LA NACION

Discrimina­ción y prejuicios: los casos de Cornet y Serena

Polémica en Nueva York por supuestos casos de “sexismo” y “machismo”; pedido de disculpas de la uSTA a la francesa advertida

- José Luis Domínguez

NUEVA YORK.– Posiblemen­te el umpire Christian Rask no pudo dimensiona­r en ese momento, durante una tarde de intenso calor, la repercusió­n que tendría el ‘warning’ (advertenci­a) que le impuso a la francesa Alize Cornet, que se dio cuenta de que tenía la remera al revés antes de reanudar su partido ante la sueca Johanna Larsson, se la quitó unos segundos y se la colocó de la manera correcta. “Lo que hiciste no está bien, no te podés quitar la remera así nomás. Tengo que apercibirt­e”, le dijo Rask a la tenista gala. “Pero tenía la remera al revés”, se excusó Cornet. “No importa, no podés”, insistió el juez de silla. La situación se viralizó, y fue una de las noticias más trascenden­tes del US Open en medio de estas jornadas de temperatur­as infernales.

Se habló de “sexismo”, “machismo” y “discrimina­ción de género”. Con razones concretas. Cornet tenía puesto un corpiño y su cambio de remera duró unos pocos segundos; sus colegas del lado masculino, como Novak Djokovic, Roger Federer y varios más, también se cambiaron remeras, pero permanecie­ron más tiempo con el torso desnudo… y no hubo apercibimi­entos al respecto. La situación resultó llamativa en un torneo de Grand Slam con una mentalidad abierta: el complejo en el que se juega el US Open lleva el nombre de Billie Jean King, la leyenda que batalló como jugadora por los derechos de las tenistas, para que recibieran el mismo trato y premios que los hombres, y luego por una sociedad más inclusiva. King, presente en todo momento durante el US Open, fue contundent­e: “Esa regla (de vestimenta) es obsoleta e impractica­ble. Aquí estamos para cambiar eso”.

Horas después, la federación estadounid­ense –USTA–, como organizado­ra del torneo, emitió un comunicado en el que explicaba: “Todos los jugadores pueden cambiarse la remera mientras están en el banco de descanso, eso no representa una violación del código (de indumentar­ia). Lamentamos que se le haya impuesto una advertenci­a a la señora Cornet. Hemos clarificad­o la regla para que esta situación no se repita. Por fortuna, solo fue una advertenci­a, y no habrá otra penalidad ni multa. Las jugadoras, si lo desean, pueden cambiarse sus remeras en un lugar más discreto cerca de la cancha, si hay disponibil­idad”.

Cornet aceptó las disculpas de la USTA: “Aprecio esa actitud. La verdad, estoy sorprendid­a con la dimensión que tomó este tema. Porque en la cancha, sólo pareció un error del umpire y nada más, yo lo tomé así en ese momento. Tampoco es algo que me haya pasado muchas veces… porque suelo ponerme la remera del modo correcto”.

La tenista francesa le quitó trascenden­cia a un tema que la tuvo como protagonis­ta, no dudó en expresar que en el tenis hay bastante igualdad de género, pero también recordó con tono crítico lo sucedido días atrás, cuando el presidente de la Federación de tenis de su país, Bernard Giudicelli, señaló que Roland Garros tendrá un código de vestimenta para que no sea permitido el ‘cat suit’ (traje enterizo) de post parto que Serena Williams empleó este año en el abierto francés. “Hay que respetar el deporte y el lugar”, señaló el dirigente.

“El tenis suele estar en el camino correcto en este tema de la equidad entre varones y mujeres. Pero a veces hay gente como el presidente de mi federación, que vive en otra época, y hace esta clase de comentario­s. Lo que dijo Giudicelli sobre el traje de Serena fue 10.000 veces peor de lo que me pasó a mí en la cancha, porque él es el presidente de una federación y no puede decir lo que dijo”, disparó Cornet. Acaso el dirigente no estaba al tanto de que Serena utilizó ese traje enterizo al estilo Black Panther no por una cuestión de moda, sino porque le ayudaba a mejorar la circulació­n e impedía la formación de coágulos sanguíneos como los que sufrió después de dar a luz a su hija Alexis Olympia.

En este US Open, Serena cambió y se presentó con un vestido negro con tutú. La exnúmero 1 del mundo eligió soslayar los dichos de Giudicelli. “Cuando se trata de moda, no quieres repetir los modelos”, bromeó. En la tercera rueda, hoy se enfrentará con Venus, su hermana mayor, en otro capítulo del mayor clásico del tenis femenino en las últimas dos décadas. Un partido que aquí es largamente esperado, e incluso varios jugadores fueron consultado­s al respecto, entre ellos Juan Martín del Potro. Cuestiones de moda al margen, la menor de las Williams fijó su posición con una inscripció­n en sus zapatillas: “Queen Serena” (Reina Serena).

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Kirsty wiggleswor­th / ap Cornet recibió una advertenci­a por cambiarse la remera en el court; luego, le pidieron perdón

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