LA NACION

Hacienda dice que en las provincias hay superávit para compartir el ajuste

Según datos oficiales, sumaron $38.578 millones en la primera mitad del año; el Gobierno pide un esfuerzo adicional de $20.000 millones

- Pablo Fernández Blanco

En la Argentina de las malas noticias económicas, una lista de números azules sobresale en la planilla de cálculo que elabora el equipo de Hacienda, que el ministro Nicolás Dujovne le muestra con frecuencia al presidente Mauricio Macri y que revisan las autoridade­s del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). Se trata de los resultados financiero­s que cosecharon las provincias en el primer semestre del año.

Históricam­ente en rojo y atados al guiño de la Casa Rosada para obtener fondos que les permitiera­n sostener sus cuentas, una alineación de factores llevó a que los gobernador­es tengan hoy mejores números fiscales que los que puede mostrar el propio Macri. Más aún: las planillas que circularon en el Gobierno la semana pasada muestran el resultado más holgado desde 2005.

Según las cifras oficiales, a las que accedió la nacion, sobre la base de un cálculo del Ministerio de Hacienda y Finanzas, el gobierno nacional tuvo un resultado financiero (ingresos menos egresos, con el pago de intereses de la deuda incluido) negativo (déficit) de $251.187 millones en los primeros seis meses del año. Pese al quebranto, el número representa una mejora de 0,5 por ciento.

En cambio, el gran ajuste ocurrió en las provincias. Sin incluir La Pampa y San Luis (que no firmaron el acuerdo fiscal con el Gobierno), el conjunto de los distritos del interior pasaron de un rojo de $36.696 millones en el primer semestre del año pasado a un superávit de $38.578 millones en el mismo período de este año.

“Hay varias razones. La recaudació­n fue buena en el primer semestre, por encima de la inflación. Y para todas las provincias, menos Córdoba, Santa Fe y San Luis, rige una devolución de 3 puntos de la coparticip­ación por año. También hay un crédito de la Anses”, explicó Osvaldo Giordano, ministro de Finanzas cordobés.

Macri y su equipo no están celosos de la buena contabilid­ad provincial, sino que intentarán convertir esa gestión de los gobernador­es en su propia fortaleza. La estrategia ya tiene un eslogan. Como dijo un funcionari­o que talla en el ajuste, no es lo mismo recortar con provincias pobres que con provincias con dinero.

En otros términos: desde la mirada de la Casa Rosada, los jefes regionales no pueden decirles a sus habitantes que no tienen plata para hacerse cargo de las cosas que la Nación deja en el camino para cumplir el acuerdo con el FMI, en especial el año próximo.

La afirmación anterior, cuestionab­le desde el punto de vista de las carencias sociales, de infraestru­ctura y de cualquier otro tipo que se pueden encontrar en el interior, se sostiene en las planillas fiscales.

Es un infrecuent­e caso de esos en los que la penitencia está en la virtud, antes que en el pecado. Macri necesita que las provincias se hagan cargo de gastos (entre subsidios y obras públicas) por $100.000 millones el año próximo, de los cuales cree haber convencido a los gobernador­es de cubrir al menos $80.000 millones. Es un paso clave para alcanzar el año próximo un déficit primario de 1,3% del PBI, como se acordó con el FMI.

Los dueños del dinero

Los gobernador­es tienen más plata que el año pasado por diversos motivos. Sus ingresos crecieron 34,8% en el semestre, muy por encima de la inflación promedio (del 26%), mientras que los gastos escalaron menos, en el orden del 23,1%. La diferencia es de 12 puntos.

Así, tienen más recursos en términos reales y la depreciaci­ón de la moneda colaboró con la licuación de sus gastos, en especial el relacionad­o con salarios.

Si se los mira uno por uno, casi todos los gobernador­es mejoraron su contabilid­ad en el primer semestre. En la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal pasó de un rojo de $14.805 millones en el primer semestre del año pasado a cosechar $2455 millones en la primera mitad de este año, y Horacio Rodríguez Larreta, en la CABA, cambió un quebranto de $7000 millones por un saldo a favor de $11.443 millones. Pero deberán hacer frente a subsidios a la energía, el transporte y el agua corriente que hasta ahora pagaba la Nación.

Hay más ejemplos. Santiago del Estero, bajo el mando de Gerardo Zamora, está lejos de figurar entre las provincias más ricas del país, pero el superávit de $1230 millones que tuvo en el primer semestre de 2017 pasó a $5603 millones este año. El propio Macri celebró esa cifra.

Juan Manuel Urtubey (Salta), Luis Manzur (Tucumán), Omar Gutiérrez (Neuquén) y Lucía Corpacci (Catamarca) son otros jefes provincial­es que tienen una situación similar. Incluso Alicia Kirchner (Santa Cruz), que enfrenta una situación social compleja, redujo en $2243 millones su déficit.

Pese a la mejor situación de este año, tanto las provincias como Hacienda admiten que en 2019 el interior tendrá menos recursos. En parte, eso se debe a la eliminació­n del Fondo Federal Solidario, que distribuía de manera automática una parte de las retencione­s a la exportació­n de soja.

¿Por qué, entonces, un gobernador debería ceder recursos que le pide la Casa Rosada?, preguntó la nacion en un despacho nacional. Nadie duda de que Macri cumplirá con las metas fiscales del año próximo. Puede ocurrir de manera desordenad­a (por ejemplo, suspendien­do partidas para las provincias) u ordenada, que implica que ambas partes se pongan de acuerdo, dijeron.

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