DE LOS LECTORES
Cartas & mails
No todos son iguales
Hay una mirada angustiante ante tanta corrupción sospechada y hoy confirmada hasta por una parte de sus protagonistas. Pero hay también una mirada optimista para muchos millones, para la inmensa mayoría. El castigo a la corrupción es el gran premio a la honestidad de casi todos. Aquellos que a pesar de las dificultades, de las necesidades personales y familiares esenciales permanecieron fieles a sus valores. Aquellos a quienes quizás algunas vez calificaron despectivamente por “no prenderse”, o que hasta llegaron a despedirlos porque incomodaban. Los que siempre durmieron en paz, y hoy comprueban que a veces se nota, y que no todos son iguales. Ratificar que el capital moral de esas conductas, que no se guardan en bolsos ni en cajas fuertes, sino en las propias conciencias, tiene un valor muy superior a aquellos billetes y monedas. ¡Celebremos los valores, a quienes los protegen, defienden y contagian!
Julio Suaya
DNI 7.593.083
Ley de obras públicas
Muy bueno el artículo de Morales Solá, pero disiento en algo. El presidente Macri sí puede hacer algo: puede aprovechar esta enorme debacle del Estado y cambiar de cuajo la forma como este licita, vende, compra o contrata las obras y los servicios, para poner fin a un sistema que tiene pliegos antiguos, llenos de recovecos por donde colar las trampas. Es hora de cambiar la ley de obras públicas, las formas de adjudicación y la ley de contabilidad que le permite al Estado actual contratar todo de cualquier forma. Macri tiene una oportunidad histórica para cambiar esto. Ojalá la pueda aprovechar.
Mario Pierucci mariopierucci@gmail.com
Oyarbide, presionado
Vi en una entrevista en televisión a un abogado defensor del exjuez Norberto Oyarbide, a la que califico de ingenua o ridícula, para no aludir a su cinismo cuando trató de justificar por “razones sociales” el encuentro de su defendido en un departamento con los señores Javier Fernández y Jaime Stiuso, quienes según su declaración, lo “acogotaron” para que resolviera rápida y favorablemente el tema vinculado al enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina Kirchner. Y recordé que bajo un gobierno de facto, el del general Lanusse, uno de sus ministros de Justicia, de quien yo era amigo, me pidió, invocando mi amistad con la jueza de Cámara María Luisa Anastasi de Walger, que cuando pudiera, si no lo consideraba descortés, por una razón de género, que lo visitara para conversar en su despacho ministerial. Le transmití el pedido a la doctora Walger. Me contestó que le dijera a mi amigo, el ministro de Justicia, que una conversación que estuviera vinculada a problemas de organización o infraestructura del Poder Judicial podría ser interesante y hasta útil, pero que de ningún modo podrían tratarse las causas judiciales que tenía a estudio, ya que eso podría hablarlo únicamente con las partes, y no creía que el ministro fuera parte o contraparte en ninguna de ellas.
Una vez aclarado esto, no tendría inconveniente en recibir al ministro en su propio despacho judicial y no ir ella al despacho del ministro, no por razones de cortesía vinculadas al género, sino por razones éticas. El encuentro nunca tuvo lugar.
Albino Gómez albingomez@gmail.com
Nombre
Creo que ninguna calle, hospital, edificio público, merece llamarse Néstor Kirchner. Llevarlo es un honor y un reconocimiento para expresidentes nobles y honestos.
Inés Suárez Anzorena Suarezanzorenai@yahoo. com.ar
Religión y política
Adhiero calurosamente a la carta de Mercedes Moreno Klappenbach, en la cual se dirige respetuosamente al papa Francisco, preocu-
al ver que parte de la jerarquía eclesiástica local actúa hacia el Gobierno con marcada animadversión. Tradicionalmente, la Iglesia Católica evitó tomar partido por determinada forma de organización de un Estado y por políticas económicas en particular, recordando sabiamente que su misión y competencia es solo religiosa (Gaudium et Spes,
76.). Lamentablemente, ese derrotero de prudencia se ha visto alterado en los últimos tiempos. Actualmente en la Argentina, la jerarquía eclesiástica condena el acuerdo suscripto con el FMI, al tiempo que se muestra dispuesta a arropar a una dirigencia sindical absolutamente sospechada y desprestigiada.
Sería excelente que Su Santidad exhorte a nuestros obispos a retomar la senda de su competencia espiritual.
Eduardo P. Ayerra
DNI 8.254.636
Ola celeste
Parece ser que ni el presidente Macri, ni Pichetto, ni Cristina, ni Tinelli, ni muchos medios de comunicación del país y del mundo se enteraron de que aparte de una ola verde hay en la Argentina una increíble ola celeste, de todas las edades y religiones, de todas las provincias y niveles socioeconómicos. Una ola que se puso al hombro –sin ningún recurso y contra todos los poderes– revertir un proyecto de ley inhumano. Pudieron contar su verdad y explicarla, llenar todas las plazas del país, sin colectivos ni choripanes. Y esto modificó el resultado de las encuestas de opinión que se tenían sobre el aborto en marzo.
Basta de relatos. Estamos en democracia y es claro que ganó la vida.
Manuel Rocca Rivarola
DNI 14.943.756
Teatro Cervantes
Qué placer es circular ahora por la avenida Córdoba y la calle Libertad: por fin se ha terminado la obra de recuperación del Teatro Cervantes, que se había convertido en símbolo de dejadez y vergüenza, con andamios abandonados durante más de diez años. Ahora luce como lo que había sido: una obra de arte. ojalá se haga lo mismo en otras construcciones cuyo mantenimiento fue abandonado y terminaron como ejemplo de negligencia, donde el orden y la prolijidad no existían. Carlos Alberto Gietz
DNI 4.056.496