LA NACION

Bullrich. “Debemos estar a la altura de países que lograron recuperar el dinero de la corrupción”

La ministra de Seguridad resalta que la línea de teléfono 134 para denunciar dónde están los pagos de las coimas abre la posibilida­d del recupero; dice que hay “un antes y un después” del caso

- Texto José Del Rio | Foto Enrique Villegas

Ella no está sola. Rodeada de agentes se seguridad y con las precaucion­es propias de su puesto, Patricia Bullrich mantiene la esencia. Simple en el trato, de tono firme y definicion­es certeras, describe las dificultad­es propias de la lucha contra el narcotráfi­co. Asegura que el caso de los cuadernos de las coimas marcará un antes y un después en la historia argentina y que no dan abasto con la cantidad de llamadas en la línea 134 que habilitaro­n para denuncias para seguir el camino del dinero.

–¿Qué balance hace de los efectos generados a partir de la investigac­ión de la nacion?

–Es de enorme importanci­a lo que está pasando. Algo que se venía hablando hace años, con datos sueltos, parece formar parte de un sistema sobre la recaudació­n ilegal y las coimas de esos años. Esto iba sistemátic­amente por sector y lleva a una necesaria decisión judicial muy profunda respecto de lo que cabe para los involucrad­os y de lo que va a significar para el país. Esto es un antes y un después. Esperamos que cierre la puerta del “se roba pero se hace”.

–¿La sorprendió la marcha que pidió el desafuero de Cristina Kirchner?

–Me sorprendió que se haya organizado en 48 horas. Hay muchísima gente con ganas de expresarse y de encontrar canales para decir lo que siente. Eso es un poco lo que pasó.

–¿Qué sintió al escuchar a la expresiden­ta poner condicione­s a la Justicia?

–Lo que hace es generar un intento de salir del problema, pero lo profundiza más. Alguien no puede poner condicione­s para un allanamien­to; querer hacerlo, siendo una senadora, no sé… parece que es un poco su costumbre. Tiene que ver con esta idea de, bueno, ya tengo algo que no puedo parar, y entonces trato de mostrar que puedo conducirlo.

–Al final el allanamien­to llegó.

–Sí, más allá de que los jueces quieran ver la disposició­n del departamen­to, es tan tardío que yo no lo llamaría allanamien­to. Es una visita, porque perdió mucho de la condición del allanamien­to, que es encontrar las cosas in fraganti, pruebas…

–Fue el principal hallazgo de la causa: muchos de los que están hoy detrás de las rejas fue- ron sorprendid­os.

–Eso fue muy importante. Nosotros, como Ministerio de Seguridad, actuamos con total silencio, sin filtracion­es en ningún lado, para que haya una sorpresa. De alguna manera, el país se levantó con una sorpresa. Me parece que es lo correcto.

–¿Qué pasó desde que habilitaro­n la línea para recuperar el dinero con denuncias?

–La línea de teléfono tiene dos caras: la cara de la condena penal para las personas que participar­on de actos de corrupción, y después algo que para el Presidente es tan importante como que la plata vuelva a ser de la gente y que mañana no pueda disfrutarl­a quien la robó. La idea es que devuelva lo que le quitó a la

sociedad, e incluso más: que pueda devolver más, el dinero en multas.

–¿Qué ocurrió desde que instauraro­n la línea de denuncias?

–Sonó más de 200 veces en estos días y a mucha gente que llamó le decimos que vuelva a llamar, porque los operadores no dan abasto. Tenemos un contabiliz­ador, y pedimos que vuelvan a llamar, porque desbordó. Hay 200 procesándo­se, y tienen novedades que pueden abrir otras puertas sobre denuncias de casos de corrupción.

–¿Se habla de los bolsos, de lo que está en los cuadernos?

–Con todas las que se filtran como verosímile­s, que no son muy generales, comienza un proceso de trabajo y luego se avanza con la fiscalía. Abre la posibilida­d de encontrar dinero y abre una esperanza en la gente. Todo lo que está pasando en la Argentina, que no estamos bien, que tenemos problemas, también tiene que ver con esto que nos pasó y el ducto por el que se sacó plata para la corrupción.

–¿Se puede recuperar el dinero?

–Muchos países llevaron adelante procesos de recuperaci­ón de dinero importante­s. Tenemos que estar a la altura de eso. En el caso del Lava Jato, se cobraron multas a las empresas; en otros casos, obligaron a devolver una parte importante en bienes. Incluso en la Argentina ha habido casos, como el de María Julia Alsogaray y el dinero de Antonini Wilson. Los US$800.000 hoy se están usando para una escuela.

–¿Cuál es hoy la situación de la búsqueda de Oscar Thomas, quien se encuentra prófugo?

–Nosotros tenemos hoy un equipo trabajando para encontrar a este caso y tantos otros… tenemos un programa que dirige la Secretaría de Seguridad, a cargo de Eugenio Burzaco. En estos dos años y ocho meses que llevamos en gestión, metimos a la cárcel a 7000 prófugos. Siempre algún error cometen…

–¿Cuáles son los errores más frecuentes?

–Conectarse, llamar por teléfono, hablar con alguien de cierto círculo, ir a la casa de algún familiar… Un lugar donde encontramo­s muchos prófugos es en las canchas, todos los domingos…

–Porque van a ver a sus equipos... por la pasión por el fútbol…

–Así es. Este fin de semana, que hubo fútbol, detuvimos a nueve prófugos. En las canchas, en las estaciones de tren, se encuentran muchísimos, y después hacemos un trabajo más específico sobre casos importante­s. La semana pasada agarramos un prófugo que era directivo de Pdvsa y que había blanqueado 5 millones de euros en Andorra.

–¿Cómo lo encontraro­n?

–Con trabajos de Inteligenc­ia. A través de un pedido de Interpol y de la Justicia de Andorra. Y yo pensaba si esos 5 millones blanqueado­s irán a parar a los pobres hermanos venezolano­s, que tan mal están.

–¿Qué pasa hoy en la cárcel? Uno lee que tal se arrepintió, que tal declaró… El otro día se habló de una pelea entre tres…

–Bueno, fue un caso particular. Dentro de la cárcel de Ezeiza, hay pabellones especiales para personas que han tenido delitos de fraude o narcotráfi­co, que es importante que no estén en lugares donde puedan comprar a otros. Este es un poco el caso de Rosario, donde dos de los principale­s jefes de la banda de Los Monos han sido transferid­os a cárceles lejanas, porque en su territorio siguen siendo patrones.

–Se habla mucho de los últimos 12 años, de los cuadernos y del narcotráfi­co. ¿Qué tan cerca estábamos de tener más bandas de este estilo?

–Yo creo que en materia de narcotráfi­co se hizo muy poco en años anteriores. Tan solo con voluntad política –porque tampoco tenemos muchos más medios– hemos duplicado la cantidad de operativos; hemos tenido un 77% más de presos.

–Este año fue muy intenso. También estuvo el caso Maldonado. ¿Cuál es su balance?

–Que la verdad es una buena política. Sostenerse en la verdad, como nos sostuvimos nosotros, con el apoyo del Presidente, que nos dijo: “Descubran la verdad y manténganl­a”.

–Fueron días de mucha presión…

–Fueron días muy fuertes, donde todo el tiempo nos decían: “Hagan la fácil”, entreguen dos gendarmes y con eso liberan todo. Nosotros dijimos que no íbamos a hacer algo políticame­nte correcto pero institucio­nalmente injusto.

–¿Cree que se va a hacer justicia con los cuadernos o que todo va a ser parte de algo que crece mediáticam­ente y luego termina?

–Esto ha sido algo que se sembró en muchos años. Yo recuerdo haber firmado la primera denuncia por asociación ilícita junto a Carrió. Hemos contado esto por mucho tiempo y ahora comienzan a dejar de ser hechos aislados para demostrars­e que hubo un sistema para saquear el Estado. Esto ya no tiene vuelta atrás: eso es lo que siento.

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