Abuelas de Plaza de Mayo recuperó al nieto número 128
Es hijo de Rosario del Carmen Ramos, secuestrada en 1976 en Tucumán
Abuelas de Plaza de Mayo recuperó a otro hijo de desaparecidos durante la última dictadura militar. Se llama Marcos y tiene
42 años. Es el hijo de Rosario del Carmen Ramos, secuestrada en
1976 en Tucumán cuando su hijo tenía cinco meses.
Según informaron, Rosario del Carmen Ramos nació el 6 de octubre de 1948 en El Diamante, Santiago del Estero. Tenía ocho hermanos y una hermana y su familia la llamaba Charo. Ya en Tucumán se casó con Ismael Amado Suleiman, con quien tuvo a sus dos primeros hijos: Ismael y Camilo.
La joven era una activa militante del PRT. Fue secuestrada a principios de 1976, mientras estaba embarazada, en un operativo realizado en la localidad de San José. La mantuvieron cautiva varias semanas hasta que fue liberada. Su tercer hijo, Marcos Eduardo Ramos, nació el 9 de junio de 1976.
En noviembre de 1976, fuerzas de seguridad secuestraron a Rosario del Carmen, que partió con destino desconocido en un Ford Falcon blanco. En ese momento, Camilo se encontraba al cuidado de su padre, pero Ismael y Marcos, que vivían con su madre, fueron llevados a una casa quinta ubicada en Tafí Viejo. Esa fue la última vez que Ismael vio a su hermano menor.
Luego de permanecer una semana allí, Ismael fue trasladado a otro domicilio en Tucumán, del que escapó muchas veces, hasta que en una ocasión logró ubicar a su tío paterno, quien dio aviso sobre su paradero al padre. Así lograron recuperarlo. Desde entonces sabe que tiene un hermano menor que fue secuestrado. Rosario continúa desaparecida.
Tras ser contactado por la Justicia, Marcos accedió voluntariamente a realizarse los exámenes de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, luego de que el juez ordenara tomar las respectivas muestras.
“Marcos es el segundo nieto restituido en esta provincia”, informó Abuelas. La asociación recordó que “las fosas comunes descubiertas e investigadas allí en las que se identificó a más de un centenar de desaparecidos y desaparecidas” retrotraen “la evidencia del horror”.