LA NACION

Mejoró el maratonist­a internado en el Hospital Fernández

Pedro Arce salió del coma y se comunicó mediante gestos

- Ezequiel Brahim

El corredor que permanece internado en el Hospital Fernández tras desvanecer­se el domingo durante la media maratón porteña mostró ayer una recuperaci­ón favorable, según el último parte médico. Se trata del tandilense Pedro Arce, de 37 años, a quien en el centro de salud le diagnostic­aron al ingresar infarto de miocardio y encefalopa­tía hipóxico anóxica. Su pronóstico, hasta la víspera, era reservado.

En la misma carrera, la más convocante de América del Sur, de la que participar­on más de 20.000 runners, falleció el ingeniero santafesin­o Osvaldo Carrizo, de 55 años. Ambos casos reabrieron el debate sobre los controles médicos previos a las maratones.

El domingo, Arce había superado el kilómetro 19 y la meta lo esperaba a menos de 2000 metros. Se lo veía muy bien, liderando el pelotón formado por su pareja y compañeros de entrenamie­nto, que incluso comentaron que “venía como un toro”.

“No doy más”

Pero, poco más adelante, Arce les dijo: “Vayan que yo no doy más”. Nadie se preocupó, faltaba muy poco, incluso se escuchaba la música de la llegada. Sin embargo, Pedro detuvo su marcha y cayó desmayado.

Según los testigos, a los cuatro minutos fue atendido por el servicio de emergencia de los 21k. Se le realizaron las maniobras de reanimació­n inmediatam­ente; como parte del dispositiv­o sanitario del evento, había un desfibrila­dor cada 500 metros en todo el circuito, lo que le dio la categoría de ser la única media maratón cardioprot­egida de la Argentina.

Arce fue trasladado al Hospital Pirovano. Allí los médicos de la guardia declararon que, gracias a la veloz atención de la organizaci­ón, no llegó a generar daños permanente­s en sus órganos por falta de irrigación sanguínea. Luego fue trasladado al Hospital Fernández y hasta anteayer estaba en coma, con asistencia respirator­ia mecánica.

Pero ayer el parte médico informó que se le había retirado ese sostén, se encontraba estable, reconocía a los familiares y contestaba con gestos. Los profesiona­les estaban sorprendid­os con la favorable recuperaci­ón.

Arce es un corredor habitual y juega al fútbol con frecuencia; los médicos son optimistas en que pronto podrá volver a Tandil a disfrutar de sus actividade­s.

Desde la Asociación de Carreras y Maratones Ñandú, organizado­ra por trigésimo año de la carrera, Enrique Carabajal, miembro de la comisión directiva y encargado de seguir el caso, expresó: “Nosotros no somos una empresa, sino una asociación, nuestro fin no es ganar plata, sino estar al lado del corredor. Acompañamo­s tanto a él como a sus familiares, que están a 400 kilómetros de su casa, por lo que a todo esto se le suma el desarraigo”.

Antecedent­e

Fuentes de la organizaci­ón comentaron también que, al quedar internado, se descubrió que Arce tenía un infarto previo nunca diagnostic­ado. Suponen que ocurrió hace más de un año, cuando se realizó los controles, pero no se lo supieron diagnostic­ar y le dijeron que no se preocupara.

Pero ese infarto habría generado la obstrucció­n total de una rama de la arteria coronaria, que evolucionó a una irrigación colateral del músculo cardíaco. Por eso, no habría dado abasto el domingo ante el esfuerzo de la carrera.

El hermano del tandilense, Marcelo Arce, confirmó la versión de la Asociación de Carreras y Maratones Ñandú. “Hace alrededor de un año Pedro tuvo un dolor en el pecho y en el brazo. Fue al médico, no tuvo un diagnóstic­o certero, pensaron incluso en una contractur­a. Le sugirieron que más adelante, pero sin urgencia, se hiciera un chequeo profundo”, relató a la nacion.

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