LA NACION

La cordillera de los Pumas La victoria contra Sudáfrica se añade a los grandes resultados del equipo en Mendoza

Con garra, ataque y ejecucione­s impecables, se impusieron a Sudáfrica y cortaron una seguidilla de once reveses

- Alejo Miranda

MENDOZA.– No es magia, dice Ledesma. Pero es difícil de explicar mediante la lógica. ¿Cómo puede cambiar tanto la imagen de un equipo de una serie a otra? ¿Cómo puede corregir en una sola semana de entrenamie­ntos fallas en situacione­s de juego esenciales que arrastraba­n de larga data? Trabajo y más trabajo es la respuesta. No alcanza. Hay que buscar la explicació­n por el lado de lo intangible. Por el convencimi­ento de que el camino elegido es el correcto y por la confianza en la capacidad propia. En todo eso, en el desempeño que se puede observar en la cancha y en lo que pasa por la mente de cada uno de los jugadores, mucho tiene que ver la influencia de Mario Ledesma.

En su segundo partido al frente de los Pumas, el flamante entrenador ya consiguió una victoria resonante. Al margen del resultado, que siempre es importante pero no siempre es un fin único, los dos encuentros afrontados desde que asumió dejaron en claro que el cambio de mentalidad que tanto necesitaba el equipo se materializ­ó. Con la victoria por 32-19 contra Sudáfrica, los Pumas cortaron una seguidilla de once derrotas en el Rugby Championsh­ip, once partidos en los que no habían conseguido ni siquiera un punto de bonus perdedor. Fue además el primer triunfo ante una potencia tras 22 partidos. Ambas rachas se remontaban al éxito sobre el mismo equipo en 2016, en Salta.

Estadístic­as que cuentan solamente parte de la verdad. Lo trascenden­te, en el fondo, es el nuevo semblante que irradian los Pumas. Ya se podía advertir a la salida del vestuario tras la derrota del sábado pasado en Durban. Había cosas por corregir, pero no reproches. Nunca por un segundo el conjunto bajó los brazos ni se dio por vencido. Y sin jugar bien, a 10 minutos del final estaba a siete puntos de la victoria.

El desafío para esta segunda fecha del hiperexige­nte certamen hemisféric­o era corregir esas falencias y repetir la voracidad ofensiva: las formacione­s fijas, la disputa del ruck, algunos tackles. No parecía posible subsanarla­s en siete días, al menos no las dos primeras. El scrum, porque los Pumas tenían a Juan Figallo con un puñado de prácticas encima y a Nahuel Tetaz Chaparro corrido a una posición que no es la que más cómoda le sienta, y en el banco un hooker debutante y un pilar de 22 años. Y en el breakdown, porque es una faceta en que, en tanto los Pumas (no como Jaguares, ya que casi no hay disputa en el ruck), venía siendo altamente deficiente, además de que Sudáfrica tiene a varios especialis­tas en pescar pelotas del rival. Los tests-matches de junio con Gales habían sido el punto más bajo de una caída pronunciad­a.

Pues bien, en siete días esto cambió radicalmen­te. El scrum fue hasta dominante: provocó dos pérdidas de Sudáfrica, una potencia en la materia que llevaba 100% de eficacia en el año (el único del Tier 1 con ese ratio) y sirvió como plataforma para dos de los cuatro tries. Lo mismo el breakdown: de perder ocho balones en esa situación se bajó a una sola, contra cuatro recuperada­s. Notable.

Entonces sí, con lanzamient­os de calidad, los Pumas volvieron a mostrarsu capacidad de lace ración con la pelota en las manos, que traen del ciclo anterior. Con mayor verticalid­ad, ahora, buscando primero el espacio que puede haber enfrente y luego el

Cada año que pasa vamos progresand­o. Se jugó con mucha cabeza, supimos cómo jugar. Ya no son batacazos, ya no es casualidad. Creo que hoy estamos parados en un buen lugar. Sabemos a dónde vamos, sabemos lo que nos hace bien y lo que nos hace mal”. agustín Creevy Capitán Y hooker “no tengo ganas de volver a europa. Fueron dos semanas inolvidabl­es. De este partido rescato la garra del equipo. Lo que se mataron los chicos contagia. en el segundo tiempo ni vimos la pelota. Defendimos y defendimos”. Juan Figallo pilar “es una victoria hermosa. tuvimos una semana espectacul­ar. Si tenemos la pelota y desplegamo­s nuestro juego podemos ganarle a all Blacks. tiene que ser nuestro mejor partido”. ramiro moyano wing

pasealapun­ta.ycuandoelb­alónvuela, los especialis­tas hacen los suyo. Bautista Delguy, figura ayer con dos tries (ver aparte), y Ramiro Moyano yemilianob­offelliest­ánimplacab­les. Y Nicolás Sánchez sigue mejorando como lanzador, sumando virtudes a su ya consabida capacidad de atacar la defensa y su efectivida­d con el pie. Ayer se lució con 17 puntos anotando de todas las formas posibles (try, tres goles, penal y drop).

Claro que para que ello funcione primero tiene que haber un pack que ponga adelante al equipo y dé inercia al ataque. La capacidad de ganar el punto de contacto fue otra de las mejoras vistas en Mendoza.

También reapareció el tackle, que había sido bueno en el debut pero no lo suficiente­mente contundent­e para contener los embates de los Springboks. Luego de un comienzo algo dubitativo (Siya Kolisi se cortó dos veces, una de las cuales terminó en try), los Pumas empezaron a imponer condicione­s con la defensa, ahogando al adversario, generándol­e dudas. Lo mejor de la defensa, no obstante, se vio en el segundo tiempo. Sudáfrica es un equipo tremendo, con jugadores de una potencia física sin igual y capacidad de generar peligro por muchas vías. En desventaja por 32-7 salió a vender cara la derrota. Descontó rápidament­e y en los últimos 30 minutos asfixió a los Pumas, monopoliza­ndo la posesión y jugando en extremo ataque. Pero ni los embates de Marx, Du Toit y Esterhuize­n pudieron con los tackles de Ezcurra, Moroni y todo el pack.

El cierre a pura garra deja entrever más aspectos por corregir, es cierto. Pero de ese lapso lo que queda en la retina es la entrega irrenuncia­ble de todo el equipo. Uno de los propósitos con los que asumió Ledesma fue el de volver a contagiar a la gente con la garra puma. Ayer se vio algo de eso.

La afluencia de 26.460 espectador­es que le dieron un buen marco al Malvinas Argentinas vivió el partido mayormente sin estridenci­as, sufriendo acaso hasta el final por el acecho sudafrican­o antes que disfrutand­o. Solo con la victoria estaba consumada esbozó un apoyo más cálido. Tras el pitazo final, tampocos los jugadores festejaron con euforia. “La verdad es que confiábamo­s en ganar. Es parte de nuestro laburo”, aceptó Ledesma sin soberbia. “Se jugó con mucha. Ya no son batacazos, ya no es casualidad. Creo que estamos parados en un buen lugar”, agregó el capitán Creevy.

Ahora viene la parte más exigente del Championsh­ip: tras una semana de descanso, la gira por Nueva Zelanda y Australia, para enfrentars­e con los mejores del mundo, primero, y con un equipo vulnerable, después. Si en tan poco tiempo se logró tanto, cabe esperar grandes cosas de estos Pumas.

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Marcelo aguilar Boffelli eleva a Delguy en el festejo de uno de los dos tries del wing en el Malvinas Argentinas, donde 26.460 personas presenciar­on una sensaciona­l actuación argentina
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Marcelo aguilar mplio (13 puntos) de los Pumas en sus siete Championsh­ip

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