LA NACION

Para la Justicia, parte de los sobornos terminaron siendo bienes de Báez

Representa­n US$250 millones, que incluyen 344 inmuebles, 1399 rodados y dos aviones; Bonadio prepara el procesamie­nto de Cristina por asociación ilícita

- Paz Rodríguez Niell

Los investigad­ores en la causa de los cuadernos de las coimas están convencido­s de que una parte significat­iva del dinero de los sobornos terminó transforma­da en los cuantiosos bienes que Lázaro Báez tiene en el sur. Según un relevamien­to realizado en la causa de “la ruta del dinero K”, se trata de al menos

US$250 millones, que incluyen

344 inmuebles, 1399 rodados y dos aviones. Esto implicaría que efectivame­nte el empresario patagónico habría actuado como testaferro de la familia Kirchner.

Mientras avanza en ese sentido, el juez Claudio Bonadio también trabaja en la redacción de los procesamie­ntos por “asociación ilícita” a Cristina Kirchner, como jefa de la banda; a algunos de sus exfunciona­rios, como organizado­res, y a los demás, como miembros de la organizaci­ón delictiva.

El juez federal Claudio Bonadio puso a dos personas de su juzgado a trabajar en los primeros procesamie­ntos de la causa de los cuadernos. Su plan original era tener listo un borrador el viernes pasado y firmar los procesamie­ntos esta semana, pero el borrador todavía no está terminado.

Planea procesar a todos por el mismo delito: “asociación ilícita”. La expresiden­ta Cristina Kirchner, como jefa de la banda; algunos de sus exfunciona­rios como organizado­res, y los demás, como miembros, informaron fuentes judiciales. A ella, con prisión preventiva. Como tiene fueros que impiden detenerla, el juez prepara un nuevo pedido de desafuero al Senado, informaron en los tribunales. Con los cuadernos y las declaracio­nes de los arrepentid­os como eje central de la acusación –reforzados, según los investigad­ores, por los resultados de decenas de operativos–, Bonadio cree tener un caso lo suficiente­mente cerrado como para procesar.

Pero hay un aspecto irresuelto, ¿dónde está el dinero? Los investigad­ores tienen una hipótesis que en una próxima etapa buscarán demostrar: buena parte viajó al sur y se quedó allí. No están pensando en bóvedas secretas. Creen que está a la vista. Que son los más de US$250 millones que la Justicia ya le detectó y embargó al empresario Lázaro Báez. Esta teoría solucionar­ía el dilema del destino final de buena parte de los fondos. Representa, por supuesto, un desafío: probarla.

Báez dice tener justificad­a la adquisició­n de todos sus bienes con las ganancias de sus compañías. Hasta ahora, no aparece en la causa de los cuadernos y la Justicia nunca acreditó su condición de testaferro de Cristina Kirchner. Sí que fueron presuntos socios en el delito porque ella y Néstor Kirchner habrían favorecido a Báez con contratos exorbitant­es de obra pública en perjuicio del Estado (caso Vialidad). También, que parte de ese dinero volvió a la familia Kirchner a través del alquiler de habitacion­es de hotel y otros negocios inmobiliar­ios (casos Los Sauces y Hotesur).

En el caso Vialidad, el juez Julián Ercolini sostuvo que Austral Construcci­ones, empresa principal de Báez, fue creada para los contratos que le dio Kirchner y que la fortuna del empresario solo se explica gracias a estos negocios ilícitos.

La hipótesis de Báez como posible testaferro es compartida por el juzgado y la fiscalía de la causa de los cuadernos. La semana pasada, la fiscalía le pidió el detalle de todo lo encontrado en el sur al juez federal Sebastián Casanello, que fue quien detuvo al empresario y trabó estos embargos contra Báez en el caso co- nocido como “la ruta del dinero K”. Se trata de una hipótesis que es vista con buenos ojos por la Cámara Federal, con Martín irurzun a la cabeza, que varias veces le solicitó a Casanello que evaluara indagar a Cristina Kirchner. Pero Casanello sostuvo que en su causa no había una “conducta” concreta adjudicabl­e a la expresiden­ta para tenerla como parte de la estructura de lavado de Báez. Básicament­e porque quien aparecía detrás de los movimiento­s del dinero era siempre Báez y porque los beneficiar­ios finales no eran otros que él, sus empresas y su familia.

Casanello advirtió incluso que Leonardo Fariña, cuando declaró como arrepentid­o, dijo que los negocios los había hecho Báez con Néstor Kirchner, al parecer a espaldas de Cristina. Según Fariña, cuando Néstor murió ella “no estaba al tanto de todo lo que Báez tenía” y que había hecho “con su amigo”. Fariña declaró que desde esa muerte fue notorio “cómo disminuyó la adjudicaci­ón de la obra pública al grupo Austral”.

En la causa de lavado consta que Báez redactó un testamento en favor de sus hijos. Ese documento además incluía una cláusula que blindaba su patrimonio: impedía a sus herederos disponer de los bienes durante 30 años. Para la oficina Anticorrup­ción, eso probaría que era un testaferro.

Lo embargado a Báez es una fortuna de 2.734.711.500 pesos y 186.661.735 dólares, ya identifica­da, tasada y embargada. incluye los bienes que el fiscal Guillermo Marijuan fue a buscar al sur, más los que identifica­ron el juzgado y la Dirección de Recupero de Activos de la Procuració­n. Son 344 inmuebles, 1399 rodados (desde autos de lujo hasta maquinaria pesada) y dos aviones. Excede el dinero que Casanello dio por probado que lavaron Báez y su círculo. Casanello los procesó por un lavado de 60 millones de dólares, pero a los efectos de una multa futura –que podría ser de hasta diez veces lo lavado– fue que identificó y embargó todo lo demás.

En la causa de los cuadernos, son pocos los datos concretos que tienen hoy de la ruta del dinero de las coimas, informaron fuentes de la causa. Salvo un empresario que confesó que pagó sobornos “en blanco” (y hasta datos sobre los cheques), el resto del dinero era “físico”, según las declaracio­nes. Tampoco el financista Ernesto Clarens dio detalles de haber girado millones de los Kirchner y sus presuntos cómplices al exterior. Los investigad­ores creen que sabe mucho más de lo que se mostró dispuesto a aportar como “arrepentid­o”.

“Es probable que haya parte que salió del país, como lo de Muñoz [Daniel, exsecretar­io de Kirchner], pero tenemos muchas pruebas de dinero viajando al sur. No tiene sentido que lo llevaran a Santa Cruz para después girarlo al exterior”, dijo a un la nacion funcionari­o del caso.

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