Un auge imparable
Cuando parece haber alcanzado su techo, el boom de la cerveza artesanal se reinventa y continúa abriendo nuevos locales y propuestas. Conocelos de la mano de Club LA NACION.
ILas cervecerías también pudieron instalarse en la nueva cultura
foodie ,enla que lo gourmet, saludable y local es lo más deseado.
PA, Honey, Stout, Scotch Ale, Golden y Porter son solo algunos de los nombres que circulan con asiduidad en las tardecitas y noches argentinas. Ir a tomar una pinta artesanal con amigos a modo de after office o durante el fin de semana se volvió una costumbre que pisa fuerte en todo el país. Y si antes la elección se limitaba a rubia, negra o roja, ahora hay que levantar la cabeza y mirar en detalle las pizarras de las cervecerías para asegurarse de elegir la más gustosa en un mar de opciones. Las posibilidades son gigantes, porque los nuevos productores se animan a explorar combinaciones y sabores impensados, y así consiguen fabricar sus propias cervezas con un estilo personal más que interesante.
Pequeños empresarios o amigos que después de años de ser fanáticos de la cerveza se asociaron para abrir un lugar de encuentro son algunos de los protagonistas detrás de esta ola de locales que surgen en todos los barrios. Y un dato que terminó de instalar el fe- nómeno es que a principios de 2017 el Código Alimentario Argentino reguló los parámetros de esta bebida artesanal, definiéndola como una cerveza que en su producción no utiliza componentes adictivos alimentarios, ya que se encuentra adicionada únicamente con ingredientes naturales y es elaborada con un procedimiento manual. Así, las cervecerías también pudieron instalarse en la nueva cultura foodie, donde lo gourmet, saludable y local es lo más deseado.
En este camino, El galpón de Tacuara es uno de los más elegidos. Creado por cuatro amigos que decidieron probar suerte en el nicho cervecero, se instaló en un galpón de San Fernando, pero al poco tiempo debió expandirse a la Ciudad dado su gran éxito. Entre sus últimas novedades se destaca Jim Morrison, que surge a través de la técnica de blending ,contoques de vainilla, miel y toffee quemado con aromas a roble blanco y con gran graduación alcohólica. Otro destacado de este universo es Distrito Federal Club Social, que ofrece más de 30 canillas distintas, posibles de maridar con deliciosa cocina casera y también con actividades artísticas, bandas en vivo y hasta ciclos de cine, jazz y tango. Algunos espacios optaron por diversificar su propuesta: hay quienes ofrecen amplia variedad de comida –tapas, platos principales o picadas– y quienes sumaron experiencias musicales o artísticas. Hoy más que nunca, la cerveza es la mejor excusa para compartir un gran momento.