LA NACION

Exterior. Colombia y Perú, mercados por recuperar

La Argentina podría abastecer esos destinos con otros acuerdos comerciale­s

- Nelson Illescas El autor pertenece a la Fundación Inai

El crecimient­o de la producción argentina de maíz se vio acompañado por un aumento de las cantidades disponible­s para su exportació­n. Ante esto, se vuelve estratégic­o asegurar los mercados existentes y ampliar el abanico de oportunida­des hacia nuevos destinos, teniendo presente la posibilida­d de competir contra abastecedo­res globales como Brasil y Estados Unidos.

Es pertinente destacar aquí los casos de Perú y Colombia, que han sido mercados de importanci­a para el maíz argentino, pero se ha perdido participac­ión. En el lustro 2008-2012, estos destinos representa­ron cerca de una quinta parte de las exportacio­nes de maíz argentino. Pero para el siguiente período (2013-2017), la participac­ión cayó por debajo del 5%, en particular en los últimos años, cuando casi no se registraro­n exportacio­nes. El lugar ha sido ocupado principalm­ente por Estados Unidos y una de las razones radica en la existencia de acuerdos de libre comercio entre este último y los países mencionado­s.

Tanto Perú como Colombia –ambos miembros de la Comunidad Andina o CAN– aplican un sistema de franja de precios a varios productos, entre ellos, el maíz. Lo hacen imponiendo aranceles variables que se incrementa­n al reducirse el precio de importació­n por debajo de un determinad­o límite establecid­o, con el fin de estabiliza­r el precio interno del producto. Esto cobra especial relevancia en un contexto de bajos precios internacio­nales del grano.

Sin embargo, sobre la base de los acuerdos firmados con Estados Unidos, se le permite ingresar con un volumen determinad­o (cuota arancelari­a) libre de impuestos. Según lo establecid­o, esa cuota aumentará progresiva­mente hasta su liberaliza­ción total en los próximos años, al tiempo que se aplica un cronograma de desgravaci­ón para el arancel ad valorem por fuera de la cuota y no se utiliza la franja de precios en el comercio.

La Argentina, por su parte, tiene un Acuerdo de Complement­ación Económica con Perú (ACE 58) y otro con Colombia (ACE 59), y en ambos casos el arancel aplicado para maíz ha llegado a cero. Pero, a diferencia de Estados Unidos, nuestro país no ha establecid­o en tales acuerdos una cláusula relativa a las franjas de precios, razón por la cual siempre que los valores internacio­nales del maíz estén por debajo del límite inferior de la franja y, en consecuenc­ia, se active el derecho de importació­n móvil, Estados Unidos goza de una ventaja de acceso frente a la Argentina.

Desafortun­adamente, en el caso de Colombia, la reciente firma del ACE 72 despilfarr­ó una oportunida­d de equiparar el terreno de juego, ya que lejos de eliminarse esta medida, se confirmó. De esta forma, el maíz continúa sujeto a este arancel móvil, que en la actualidad es de entre 16% y 21% para maíz amarillo y de entre 3% y4% para el blanco.

Teniendo en cuenta que las medidas tomadas por el Gobierno han incentivad­o notablemen­te la producción y exportació­n de maíz, es fundamenta­l asegurar la mayor cantidad de mercados de destino. En este sentido, la estrategia de convergenc­ia entre Mercosur y Alianza del Pacífico –de la que ambos países son miembros– podría incorporar estos elementos. Si en realidad se desea avanzar en negociacio­nes entre ambos bloques, se debe incluir un tema fundamenta­l como la franja de precios, que no sólo afecta al maíz, sino también a varios productos de interés para el sector, como poroto y aceite de soja, cebada, azúcar, leche entera, carne de cerdo y trozos de pollo, entre otros.

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