Carlos Wagner. Los millones de dólares de la construcción
22 DE SEPTIEMBRE DE 2010. Carlos Wagner entregó más de 3 millones de dólares, según escribió Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta. El conductor del Toyota Corolla detalló que, tras retirar en diferentes lugares un bolso con
US$800.000 y otro con US$ 1,5 millones, fueron hasta el departamento de su jefe para repartir la “comisión” que le correspondía a Baratta, Hernán Gómez, Walter Fagyas, Ezequiel García y el propio Julio De Vido. Pero faltaba un bolso más que el propio extitular de la Cámara Argentina de la Construcción llevó. “Llegó a las
18.05 en un Honda Accord con otras dos personas. Nelson le indicó la dirección. Llevaban también un bolso con dinero, aproximadamente, 1.000.000 [un millón de dólares]. Al término de media hora, Wagner se fue”, escribió Centeno. No sería la única vez que el nombre de Wagner, uno de los últimos detenidos, aparecería en los registros y siempre con bolsos con dinero en moneda norteamericana. Su presidencia al frente de las constructoras (entre 2004 y 2012) le permitió a su empresa, Esuco, conseguir suntuosos contratos de obra pública que sumaban más de 6900 millones de dólares. Esuco fue rankeada como la séptima más beneficiada por la adjudicación de contratos de obra pública en el año 2015, según datos del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido. A Wagner, la detención no lo tomó por sorpresa. Ya había estado en la mira de la Justicia por otros casos resonantes, como la ruta del dinero K, Odebrecht y los Panama Papers. A través de Esuco, formó parte de la reconstrucción del Centro Cultural Kirchner y la base china en Neuquén. Además, creó uniones transitorias con Iecsa, del primo de Mauricio Macri, y Austral Construcciones, de Lázaro Báez, para participar de la construcción de las represas Kirchner y Cepernic en Santa Cruz.