La caja. El recorrido, siempre bajo supervisión
Según relató Oscar Centeno en sus anotaciones cuasi obsesivas, los movimientos de Roberto Baratta y sus colaboradores eran ordenados y controlados siempre por Néstor Kirchner. A veces, el secretario privado del expresidente, Daniel Muñoz, hacía llamadas a Baratta, en medio de los recorridos, para chequear que los recorridos siguieran el curso pautado.
En febrero de 2010, el expresidente debió ser operado de urgencia por una obstrucción en la carótida derecha y estuvo internado en terapia intensiva. Apenas una semana después de la intervención, Kirchner ya recibía nuevamente los bolsos en Olivos, uno con 900.000 dólares. Durante los meses previos a su muerte, tanto al departamento de Uruguay y Juncal como a la quinta de Olivos, se entregaron bolsos de dinero “pesados”, incluso más que los de épocas anteriores. Durante octubre de 2010, la empresa Electroingeniería, de las más fortalecidas durante la década del gobierno kirchnerista, entregó altas cifras de dinero. Según Centeno, en una de las entregas que hizo Jorge Neyra, vicepresidente de Electroingeniería, a Baratta, se pagaron 3.500.000 dólares “en carácter de devolución o retorno de las obras públicas”.
Kirchner recibía en la residencia presidencial a Baratta y a su secretario Nelson Lazarte y “les daba órdenes”. Los martes se reunían para delinear los recorridos para luego pasar a “la recaudación de los miércoles” y los viernes se jugaba al fútbol en Olivos. Durante ese período fueron frecuentes las reuniones entre Baratta, Lazarte, Santiago De Vido y el empresario Carlos Mundín, de la empresa BTU, quien también quedó detenido esta semana. Se encontraban en el restaurante Croque Madame, de la Avenida del Libertador, con “el visto bueno del Dr. Néstor Kirchner”, según registró Centeno.
“[baratta] fue a reunirse con Néstor Kirchner a recibir las órdenes para las nuevas recorridas de recolección de dinero de las obras públicas”