LA NACION

El mejor lugar para que Force India se reinicie: Spa-francorcha­mps

El equipo, cuyo dueño está en problemas legales, fue comprado por el padre del piloto de Williams Lance Stroll y, con otro nombre, entra sin puntos al torneo; Bélgica es el lugar de sus resultados más destacados

- Pablo Vignone

Tres días atrás, Racing Point Force India, la quinta versión de la escudería basada en Silverston­e que compite en Fórmula 1 desde hace 28 temporadas, no estaba segura de poder tomar parte del Gran Premio de Bélgica, que tendrá su largada hoy a las 10 en el legendario circuito de Spa-francorcha­mps. Los problemas legales que se derivaron de su salvataje financiero no estaban completame­nte resueltos. Sin embargo, en la segunda fila de la grilla de salida de esta 13ª carrera del Mundial, detrás del campeón Lewis Hamilton –logró la pole position ayer bajo una lluvia inesperada– y el subcampeón Sebastian Vettel, partirán los dos coches rosados del equipo, en manos del francés Esteban Ocon y el mexicano Sergio Pérez: más que un gran resultado, un cuento de hadas para la escuadra a la que, sin importar cómo se denomine, siempre le cae muy bien el desafío de Spa.

Allí llegó por primera vez en 1991 la flamante Jordan. Uno de sus pilotos, Bertrand Gachot, había sido encarcelad­o en Londres por una agresión a un taxista, y la butaca vacante había sido “comprada” por Mercedes –que todavía no había regresado a la Fórmula 1– a cambio de 150 mil libras para sentar allí a un jovencito de 22 años al que apadrinaba: Michael Schumacher.

El alemán, que nunca había corrido en las Árdenas, deslumbró en la clasificac­ión y largó en la quinta posición, solo para que el embrague de su auto se quemara a los 500 metros. El piloto estable del equipo, el italiano Andrea De Cesaris, venía segundo dando caza al líder, Ayrton Senna, cuando a tres vueltas del final su motor se fundió. El fabricante Cosworth había preparado una versión más potente de su V8 pero que consumía 5 litros de aceite en carrera en lugar del litro habitual. Jordan clamó que no le habían avisado.

Siete años y 126 grandes premios más tarde, retornó a Spa sin una sola victoria en su historial. Pero un choque múltiple en la largada que involucró a 13 máquinas y un fenomenal error de cálculo de Schumacher, que ya corría para Ferrari y embistió por detrás al Mclaren de David Coulthard cuando ganaba por más de medio minuto de ventaja, dejaron en la vanguardia a los dos autos de la escuadra, conducidos por Damon Hill y el hermano de Schumacher, Ralf. Una orden radial sugerida por el piloto inglés congeló las posiciones y, bajo otra de las usuales lluvias intensas de Spa, el equipo del irlandés Eddie Jordan consiguió su primer halago en F. 1, y con un 1-2, nada menos. “Cuando me preguntan si esa fue mi máxima alegría, digo que fue la segunda”, escribió Jordan en su autobiogra­fía. “La primera fue sobrevivir tantos años...”, aclara.

Fue una de las escuderías más simpáticas en la Fórmula 1 moderna, pero su primera versión no sobrevivió mucho más: a fines de 2004 se concretó su traspaso al millonario ruso-canadiense Alex Shnaider. Pero ni como Midland (durante 2006) ni como Spyker (en 2007, ya propiedad del pequeño constructo­r holandés de autos deportivos del mismo nombre) levantó el nivel. Midland ni siquiera llegó a competir en Bélgica: en 2006 no hubo carrera allí.

En 2009, cuando se llamaba “Force India” –el nombre que le había puesto su propietari­o desde el año anterior, el magnate indio Vijay Mallya–, el italiano Giancarlo Fisichella obtuvo el mejor resultado de esta cuarta versión de la estructura: una pole en Spa-francorcha­mps... nunca más, hasta el reciente GP de Hungría (tres semanas atrás), alcanzó la escuadra un logro tan llamativo.

En aquella época, Mallya aportaba de su bolsillo 95% del presupuest­o operativo de su equipo. Con un auto del medio del pelotón pero ya equipado con un motor Mercedes y con nuevos alerón y spoilers, Fisichella fue batido al día siguiente en la largada y nunca más volvió a la punta; acabó como escolta, vencido por Kimi Räikkönen, de Ferrari. Ayer, Räikkönen se clasificó apenas sexto porque el equipo italiano calculó mal la cantidad de combustibl­e que le echó a su auto y eso le impidió completar la última ronda de vueltas, cuando la pista iba secándose.

Cercado por la justicia de su país, India, en los últimos años, Mallya había perdido la posibilida­d de salir de Gran Bretaña y la situación financiera de Force India se deterioró tanto, pese a que la escuadra terminó cuarta en los últimos dos mundiales, que las deudas crecieron a un punto de tornarla inviable. Sergio Pérez, al que le debían cuatro millones de dólares en sueldos, aceptó el mes pasado el consejo de Mercedes, el gran acreedor del equipo, y presentó un pedido de declarar la convocator­ia de acreedores antes de que Force India quebrara.

Un consorcio liderado por un millonario canadiense –como Shnaider–, Lawrence Strulovich (padre del piloto de Williams Lance Stroll), se hizo cargo, apartó a Mallya –que reclamaba una deuda de 208 millones de euros por sus aportes– y le cambió la denominaci­ón a la escudería para ponerse a salvo de nuevas peticiones de quiebra. Por eso, el ahora llamado “Racing Point Force India” comienza el Mundial en Spafrancor­champs sin un solo punto en el campeonato, aunque sus pilotos conservan los que ganaron en las 12 carreras anteriores corriendo por Force India.

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JOHN THYS / AFP El nuevo Racing Point Force India consiguió un gran resultado ayer en Bélgica: el francés Esteban Ocon largará tercero hoy

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