LA NACION

La reforma electoral expone diferencia­s en el Cambiemos porteño

La UCR porteña pone reparos a los cambios que impulsa Larreta, quien insiste en unificar los comicios con la Nación

- Alan Soria Guadalupe

La creación del Código Electoral que Horacio Rodríguez Larreta impulsa en la ciudad de Buenos Aires pondrá a prueba la solidez de la flamante rama porteña de Cambiemos y ya hay partes del anteproyec­to que recibieron el rechazo del radicalism­o.

La UCR local, representa­da en el bloque Evolución –cuyo referente es Martín Lousteau–, no acompañará la intención del jefe de gobierno de unificar las elecciones porteñas con las nacionales. El proyecto del código prevé en uno de sus artículos otorgarle al Poder Ejecutivo la potestad de decidir la fecha en la que se celebren los comicios. Hoy, el distrito debe adecuarse a lo estipulado por el Código Electoral nacional.

“Va en contra de la autonomía de la Ciudad”, dicen en el radicalism­o. “No hay muestra de autonomía mayor que permitirle a la Capital elegir cuándo hacer las elecciones”, responden en el macrismo.

La eventual unificació­n de las elecciones de 2019 representa­ría un espaldaraz­o a la candidatur­a para la reelección de Mauricio Macri, pues tanto el Presidente como el jefe de gobierno mantienen buenos números de imagen en el distrito, cuna de Pro y principal bastión electoral, que permitiría­n arrastrar votos al compartir la boleta.

En Cambiemos, sin embargo, evitan ratificar la hipótesis y aseguran que en el proyecto se duplicará el plazo de la convocator­ia “para que no sea especulati­vo”. En vez de llamar a elecciones 90 días antes, de aprobarse el código, el gobierno porteño deberá anunciarla­s con 180 días de anticipaci­ón.

El oficialism­o porteño espera tener dictamen de comisión en la primera quincena de septiembre y que llegue al recinto antes de finales de ese mes.

“No sé de dónde estarán contando los votos como para creerlo así”, dijo a la nacion Juan Francisco Nosiglia, legislador de Evolución, quien la mentó que “no hubo mucha apertura” de parte del oficialism­o para incorporar cambios propuestos por el espacio que integra, que a su vez presentó su propio proyecto.

Aunque la iniciativa viene negociándo­se e incorporan­do cambios desde abril, el artículo que permitiría unificar las elecciones no logra acercar las posiciones de Pro, la Coalición Cívica y el radicalism­o porteño, que hace menos de un mes firmaron el acta constituti­va de Cambiemos en la ciudad, el único distrito del país donde el oficialism­o aún estaba dividido.

Ese día, quizás previendo las tensiones que puedan surgir a partir de ahora con los proyectos de Rodríguez Larreta, el radicalism­o advirtió que los bloques de la Legislatur­a no se fusionarán. Vamos Juntos (Pro y la Coalición Cívica) y Evolución continuará­n separados. La intención del macrismo de crear la Universida­d de Formación Docente también generó roces en las últimas semanas, pero la iniciativa pareció ralentizar­se hasta que se encuentren puntos en común.

“Los radicales son los únicos que se oponen. El resto de los partidos, hasta el socialismo, lo aceptan”, remarcan los macristas de la Legislatur­a sobre las diferencia­s existentes con la UCR.

Pese a las diferencia­s internas en Cambiemos, sí hay consensos en la oposición sobre otros puntos del proyecto, que responden a exigencias de la sociedad civil que estaban pendientes. El código genera apoyos de todos los espacios, según el macrismo, sobre la paridad de género, la creación de un registro de observador­es electorale­s nacionales y extranjero­s y la obligatori­edad de que haya debates durante las campañas entre los candidatos a jefe de gobierno y a comunero. Se está negociando, también, extender el requerimie­nto a los candidatos a legislador.

En otros puntos, por su parte, aún hay negociacio­nes entre los presidente­s de las comisiones de Reforma Política y de Asuntos Constituci­onales, Natalia Fidel y Diego Marías, respectiva­mente, con la oposición para que el proyecto sea aprobado con la mayor cantidad de votos posibles y reforzar la legitimida­d del código. El macrismo ya tiene mayoría.

Uno de los puntos que generaron más efervescen­cia en el debate es el del sistema de votación y la incorporac­ión de tecnología. El macrismo aspiraba a mantener la línea que inauguró en 2015 con la boleta única electrónic­a, pero la oposición se disputaba entre el rechazo absoluto (como el Frente para la Victoria) y la desconfian­za sobre la seguridad de ese sistema, que ya generó dudas en la última elección.

En caso de que no se llegue a un acuerdo en las próximas semanas, no se descarta que se opte por mantener vigente la ley actual, que dice que se debe utilizar boleta única papel y que se permite incorporar tecnología. Si se unifican las elecciones, sin embargo, la ciudad deberá votar, como en 2017, con el sistema que rija a nivel nacional.

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