y la usina nunca se terminó.

De Goycoechea, de 53 años, abogado y docente universita­rio, fue uno de los últimos en entregarse ante el juez federal Claudio Bonadio en el caso de los cuadernos de la corrupción. Casado con María Rosa Cavallo, oriunda de Esquel, allí se encontraba junto a su familia cuando su nombre trascendió en la lista de empresario­s involucrad­os en la causa.

Al no ser encontrado en sus domicilios de Córdoba, avisó que estaba esquiando y se presentarí­a en Comodoro Py en las próximas horas. Estaba en las pistas de La Hoya, el centro de esquí de Chubut. Allí analizó si entregarse y quedar detenido en algún dudoso calabozo de las comisarías de Esquel, o organizar su viaje, por tierra, hasta Buenos Aires. Temía que si lo hacía en avión, podía quedar detenido en el aeropuerto.

Pero no solo llegó tarde a Comodoro Py, también faltó a dar clases en la cátedra de la Universida­d Nacional de Córdoba y sus alumnos lo publicaron en las redes sociales. El abogado integra el plantel de la Facultad de Derecho, según publico La Voz del Interior. En la Universida­d analizaban ayer su situación, ya que la normativa interna indica que si un docente está detenido debe ser suspendido del cargo, confirmaro­n fuentes de la entidad a la nacion.

Según sus datos oficiales, es socio del estudio de abogados “De Biasi, Castellano­s y De Goycoechea”, ubicado en pleno centro de la capital cordobesa, y según publicita en su página web, tiene entre sus clientes reconocido­s bancos y firmas españolas entre ellas figura Isolux Corsán, de la cual fue primero asesor externo y luego presidente en Argentina hasta ser nombrado como director regional para Latinoamér­ica.

Con la firma, ganaron la licitación para construir la Central Termoeléct­rica a carbón en Río Turbio en la que el estado nacional destino cerca de

$2850millon­esyunos$4000millon­es en la extensión del interconec­tado.

“Tras la fallida inauguraci­ón de Cristina Kirchner en 2015, apenas estuvo unos días encendida y ya no funcionó mas”, detalló a la nacion, Omar Zeidán, actual intervento­r de Yacimiento­s Carbonífer­os Fiscales quien tuvo a su cargo realizar las auditorías internas de YCRT y de la central. “Nunca la terminaron, se convirtió en un monumento a la corrupción”, detalla Zeidán, cuyas denuncias por corrupción dejaron a Julio De Vido en la cárcel. El gobierno nacional aún debería invertir

US$250 millones para terminarla. En marzo de 2017 Isolux Corsán despidió a la cúpula directiva del grupo en Argentina, incluido a De Goycoechea, tras detectar irregulari­dades en la gestión y la posible comisión del delito de malversaci­ón de fondos. Amigos cercanos a De Goycochea explicaron ayer que la empresa le jugó una mala pasada, y le habría armado una causa para no pagarle las comisiones adeudadas. En marzo de este año, el gobierno nacional rescindió el contrato de la obra con Isolux. La usina ahora está en la órbita de Energía, parada, sin terminar y con custodia en la puerta.

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H. córdoba Se deben invertir $250 millones para terminar la obra

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