Tensión en Irán antes de las sanciones
Pasado mañana entrarán en vigor las medidas de EE.UU.
TEHERÁN (AFP).– En un clima de creciente tensión antes de la reinstauración de las sanciones de Estados Unidos y tras varios días de protestas contra las dificultades económicas en Irán, un grupo de manifestantes atacó una escuela religiosa en la provincia de Karaj, cerca de Teherán.
Tras el acuerdo nuclear firmado en 2015 con las grandes potencias, Irán esperaba dejar atrás las consecuencias de varios años de aislamiento. Pero la administración de Donald Trump, hostil al régimen, decidió retirarse unilateralmente de un pacto que considera insuficiente y volverá a aplicar sanciones contra el país a partir de mañana.
Los iraníes, asfixiados por una crisis económica endémica que atiza la ira contra el sistema político, temen un agravamiento de la situación, marcada ya por el desplome de la divisa iraní, el rial, que perdió cerca de dos tercios de su valor en seis meses.
Anteanoche, unos 500 manifestantes atacaron una escuela religiosa, tratando de derribar las puertas y quemar el edificio, informó ayer la agencia de noticias Fars, cercana a los conservadores. “Los manifestantes llegaron con piedras y rompieron todas las ventanas de la sala de oración, gritando lemas contra el régimen”, agregó.
En los últimos días hubo manifestaciones de centenares de personas en varias grandes ciudades de Irán, entre ellas, Shiraz, Ahvaz, Mashhad y Karaj. Las autoridades no dieron detalles sobre estas protestas, pero los medios conservadores hicieron hincapié en los ataques contra establecimientos simbólicos, como los edificios religiosos.
El gobierno del presidente Hasan Rohani enfrenta la oposición de los conservadores y líderes religiosos que critican su actuación hacia Occidente y buscan sacar provecho de la indignación popular por la corrupción para derrocarlo.
Cuando Rohani fue elegido en 2013 se esperaba que fuera un presidente centrista capaz de atajar las divisiones en Irán e impulsar el crecimiento económico que refrenase la exigencia de reformas, pero tras haber apostado fuerte por un acuerdo nuclear hoy amenazado, aparece debilitado.
Pero ya antes de la retirada de Estados Unidos, los resultados del acuerdo habían sido inferiores a las expectativas.
Rohani había fijado un objetivo de 50.000 millones de dólares en inversiones extranjeras durante el primer año de aplicación del acuerdo, pero solo se registraron 3400 millones, según el Banco Mundial. Las empresas y los bancos extranjeros no se fiaban de las posibles sanciones estadounidenses.
Además, se tomaron pocas medidas contra la corrupción, el desempleo –especialmente alto entre los jóvenes– y la enorme deuda que envenena el sistema bancario.