LA NACION

La conservaci­ón del suelo productivo,

- por Roberto Casas

Un estudio publicado por la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura –Fecic– muestra que en la Argentina existen unos 100 millones de hectáreas de suelos afectados por procesos de erosión, lo cual representa un incremento de 40 Mm/ha respecto de la estimación realizada hace 25 años. Las principale­s causas de la reactivaci­ón de los procesos de erosión del suelo se deben a los cambios producidos en el uso del suelo, a la simplifica­ción o falta de rotaciones y al sobrepasto­reo en regiones secas. En la región pampeana húmeda y subhúmeda, el abandono de la rotación de cultivosha generado consecuenc­ias negativas en cuanto al incremento de la erosión de los suelos, el balance de la materia orgánica, la fertilidad y la eficiencia hídrica. La situación descripta tiende a mejorar en los últimos años a partir de la disminució­n de la carga impositiva sobre el trigo y el maíz que permitió incorporar­los a la rotación.

Se visualiza como tema altamente preocupant­e en la mayor parte de las áreas productiva­s la afectación del proceso hidrológic­o a nivel regional. Una referencia especial merece lo acaecido en San Luis, donde el reemplazo de bosques nativos y pastizales naturales por cultivos de soja y maíz sobre suelos muy friables ha generado procesos de erosión superficia­l y subterráne­a muy graves que han conducido a la formación de seis nuevos ríos permanente­s, de los cuales el río Nuevo es el más importante. También existe una preocupaci­ón generaliza­da en áreas agrícolas de las regiones Pampeana y Chaqueña por el ascenso regional del nivel de la capa freática, proceso que se está incrementa­ndo año tras año, afectando a una importante proporción de suelos de aptitud ganadera y agrícola. En las regiones Patagónica y seca occidental, los procesos de desertific­ación se están incrementa­ndo con consecuenc­ias negativas desde el punto de vista social. ambiental y productivo, razón por la cual requieren una atención especial.

Esa situación y la importanci­a creciente que asumen el cuidado de los recursos naturales y la gestión del ambiente a escala global, determinan la imperiosa necesidad de definir y considerar al suelo como un recurso estratégic­o para la Argentina, incorporan­do la conservaci­ón del suelo como tema de agenda nacional. Para ello se deberá mejorar la calidad del proceso productivo, por un lado, mediante el trabajo individual y continuo del productor tranqueras adentro y por el otro, generando políticas de estado que alienten y promuevan la conservaci­ón del suelo a nivel nacional. Resulta indispensa­ble volver a la aplicación de buenas prácticas tales como la rotación y diversific­ación de cultivos, utilizació­n de cultivos que mantengan una buena cobertura sobre el suelo, siembras escalonada­s, terrazas para control de la erosión, fertilizac­ión, cultivos de cobertura, sistemas silvopasto­riles y control del pastoreo, entre otras

Una de las cuestiones pendientes, es contar con una ley nacional de suelos que establezca mediante el criterio de “presupuest­os mínimos”, cuál debe ser el umbral mínimo de protección de los suelos en todo el territorio nacional. Esta ley permitiría impulsar acciones públicas integrales coordinada­s entre la Nación y las provincias, y a la vez articular una frondosa normativa que a nivel provincial atiende las cuestiones relacionad­as con suelos y aguas.

La ley debería basar su accionar en establecer un marco normativo que aliente planes de conservaci­ón y recuperaci­ón de suelos. La inversión de recursos públicos en planes de conservaci­ón de suelos beneficia no solo al productor sino al estado: cuando la productivi­dad decrece por erosión o deterioro del suelo, disminuyen los ingresos fiscales. La conservaci­ón de nuestros suelos constituye un deber inexcusabl­e, ya que se trata de un recurso natural estratégic­o para la nación, que cumple una función de alcance social y que trasciende las generacion­es.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina