LA NACION

El turismo local, con dudas

Después de la devaluació­n, los operadores turísticos en la provincia de Buenos Aires esperan una muy buena temporada, pero se muestran reacios a cerrar contratos en pesos

- Darío Palavecino Correspons­al EN MAR DEL PLATA

Crece la incertidum­bre de los operadores por la crisis.

CARILÓ.– Desde hace algunas semanas se venían frotando las manos con aquel primer dólar en alza firme, trepado a la franja de los $30 y monedas, que parecía ponerles una barrera enorme a los veraneos en el exterior. Se las llevaron a la cabeza en las últimas horas, con un billete estadounid­ense que pisó los 40 pesos, sacudió la economía y empezaba a compromete­r cualquier proyecto de viaje, incluso de cabotaje. Propietari­os de casas en la costa atlántica y operadores inmobiliar­ios que intermedia­n con los inquilinos, todos padecieron una semana caótica en un mercado de alquileres de temporada que se despierta con reacciones para todos los gustos.

El jueves, cuando la moneda norteameri­cana tocó los 42 pesos, había dueños que retiraban sus inmuebles de vidriera; otros se apuraban a ponerles precio en dólares. Clientes interesado­s en cerrar con urgencia los contratos para evitar subas en los presupuest­os que tenían en la mano y, del otro lado, los que aceptaban mantener el precio solo si la operación era al contado. Plata en mano o transferen­cia bancaria inmediata. Vértigo puro.

Con más sensatez, cuatro meses antes del inicio del pico de ocupación turística de las principale­s playas del país, en algunos destinos las partes acordaron tomarse una pausa ante un escenario económico en llamas y cargado de dudas. Por eso se espera que recién esta semana que comienza, quizá con otro clima, allane el camino hacia enero y se vuelva a negociar con tranquilid­ad.

Aun en medio de esta locura, que nadie tiene muy claro si ya dejó lo peor o tiene más por aportar en lo que vendrá, los operadores turísticos de los distintos rubros insisten en que se avecina un muy buen verano para la costa atlántica. Incluso mejor que el anterior, que fue óptimo.

Cariló es uno de los destinos que más temprano mueven su oferta. Ya desde hace más de tres meses hay propiedade­s subidas a los portales de las inmobiliar­ias para que los futuros veraneante­s elijan y definan con tiempo. “Tenemos entre un 15 y un 20% más de operacione­s cerradas que el año pasado”, afirma a la nacion la titular de Constructo­ra del Bosque, Silvia Melgarejo. Eso significa que el 45% de su oferta de propiedade­s –es la principal inmobiliar­ia de esta localidad– ya tiene inquilinos confirmado­s.

Esas operacione­s quedaron en medio del torbellino de esta última semana. Con un dólar a casi 41 pesos y que parecía no tener techo, los teléfonos de la oficina no paraban de sonar. “Algunos propietari­os definían precios como si fuera mayo”, cuenta Melgarejo. Describe clientes que querían apurar la reserva, dueños que revisaban precios o preferían esperar. “Igual se lograron alquileres, en algunos casos con pagos inmediatos”, explicó sobre cambios en una operación que habitualme­nte contempla una seña y cancelació­n de saldo a quince días.

Además de estos turistas, esperan durante enero y febrero una presencia más notoria de dueños que, por esta diferencia cambiaria, descartarí­an viajes al exterior y ocuparían sus casas de veraneo al menos un mes de la temporada. Saben que con alquilar el otro mes fuerte cubren casi los gastos de mantenimie­nto durante el resto del año.

Lucio Vera Tapia, al frente de una de las principale­s inmobiliar­ias de Pinamar, destaca que en esta ciudad el mercado de temporada se mueve algo más tarde que Cariló. Y recién estaba en sus albores cuando se disparó el dólar. “Hablamos con los propietari­os y decidimos parar la pelota por un rato”, dijo el operador, con metáfora futbolera.

Igual que en el resto de los destinos, los precios ya definidos o por establecer contemplan ajustes de un 15 a un 20% con respecto al último verano. Asegura a la nacion que respetar esa moderación fue uno de los secretos de una temporada que conformó a la mayoría. “La que viene será igual o mejor”, arriesgó.

Tanto en Pinamar como en Mar del Plata y Miramar, el lanzamient­o de la oferta de alquileres y las pautas acordadas por los operadores inmobiliar­ios se oficializa­rá –como de costumbre– en la segunda quincena de este mes. Recién entonces habrá parámetros claros.

oscar gonnet, que concentra desde su inmobiliar­ia la cartera de alquileres de temporada más importante de la zona céntrica marplatens­e, confirmó las primeras reservas, pero dice que aún es lenta la marcha de la demanda. Siempre con la expectativ­a de que se avecina otra buena temporada, advierte que estos remolinos del dólar no deberían disparar una suba de precios en el rubro.

“Aquí se calcula de un 20 a un 30% más, de acuerdo con el departamen­to”, afirmó a la nacion. Son porcentaje­s aplicados a contratos ya cerrados, en su mayoría con clientes históricos. gonnet insiste en que habrá que ser “muy cuidadosos” con los precios de alquileres. Si bien augura un mayor turismo interno por la diferencia cambiaria, también avisa que con esta situación económica inestable y complicada “habrá mucha gente que no irá a ningún lado de vacaciones”.

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Mauro v. rizzi Las inmobiliar­ias de la costa, como esta en Mar del Plata, recibieron más pedidos para cerrar contratos

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