LA NACION

Las revelacion­es suman presión para reabrir causas judiciales

La cosa juzgada írrita permite pedir la reapertura de investigac­iones sospechada­s de maniobras fraudulent­as

- Candela Ini

Un fantasma recorre los tribunales de Comodoro Py y podría tocar las puertas de algunos juzgados. Es la doctrina de la cosa juzgada írrita, que permite reabrir causas de corrupción cuando su cierre fue producto de maniobras fraudulent­as. La figura genera problemas internos de peso en los tribunales. Incomoda a jueces y fiscales.

Hay dos cuestiones coyuntural­es que podrían motivar la reapertura de causas que fueron tramitadas y cerradas de manera irregular o fraudulent­a. El disparador más resonante son las declaracio­nes del exjuez Norberto Oyarbide en el marco de la causa de los cuadernos, quien dijo haber recibido “presiones” del operador judicial Javier Fernández y del espía Jaime Stiuso para sobreseer a los Kirchner, en 2009.

Además, el Consejo de la Magistratu­ra presentará una auditoría sobre el fuero federal, donde se exhibirán las sentencias que podrían ser cuestionad­as o revisadas. El presidente del Colegio de Abogados de la CABA, Guillermo Lipera, dijo a la nacion que, con la auditoría, podrían ser producto de análisis otros casos, ya que “se abrirá un camino para ver no solo qué hizo el juez Oyarbide, sino también muchos otros”.

El titular de la Unidad de Informació­n Fiscal (UIF), Mariano Federici, pidió reabrir la investigac­ión contra Cristina Kirchner por enriquecim­iento ilícito por cosa juzgada írrita. Margarita Stolbizer reclamó que se anule el sobreseimi­ento dictado por Oyarbide, por considerar­lo fraudulent­o.

Por otro lado, es improbable que los fiscales pidan que se anule una sentencia, porque esto implica denunciar como fraudulent­o un fallo que un colega suyo consintió. Quien tiene legitimaci­ón procesal para pedir la reapertura en las causas que involucran a funcionari­os es la titular de la OA, Laura Alonso. Ella dijo que está a favor de que se reabra la causa, pero como titular de la OA todavía no accionó.

En la denuncia, hecha por Enrique Piragini en julio de 2009, se indicaba que el patrimonio presidenci­al se había incrementa­do de 2007 a 2008 en un 158 por ciento. Oyarbide los sobreseyó en cinco meses, tras recibir un informe del Cuerpo de Peritos Contadores de la Corte Suprema, que concluyó que no se cometieron delitos al justificar el aumento patrimonia­l. El contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, fue aceptado como perito de parte.

Por otro lado, los peritajes de la Fiscalía de Investigac­iones Administra­tivas mostraban inconsiste­ncias y contradicc­iones en el peritaje oficial. Concluyero­n en que más de $24,7 millones no estaban “debidament­e justificad­os”. El fiscal de la causa, Eduardo Taiano, no apeló, y el titular de la FIA en ese entonces, Guillermo Noailles, tampoco.

En el libro Un ensayo sobre la cosa juzgada írrita editado en 2015 y prologado por Carlos Rosenkrant­z y Alejandro Carrió, el autor, Federico Morgenster­n, quien en ese entonces era funcionari­o de la Sala II de la Cámara Federal y es actualment­e letrado de la Corte, plantea que en estos casos no hay doble persecució­n, porque la primera no puede ser considerad­a tal: “Algo puede haber sido juzgado sin que se haya realmente perseguido al sujeto, y en esos casos la respuesta normativa debería ser que no hubo juicio, o en realidad que este fue fraudulent­o y, por ello, es nulo”.

Esta doctrina se aplica en el caso de enriquecim­iento ilícito del destituido Eduardo Freiler, quien había sido sobreseído por el mismo juez que hoy recibe el planteo de la UIF, Marcelo Martínez de Giorgi. La UIF hizo otro planteo de cosa juzgada írrita el año pasado, en una causa en la que Oyarbide sobreseyó a Ricardo Echegaray, acusado de encubrir a Lázaro Báez.

El fiscal Stornelli hizo un planteo de nulidad por cosa juzgada írrita por la causa Skanska y el juez Casanello lo declaró procedente. Hay un fallo pendiente de la Cámara Federal sobre la aplicación de la doctrina. La cámara ya avaló la doctrina en la causa contra el exjuez Galeano en 2014; argumentó que el sobreseimi­ento dictado en su favor era nulo.

En 2010, el juez Rodolfo Canicoba Corral procesó por “falso testimonio” a Eduardo Sadous, exembajado­r en Venezuela y denunciant­e de la “aduana paralela”, y aceptó que Claudio Uberti intervinie­ra como querellant­e en el expediente.

El año pasado, Canicoba Corral sobreseyó al titular de la AFI, Gustavo Arribas, en tres meses, por el presunto cobro de sobornos de Odebrecht, porque determinó que no había delito. El fiscal Federico Delgado apeló el fallo. El cambista brasileño Leonardo Meirelles, quien declaró haber hecho las transferen­cias a Arribas, también fue denunciado por falso testimonio, y el juez Bonadio ordenó su captura.

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