Canciones prohibidas de todos los tiempos en De eso no se canta, con el foco en la memoria histórica
estreno. De eso no se canta propone estampas dramáticas donde se rescata la memoria histórica
“Al arte siempre intentaron prohibirlo o callarlo, pero a pesar de las persecuciones, las muertes y la censura, los poetas nunca callaron”. Bajo esta premisa nace De eso no se canta. Canciones prohibidas de todos los tiempos, un nuevo musical que, con dirección de Pablo Gorlero, que hoy tendrá su estreno oficial y se presentará, luego, todos los lunes, a las 20.45, en el Teatro La Comedia.
El proyecto hace un recorrido por períodos históricos muy emblemáticos para detenerse en aquellas composiciones que se fueron transformando en hitos dentro de cada época. Pequeños documentos que el paso del tiempo ha fortalecido permitiendo revalorizar la capacidad creativa de sus autores. Acontecimientos como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil española, la Guerra de Secesión norteameri- cana, el convulsionado 1968 y hasta las dictaduras militares latinoamericanas han dejado un puñado de canciones, la mayoría censuradas en su momento, que al recuperarlas hoy adquieren una vitalidad inusitada.
Por solo citar algunas: “¡Ay, Carmela!”, “Bella Ciao”, “Te recuerdo, Amanda”, “Strange Fruit”, “La balada del Comodus Viscach”, “Canción de Alicia en el país”, “La hierba de los caminos”, “Ayer nomás” o “La marcha de la bronca”. Ellas serán interpretadas en este proyecto por los actores-cantantes Déborah Turza, Julián Rubino, Laura González y Nicolás Cúcaro, junto a los músicos Juan Ignacio López (piano) y Tomás Pol (percusión).
“El espectáculo es un hilvanado interesante de canciones y textos. Son estampas, documentos ficcionados que pasan por distintas etapas históricas. El concepto de la obra es un grafiti emblemático de 1968: «Prohibido prohibir». Por más que intenten callarnos, los artistas siempre seguiremos cantando y cumpliremos con la misión de ser guardianes de la memoria”, explica Julián Rubino, que también forma parte del elenco de Saltimbanquis, también dirigida por Gorlero.
La propuesta tiene arreglos vocales de Daniel Landea, arreglos musicales de López y Mariano Margarit, y coreografías de Verónica Pecollo y Agustín Maccagno. Un pequeño homenaje a poetas y músicos que marcaron a distintas generaciones y que aún logran conmover porque están impregnadas de pasión, amor y, sobre todo, libertad.