LA NACION

Ocho balazos para el exsocio de Los Monos que “cortaba” autos

La víctima fue atacada con una ametrallad­ora en su desarmader­o de Villa Gobernador Gálvez

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Los dos hombres entraron con total tranquilid­ad en el desarmader­o. Se dirigieron hacia la cocina, donde al mediodía la familia Pagliano, que trabaja en ese predio, esperaba almorzar. No dudaron ni un segundo a quién iban a buscar y tampoco quisieron herir a nadie más allá de su blanco. Con una ametrallad­ora dispararon 13 balazos, y ocho dieron en el cuerpo de Emiliano Pagliano, de 38 años, quien murió unos minutos después camino al hospital Roque Sáenz Peña de Rosario.

Los sicarios, que llegaron al desarmader­o situado en Villa Gobernador Gálvez en un VW Bora, asesinaron a Karasay, como se lo conoce a Emiliano Pagliano en el barrio de La Tablada, donde –según los investigad­ores– regenteaba búnkeres de venta de droga desde hacía tiempo. Había acordado, con dinero de por medio, la autorizaci­ón de Los Monos para vender en un sector del barrio.

Pero con el tiempo la relación se desgastó por un algún motivo, todavía no revelado, y el frente de la casa de Pagliano fue blanco de un ataque a balazos a principios de este año. El primer mensaje. El segundo fue el incendio de uno de los búnkeres que supuestame­nte manejaba este hombre, en Centeno al 100 bis. Estas alertas le dieron motivos a Karasay para que se recluyera por un tiempo en Comodoro Rivadavia, donde estuvo cuatro meses.

A la par de estos negocios ilícitos, Pagliano era transporti­sta. Era dueño de camiones y una flota de remises truchos que explotaba en el barrio República de la Sexta. Uno de los camiones, un Mercedes Benz Atron 1634, estaba a la venta, estacionad­o en la puerta del desarmader­o el día del homicidio.

En el predio situado en Santiago y Cervantes, en Villa Gobernador Gálvez, existían sospechas entre los vecinos del barrio de que se vendían drogas. Se presume que después de los problemas que tuvo Karasay con Los Monos en La Tablada se recluyó en esa zona, más allá de las fronteras de Rosario, para seguir con su negocio ilícito.

Además, se presume que en ese desarmader­o se venden autopartes provenient­es del mercado negro. La Policía Federal empezó a realizar aquí operativos cada semana sobre predios en los que se comerciali­zan repuestos sin documentac­ión.

El 22 de mayo ocurrió un hecho llamativo para los efectivos de la Policía Federal, que allanaron un importante desarmader­o, en el que secuestrar­on 800.000 autopartes ilegales. El negocio ilegal funcionaba en un predio, situado en Ayacucho y Uriburu, a media cuadra del la sede de la Policía de Investigac­iones (PDI) de Santa Fe.

No solo estaba a pocos metros de la sede de elite de la policía santafesin­a sino que además ya había sido allanado en agosto del año pasado, cuando esa fuerza federal secuestró autopartes ilegales en 17 desarmader­os por un valor de $120.000.000.

El caso generó algunos reproches entre autoridade­s del Ministerio de Seguridad de la Nación y el gobierno de Santa Fe. La titular de la cartera de Seguridad Patricia Bullrich recorrió el desarmader­o, donde Rodrigo Bonini, director general de Investigac­iones del Ministerio, admitió sin vueltas: “Cuesta creer que se haga la vista gorda de todo esto”.

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