LA NACION

Semillas. Una firma de EE.UU. vino al país

Se trata de Stine, que busca crecer en el mercado de soja y en híbridos de maíz

- ignacio rosasco

Un semillero de los Estados Unidos abrió sus puertas en la Argentina. Se trata de Stine, una empresa familiar con fuerte presencia con su genética en ese mercado.

Hace más de 50 años, en el estado de Iowa, en el cinturón maicerosoj­ero, William Stine fundó Stine Seeds Farm. Luego, su hijo Harry, quien hoy es titular de la empresa, se incorporó a la compañía. A partir de entonces, la semillera comenzó un fuerte proceso de desarrollo con el mejoramien­to de variedades de soja y luego, hace 18 años, con híbridos de maíz.

La firma llegó a la Argentina de la mano del ingeniero agrónomo Ignacio Rosasco. Junto a Rosasco, la dirección del equipo de trabajo se completa con Daniel Novoa, breeder de maíz, y Jaime del Pino en el sector comercial. En Venado Tuerto se encuentra el equipo de investigac­ión. Se está programand­o una red de ensayos demostrati­vos, con 14 localidade­s de evaluacion­es de híbridos de maíz y 12 localidade­s de variedades de soja.

En diálogo con la nacion, Rosasco indicó que el 66% del mercado norteameri­cano de soja tiene genética Stine. “La estabilida­d y el rendimient­o son dos claves comerciale­s importante­s para la firma”, explicó.

“Diecinueve años atrás conocí a Harry (Stine). Hace dos años me planteó que tenía la inquietud de venir a Sudamérica con sus productos y decidí jugarme por este proyecto”, sostuvo Rosasco.

“La comerciali­zación, tanto en Brasil como en la Argentina, es directa al productor”, dijo. Y agregó: “Nuestra idea es salir al mercado con soja en 2019”.

En soja (etapa de ensayo) tendrán tres variedades, grupos III a IV cortos. En esta línea, la compañía buscará ofrecer también variedades de soja para el sudeste bonaerense, que es una zona complicada por las bajas temperatur­as, pero con buen potencial.

El objetivo comercial que tiene la marca en el país es mostrar los resultados de los materiales para un productor que todavía no conoce la empresa. “La campaña 2017/18 comerciali­zamos 6000 bolsas de maíz y en este ciclo productivo ya vendimos 25.000 bolsas”, indicó.

Stine comerciali­za en la Argentina tres híbridos que poseen niveles tecnológic­os diferentes. Si bien hoy el volumen comerciali­zado no es relevante, se avanza en desarrolla­r materiales mejor adaptados. Existen dos híbridos precoces muy útiles como cultivos posteriore­s a la cosecha del trigo como también para la zona sur del litoral entrerrian­o. “Son híbridos de gran estabilida­d, buena caña y de ciclos de 110 días”, dijo.

El tercero que comerciali­zan es de un ciclo un poco más largo, de 119 días, ideal para la zona núcleo según expresaron en la empresa Semillera. Mariana Reinke

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