Javier Sánchez Caballero. Un aporte electoral
4 DE AGOSTO DE 2015. Era el martes previo a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que comenzarían a mostrar el fin del gobierno kirchnerista. Pero eso, tal vez, no lo sabía Javier Sánchez Caballero, en ese entonces CEO de IECSA, la empresa que pertenecía del primo de Mauricio Macri, que sería presidente 4 meses después. Por eso, el empresario preparó una bolsa con más de un millón de dólares que le entregaría a uno de los recaudadores de Roberto Baratta. “15.50. Lo llevo a Nelson Lazarte, secretario de Baratta al subsuelo del Hotel Hilton, que comparte estacionamiento con el edificio contiguo, donde nos esperaba el señor Sánchez Caballero y le entrega una bolsa que contenía 1.250.000 US$ (Un millón doscientos cincuenta mil dólares) y regresamos al Ministerio”, escribió en uno de los cuadernos Oscar Centeno, el ahora arrepentido que detalló la ruta del pago de coimas de contratistas de la obra durante el gobierno de los Kirchner. Así como detalló la marca favorita de helado del exministro de Planificación, Julio De Vido, Centeno agregó que el secretario de Baratta no solo le entregó la bolsa con el dinero de Sánchez Caballero, sino que hasta le rindió cuenta del ticket del estacionamiento donde se había hecho la recaudación. El hombre de 63 años, que previamente se desarrolló como ejecutivo de Sideco –el grupo del empresario Franco Macri– también fue nombrado en el pasado por arrepentidos del Lava Jato, en Brasil. En ese momento, se defendió en una entrevista con la nacion, donde aseguró: “Soy completamente ajeno a cualquier tipo de soborno”. El principio del fin de Sánchez Caballero llegó el año pasado cuando el primo de Mauricio Macri vendió Iecsa a Marcelo Mindlin, dueño de Edenor, quien lo desplazó y ubicó en ese lugar a uno de sus hermanos.