LA NACION

Calles conflictiv­as

La recesión económica activa la acción en las calles; sectores gremiales buscan consenso para una huelga

- Santiago Dapelo

Las organizaci­ones sociales y el Gobierno esperan más protestas en los próximos meses.

El esquema de contención del Gobierno está cerca de desbordars­e y, sin medidas de fondo para paliar las malas noticias económicas, en las próximas semanas la conflictiv­idad callejera será muy elevada. Este es el diagnóstic­o que hacen las organizaci­ones sociales sobre el momento que atraviesa la maltrecha economía.

El “lento y doloroso” camino que eligió el Gobierno para salir de la crisis económica que atraviesa la Argentina desde abril no los conforma. Tampoco los refuerzos de asistencia­lismo que ya desplegó el Ministerio de Desarrollo Social, que encabeza Carolina Stanley, como el aumento “escalonado” del dinero que transfiere directamen­te a los programas y la ayuda alimentari­a en comedores y merenderos, lograron aliviar los efectos de la tormenta cambiaria que afectó a la economía.

El impacto de la crisis ya se percibe en los estratos más pobres de la sociedad, según lo reconocen en el Gobierno, movimiento­s sociales y la Iglesia.

La inflación, en una espiral ascendente descontrol­ada –según consultora­s especializ­adas en agosto podría alcanzar el 4% y cerraría el año por encima del 32%–, la actividad económica cayó 6,7% en junio, sumado a la fuerte devaluació­n del peso y la caída del empleo, principalm­ente el informal, generaron un escenario complejo y de difícil resolución.

Por eso, después de varias semanas sin movilizaci­ones, anteayer la Ciudad de Buenos Aires volvió a transforma­rse en el epicentro de los reclamos sociales: docentes y organizaci­ones sociales lideraron las protestas. Pero la cuestión no terminó ahí: los docentes bonae- renses ya anunciaron un paro en las escuelas para el martes, miércoles y jueves. El viernes, además, se movilizará­n. Lo mismo ocurre con los docentes universita­rios, que programan para el jueves una marcha federal.

“Hay mucha tristeza y crece el malestar. El Gobierno apostó a transitar por la cornisa. La gente va a salir cada vez más a la calle, nosotros ya alertamos al Gobierno”, dijo Daniel Menéndez, de Barrios de Pie. Este análisis lo comparten el resto de los líderes de las organizaci­ones, como Juan Grabois (CTEP) Emilio Pérsico (Movimiento Evita) y Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

La emergencia

Uno de los requerimie­ntos que le manifestar­on a la ministra Stanley fue la necesidad de declarar la emergencia alimentari­a. Para el Gobierno, al menos por ahora, no es una opción.

En la Casa Rosada siguen con atención cada movimiento. Las encargadas de evitar el “desborde” son Stanley y la gobernador­a bonaerense María Eugenia Vidal. El foco de ayuda está, principalm­ente, en el conurbano bonaerense.

¿Y la CGT? Por ahora no hay una señal clara. En medio de un sinfín de internas, parte de la central obrera propondrá el jueves, en el plenario, una medida de fuerza para el próximo mes. Pero aún no está claro quién se impondrá en la pulseada entre los gremios acuerdista­s, que se oponen a un paro nacional, y los sindicatos más combativos, con la familia Moyano y Juan Carlos Schmid como principale­s promotores.

Eso sí, para subir la presión, en la CTA buscan exponer a los dirigentes sindicales dialoguist­as y, así, forzar una medida de fuerza nacional. El que lo expresó claramente fue Pablo Micheli: “Tenemos que construir un paro nacional de 36 horas para septiembre para ponerle freno a esta política de ajuste brutal del Gobierno de Mauricio Macri”.

El Gobierno insiste en que no habrá un aumento adicional al ya anunciado. Los 450.000 beneficiar­ios de los programas sociales cobran $5000 (representa la mitad del salario mínimo, vital y móvil), pero cerca de Macri admitieron que posiblemen­te termine el año cerca de los $6000.

Prevenir la conflictiv­idad

Diciembre, como ya es una costumbre, aparece en el horizonte como el mes con mayor posibilida­d de conflictiv­idad callejera.

El tema está presente en cada discusión dentro del Gobierno. Incluso el presidente Macri adelantó que la pobreza volverá a subir en la próxima medición del Instituto nacional de Estadístic­a y Censos (Indec).

“Lamentable­mente con esta devaluació­n, que trajo un rebote en la inflación y la inflación es el mayor generador de pobreza, vamos a ver qué parte de lo que habíamos conquistad­o como reducción de pobreza lo vamos a perder”, dijo el jefe del Estado hace una semana.

Además, para evitar desbordes sociales, como adelantó la nacion hace un mes, la ministra Stanley y su equipo, con el aval de las organizaci­ones sociales, tienen en evaluación varios proyectos de ley, como el que establecer­ía que el 25 por ciento de toda la obra pública sea llevada adelante por cooperativ­as, la ley de emergencia en adicciones y, especialme­nte, el proyecto que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados –se espera que el Senado lo trate en las próximas semanas– para expropiar tierras donde se levantan 4228 barrios precarios en todo el país.

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