Pese a la ola de dudas, las Coreas vuelven a apostar por la pacificación
Acordaron una tercera cumbre de presidentes en Pyongyang; hace más de 10 años que un líder surcoreano no visita la capital del régimen comunista
SEÚL.– Corea del Norte y Corea del Sur acordaron ayer realizar una cumbre en pyongyang, la capital norcoreana, en septiembre, en otro intento por impulsar la cooperación entre ambos rivales, incluso cuando aumentan las dudas sobre los esfuerzos para poner fin al programa de armas nucleares del régimen comunista.
Funcionarios de ambos lados se reunieron en la ciudad de panmunjom, en la zona desmilitarizada fronteriza entre las dos naciones, y alcanzaron un acuerdo para celebrar una cumbre en septiembre entre los líderes de ambos países.
Será la primera reunión de este tipo en la capital norcoreana en más de diez años. La última vez que se vieron allí dos líderes coreanos fue en octubre de 2007, cuando se reunieron los ya fallecidos roh Moohyun y Kim Jong-il, padre del actual dictador.
No se anunció una fecha para la que sería la tercera reunión de este año entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y su par surcoreano, el presidente Moon Jae-in.
ambos líderes se reunieron en abril en panmunjom, en un deshielo histórico de las relaciones después de más de un año de creciente tensión y temores a una guerra por el desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos por parte de Corea del Norte.
En ese encuentro acordaron que Moon visitaría la capital norcoreana en el otoño boreal, aunque ambos líderes volvieron a reunirse en mayo en una reunión no anunciada en panmunjom.
Los funcionarios no dieron detalles sobre la agenda de las conversaciones del mes próximo, pero ambos países han estado discutiendo una serie de temas, desde una posible declaración de paz hasta proyectos económicos y de infraestructura conjuntos.
El progreso entre ambos países se da luego de que pyongyang y Washington comenzaron un diálogo sobre un acuerdo para la desnuclearización de Corea del Norte, luego de que Kim prometió trabajar hacia ese objetivo en una histórica cumbre en junio en Singapur con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Funcionarios estadounidenses dijeron que Corea del Norte aún debe acordar un cronograma para eliminar su arsenal nuclear o para revelar su tamaño, que Estados Unidos estima de entre 30 y 60 ojivas nucleares.
“Iniciamos un período durante el que caminaremos tomados de la mano, en lugar de ponernos trabas en el camino”, dijo el jefe de la delegación norcoreana, ri Son-gwon.
pese al acercamiento entre las dos Coreas desde principios de año, las sanciones internacionales contra Corea del Norte por su programa nuclear impidieron que se reanudara la cooperación económica entre los dos países.
El ministro de la Unificación, Cho Myoung-gyon, al frente de la delegación del Sur, consideró importante que las dos Coreas mantengan “el mismo espíritu”.
“Muchos temas fueron tratados, pero creo que todos los problemas pueden ser arreglados con esta mentalidad”, declaró Cho.
Tras dos años de escalada de tensiones a causa de los programas balístico y nuclear de Corea del Norte, pyongyang y Seúl protagonizaron un acercamiento desde principios de año, que se concretizó en abril con la cumbre de sus dirigentes que allanó el camino a la reunión, en junio, de Kim con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Singapur.
En la cumbre, Kim se comprometió a trabajar en aras de la desnuclearización de la península, una promesa vaga sujeta a varias interpretaciones. Las discusiones entre el Norte y el Sur se intensificaron hasta el punto de que los dos gobiernos preparan para la próxima semana, por primera vez en los últimos tres años, una reunión de familias que quedaron separadas entre las dos Coreas después de la Guerra de Corea (1950-1953).
a pesar de la mejora de las relaciones, los progresos fueron más bien escasos en la cuestión crucial de la desnuclearización.
pyongyang no confirmó ninguna medida para reducir su arsenal nuclear y denunció las exigencias “unilaterales” de Estados Unidos y sus “métodos de gánster”.