LA NACION

Campaña. Sin palos en la rueda, el maíz va por un nuevo récord

Los cambios económicos, sin ROE ni derechos de exportació­n, incentivar­on el uso de paquetes tecnológic­os de avanzada

- Alberto Morelli El autor es presidente de Maizar

En la campaña que está terminando se logró el récord de superficie sembrada con maíz desde 1940, y a pesar de haber sufrido una de las sequías más importante­s de los últimos 60 años, el rinde promedio esperado es superior a los obtenidos en las sequías de 2008/09 y 2011/12.

Esto se debe fundamenta­lmente a la decisión del productor de aplicar un paquete tecnológic­o de avanzada, que incluye el uso de híbridos de punta, fertilizac­ión adecuada y una correcta elección de los agroquímic­os para el combate de las malezas. Sin embargo, hay todavía bastante para avanzar en materia de innovación. Creemos que el objetivo de la próxima campaña seguirá siendo apostar a maximizar los rindes. De la mano de la tecnología, si las condicione­s climáticas y políticas acompañan, podremos ir hacia nuevos records en superficie, producción y exportacio­nes.

Durante años insistimos desde Maizar en que la eliminació­n de las retencione­s y los ROE se traduciría en un gran incremento del área sembrada y de la producción. En la campaña 2014/15, última en la que los seis cultivos extensivos principale­s se vieron afectados por el antiguo esquema regulatori­o, la proporción de gramíneas en la superficie agrícola era del 33% y el maíz y el sorgo aportaban solo el 14% del total. Dos años después, en la última campaña, las gramíneas cubrieron el 40% del área agrícola y el maíz y el sorgo conformaro­n el 20% del total, la mayor participac­ión en las últimas 18 campañas. Esto se traduce en una mayor fertilidad de los suelos y en una mayor cohesión de las partículas, que reduce la erosión hídrica y eólica.

El consumo mundial de maíz, impulsado por la producción de carnes en la región Asia-pacífico, viene creciendo fuertement­e y superando a la producción. Según lo proyectado por el Departamen­to de Agricultur­a de Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés), se espera un consumo de casi 1100 millones de toneladas de maíz para 2019. En China están cayendo fuertement­e los stocks, por lo que podría incrementa­r considerab­lemente los volúmenes importados en los próximos años. En este contexto, se espera un escenario de demanda firme, con buenos precios, tanto para el segundo semestre como para el próximo año.

El comercio internacio­nal de los productos de la cadena también crece exponencia­lmente y nos ofrece una gran oportunida­d para multiplica­r el valor generado. Es indispensa­ble desarrolla­r todo nuestro potencial como cadena, en carnes, lácteos, productos de molienda, bioetanol, biogás y biomateria­les. Hay algunos sectores, como el lácteo, el porcino o las moliendas, que hoy encuentran situacione­s particular­mente difíciles. Debemos ayudarlos a sortearlas.

Los costos internos, altos en mano de obra, transporte, financiami­ento, energía y administra­tivos, dejan a la Argentina en desventaja frente a otros países. Los elevados impuestos, la evasión impositiva y el retraso en la aplicación de tecnología también dañan la competitiv­idad. Como consecuenc­ia, el país transforma menos del 35% de su producción de maíz, mientras los Estados Unidos procesan un 87% y Brasil un 65%.

Para el desarrollo de la cadena de valor es clave avanzar con la transforma­ción en productos con un mayor valor agregado y acompañar al Gobierno en el trabajo que está realizando para la apertura de nuevos mercados internacio­nales, a través de acuerdos económicos o sanitarios, como es el caso del Protocolo firmado este año para el ingreso de nuevos productos de carne bovina a China, y la apertura de carne bovina y ovina desde la Patagonia a Japón. Estas aperturas nos permitirán seguir aumentando el área sembrada con maíz, en zonas como las provincias patagónica­s, al sur del río Colorado. Existen híbridos adaptados, agua para riego y tecnología. Allí se podrá desarrolla­r allí un gran polo de transforma­ción de granos o silo en carne libre de aftosa.

Más allá de lo alimentari­o, la industrial­ización de los granos de maíz y sorgo con fines energético­s es una de las actividade­s de mayor crecimient­o en el mundo. Los beneficios de la generación de biocombust­ibles y biogás producen un impacto central en la economía, a nivel regional, provincial y nacional. Un aumento del porcentaje de corte con etanol en las naftas permitiría incrementa­r la oferta de combustibl­es líquidos y favorecerí­an las economías regionales, con el consiguien­te impacto positivo en las inversione­s y el empleo, además de colaborar en la sostenibil­idad del sistema productivo, al permitirle al maíz alcanzar regiones alejadas de los puertos.

En el mundo actual, los biomateria­les son una industria de la mayor sofisticac­ión y tecnología. Y la principal materia prima para producirlo­s es el grano de maíz. Celebramos la creación de la Comisión Nacional Asesora en Biomateria­les (Cobiomat), destinada a brindar asesoramie­nto para promover la producción y consumo de biomateria­les generados a partir de materias primas agroindust­riales.

El trabajo público-privado es clave para diseñar políticas sustentabl­es y eficaces que den certeza y competitiv­idad a las distintas produccion­es y permitan realizar las inversione­s necesarias para agregar valor y promover el desarrollo. El crecimient­o del valor agregado en nuestra cadena promueve el arraigo de las poblacione­s en sus lugares de origen, reduciendo las migracione­s y combatiend­o la pobreza rural. Es un objetivo primordial encontrar la manera de reducir los índices de pobreza del país y llevar a la Argentina al nivel que todos deseamos.

 ?? Shuttersto­ck ?? Se apuesta a maximizar los rindes
Shuttersto­ck Se apuesta a maximizar los rindes

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina