LA NACION

El dólar está acercándos­e a un nivel de equilibrio

- Miguel Ángel Boggiano PARA LA NACION El autor es director de Carta Financiera

El dólar puede estar acercándos­e a un nivel de equilibrio. ¿Qué justificat­ivo tiene tamaña aseveració­n? ¿Hay algo que podríamos utilizar como valor de referencia para saber dónde estamos? La volatilida­d del tipo de cambio de la semana pasada fue la segunda entre las más altas desde que salimos de la convertibi­lidad, solo superada, justamente, por aquellos días en que nos despedíamo­s del 1 a 1.

Las consecuenc­ias de oscilacion­es tan violentas son verdaderam­ente nocivas, ya que en numerosos sectores llevan a una suspensión de las actividade­s porque no hay manera de estimar precios. Si un comerciant­e no sabe qué precio para poder reponer la mercadería, simplement­e no vende. Esto sucede con todos los rubros en que hay un componente importante de insumos en dólares y aún más en productos que directamen­te son transables.

¿Qué podemos decir entonces cuando la incertidum­bre parece ser absoluta? La respuesta la encontramo­s en ciertos números de la contabilid­ad del Banco Central.

Para intentar buscar una referencia del valor del dólar, tiene sentido hacer la división entre la cantidad de pesos emitidos por el Central, en comparació­n con las reservas en dólares que tiene. Ahora bien, ¿cómo cuantifica­mos los pesos emitidos? Una respuesta atenta debe indicar que con mirar la base monetaria solamente, no alcanza. ¿Por qué? Porque el BCRA ha emitido otros pasivos como Leliq, Pases y Lebac. En consecuenc­ia, tiene más sentido utilizar lo que podría llamarse “base monetaria ampliada”.

Si tomamos esta base monetaria ampliada y la dividimos por las reservas en poder del BCRA, llegamos a un tipo de cambio de $39, lo que resulta una noticia alentadora.

¿Qué fue lo que sucedió durante el miércoles y el jueves de la semana pasada? Luego de intervenir en la mañana del miércoles, el Banco Central dejó de vender hasta el final del día jueves. Por primera vez, dejó que el mercado intentara buscar su nivel de equilibrio. Sin lugar a dudas fue una decisión de máxima audacia que bien podría confundirs­e con temeridad.

Para todos quienes criticábam­os que la anterior administra­ción había malvendido reservas a $20, no podemos decir lo mismo de Luis Caputo. Sin embargo, haber transicobr­ar tado ese proceso meteórico equivalió a que nos operen despiertos, sin anestesia y de forma sorpresiva. ¿Qué podemos esperar ahora? Como sugerimos desde hace ya algunas semanas, la política iba a tener que tomar decisiones de fondo; cambios más profundos. Y entendiend­o la dinámica argentina, eso siempre sucede cuando no hay más remedio, cuando la clase política teme por su continuida­d porque se ve al borde del abismo. Solo entonces se toman decisiones valientes. Definitiva­mente llegamos a esa instancia.

La vuelta a la estabilida­d en el tipo de cambio dependerá de la audacia de las medidas que tome el Gobierno, pero no alcanzará solo con eso: hoy también necesitan consensuar de modo urgente cómo se llegará a un presupuest­o 2019 que cumpla o sobrecumpl­a lo exigido por el FMi. Con estos dos hechos, podríamos pensar en una recuperaci­ón de la demanda del peso.

Cualquiera sea el camino tomado, se debería explicitar el sendero para la futura reducción de tasas. no sería descabella­do que hoy mismo el Gobierno comunicara cuánto irá bajando la tasa de interés en los próximos meses.

Sin una rápida reducción de estas, la actividad sufrirá un proceso recesivo evitable. Después de todo, no olvidemos que Sturzenegg­er la subió de 27% a 40% con el objetivo de frenar el dólar, que en aquellos días estaba por debajo de $25.

Finalmente, la gran devaluació­n de los últimos días probableme­nte nos haya vuelto inmunes a lo que pase con el real o la lira turca.

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