los riesgos de construir comunidades planificadas la decisión de Facebook y Google de crear “ciudades” para sus empleados en Silicon Valley genera controversias
En Estados Unidos, en Silicon Valley de California, entre Menlo Park y East Palo Alto, en un predio 238.765 metros cuadrados se levantaría Willow Village, una comunidad planificada por Facebook, el gigante de las redes sociales. Esta comunidad tendrá viviendas, oficinas, un supermercado, una farmacia y hasta un centro cultural. Según los especialistas este espacio lleva el legado de utópicas comunidades norteamericanas o las denominadas “ciudades de las compañías”, espacios residenciales construidos por las corporaciones para albergar y vigilar a los empleados.
Algo que no resulta extraño ya que la historia de Estados Unidos está llena de ciudades, concebidas y construidas para realizar visiones teológicas específicas, a veces vinculadas con la fe en el capitalismo y otras con el poder de la tecnología. Al igual que estas comunidades, Willow Village habla del deseo de sus fundadores de corregir los problemas sociales imaginarios mediante la reinvención de la vida social. Pero hay una mala noticia, las comunidades utópicas anteriores y las ciudades de las compañías fracasaron, ya sea por conflictos laborales o por falta de liderazgo. La gran pregunta es ¿pasará lo mismo? Y teniendo en cuenta las muchas controversias recientes que Facebook ha tenido con su red social, ¿queremos que también controlen nuestros entornos físicos?
Juan Salazar, un administrador de políticas públicas de Facebook, afirma que el objetivo de la empresa para Willow Village “es fortalecer a la comunidad: queremos una relación más permeable, donde nos involucremos más. Los parques, la tienda de comestibles, son lugares
Willow Village es una de las iniciativas impulsada por las empresas de tecnología
para reunirnos, para construir un sentido de lugar”. El comentario de Salazar implica que, sin la ingeniería empresarial, estos espacios para la comunidad no existirían por sí mismos, o al menos podrían mejorarse mediante la intervención corporativa.
El año pasado Facebook propuso a Willow Village como una remodelación del antiguo Parque de Ciencia y Tecnología Menlo. Inicialmente denominada “Willow Campus”, la comunidad de Facebook, que incluirá 1500 departamentos, es una respuesta al costo de vida exorbitante que tiene Silicon Valley. Allí el valor medio de la vivienda en la región metropolitana de San José en 2017 fue aproximadamente de US$ 1.28,300.
Willow Village es una de las tantas comunidades planificadas que las empresas de tecnología quieren construir para proporcionar viviendas, principalmente a sus propios empleados. Otra empresa interesada en construir su propio complejo mixto es Google . La empresa planea construir entre 5000 y 9850 casas en su terreno ubicado en Mountain View, cerca de Menlo Park. Esta comunidad incluirá tiendas minoristas y de entretenimientos. Pero las críticas a este tipo de proyectos se multiplican. El tradicional periódico The New York Times informó que la construcción de Willow Village probablemente desplazará a una comunidad mayoritariamente hispana, una de las más pobres de Silicon Valley.
Planes como Facebook y Google evocan ciudades y vecindarios construidos, por ejemplo, por el magnate del ferrocarril George Pullman o el magnate del chocolate Milton Hershey. Si bien las ciudades de “sin pobreza, sin molestias, sin maldad” se concibieron como comunidades “en palabras de Hershey, estas ciudades se caracterizaron por huelgas, fuerzas policiales privadas y enfrentamientos sangrientos entre los trabajadores y la administración. Historias similares se pueden contar de otras ciudades de la compañía, como Gary, Indiana o Lowell, Massachusetts.
Otro dato que preocupa es que Silicon Valley ha sido durante mucho tiempo hostil hacia el trabajo organizado. Esto lleva a la especulación que las nuevas comunidades de Google y Facebook puedan convertirse en aggiornadas versiones de las prácticas antilaborales que se utilizaban en las “ciudades de las compañías”, incluyendo la vigilancia digital y el control de los medios tecnológicos. Ese tipo de urbes nunca han estado a la altura de su misión de perfección social. Sin embargo, Facebook y Google, como muchas compañías de tecnología, dicen que su propósito es socialmente beneficioso. John Tenanes, vicepresidente de bienes raíces de Facebook, le dijo a The New York Times que los departamentos en Willow Village “son un punto de partida”. Y agregó: “Espero que podamos hacer más. Estamos solucionando un problema aquí”.lo cierto es que la mayoría de estas comunidades utópicas fallaron. Ya sea por disputas internas sobre la ortodoxia religiosa o el dinero, pocos lograron durar más de unos años. Las que sobrevivieron solo lo hicieron hasta la muerte de su fundador.