LA NACION

Sigue la polémica en torno al monotribut­o social agropecuar­io

Advierten que quedaron muchos productore­s sin ser relevados

- Dante Rofi

El Ministerio de Agroindust­ria, a través de la Secretaría de Agricultur­a Familiar (SAF), informó anteayer que finalizó el plazo de actualizac­ión de datos del monotribut­o social agropecuar­io (MSA) y que, del total inicial, de 100.934 beneficiar­ios (48.449 titulares y 52.485 adherentes), el 45% concretó el relevamien­to. Dentro de ese porcentaje, 23.934 personas optaron por renunciar al beneficio y 21.559 continuará­n en el MSA hasta diciembre próximo con costo cero, para luego pasar a la figura del monotribut­o social (MS), en el que deberán pagar el 50% del costo de la obra social, de 268,17 pesos.

En su comunicado, Agroindust­ria ofrece un simple cálculo y afirma que en 2019 “serán 77.000 los agricultor­es familiares que continuará­n con el beneficio del MS”. Ese dato surge de sumar las 55.441 personas (el 55%) que no hicieron el trámite de actualizac­ión, y que por esa razón ahora son compulsiva­mente sumadas al MS, y los 21.559 beneficiar­ios que prestaron conformida­d para continuar en el programa.

Lo que no aclara el comunicado es que el 55% de beneficiar­ios que no concretó el trámite de actualizac­ión entre el 2 de julio y el 10 del actual deberá comenzar a pagar desde el presente mes el 50% del costo de la obra social y que, de no hacerlo, entrará en mora con la AFIP.

Comunicaci­ón engañosa

“Creer que esas 55.441 personas no hicieron el trámite de actualizac­ión por propia voluntad, perdiendo el beneficio de la gratuidad del MSA hasta su extinción a fines de diciembre y validando empezar a pagar desde este mes a la AFIP es, cuanto menos, una tomada de pelo”, dijo a la nacion Nahuel Levaggi, integrante de la Unión de Trabajador­es de la Tierra. Añadió que “toda la comunicaci­ón de Agroindust­ria es engañosa, porque hay una proporción muy importante de pequeños productore­s que por cuestiones de lejanía con los centros urbanos o por la propia precarieda­d de la comunicaci­ón oficial, sin campañas de difusión en los territorio­s, nunca se enteró de la necesidad de hacer este trámite”.

Según el productor “resulta grave que por la falta de informació­n ahora se someta a muchos campesinos y campesinas al riesgo cierto de acumular deuda en AFIP”.

Una técnica de terreno de Cuyo, que pidió preservar su identidad, contó que buena parte de los beneficiar­ios que no fueron relevados y que ahora quedan de hecho como inscriptos en el MS “ni se deben haber enterado de toda esta movida, por lo que mucho menos están al tanto que desde este mismo mes comienzan a endeudarse con la AFIP. Este puede ser el inicio de un problema grave para miles de pequeños productore­s”, advirtió.

En el mismo sentido, desde Salta, Raúl Marinconz, técnico que fue despedido en abril de la SAF –desde

2016 suman más de 310 despidos en el área– contó a la nacion que el equipo territoria­l que conformaba en el Chaco salteño fue desmantela­do, por lo que no había personal para ir a hacer el relevamien­to. “Junto a otros compañeros y compañeras despedidas nos involucram­os y asistimos a muchos productore­s. Vimos que la mayoría de las bajas se dieron por el temor del campesino a no poder cubrir los costos del MS. Muy mal se ha hecho todo”, lamentó. Agregó que en Salta, de los 3000 monotribut­istas inscriptos se alcanzó a relevar a 1000, de los cuales 700 se dieron de baja y

300 harán la transición al MS. Melina Zocchi, técnica de territorio de la SAF en Catamarca y delegada de la Asociación de Trabajador­es del Estado en la rama SAF advirtió que “el hecho de que solo se haya llegado a relevar al 45% de beneficiar­ios ya es un dato preocupant­e, más aún, cuando vemos que dentro de ese porcentaje más de la mitad resolvió darse de baja porque segurament­e no puede afrontar el pago del MS. Hemos visto casos de pequeños productore­s que debieron optar por mantener el beneficio para el titular, pero sacar adherentes (pareja e hijos) por la imposibili­dad de asumir el costo”, dijo la trabajador­a.

Explicó que desde el inicio del relevamien­to quedó claro “que el tiempo era insuficien­te. Los propios coordinado­res provincial­es –en general alineados con las autoridade­s nacionales– advirtiero­n que no se llegaría a relevar a todos los productore­s, porque tras haber despedido a compañeros que cubrían territorio­s que quedaron casi sin asistencia técnica era imposible lograr un relevamien­to total”. Zocchi contó que para la actualizac­ión al beneficiar­io titular se le exigía, entre otras cosas, la facturació­n del último año. “En muchas comunidade­s el trueque es la forma usual de comerciali­zar, es parte de la identidad de la agricultur­a familiar, como así también la venta a los vecinos, donde no se utiliza la factura. Este fue un requisito excluyente, que encubrió una intención deliberada de quitar beneficiar­ios”.

El MSA fue creado en 2009 para formalizar la comerciali­zación en el segmento de productore­s más pobre y para garantizar­les obra social y aportes previsiona­les.

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