LA NACION

Miguel McKelvey. el arquitecto de las oficinas compartida­s

El cofundador de WeWork visitó buenos aires y habló sobre cómo la sociabilid­ad de los argentinos es perfecta para su modelo

- POR Sofía Terrile

En los últimos años en Buenos Aires, los freelancer­s abandonaro­n la cafetería y los emprendedo­res dejaron de alquilar oficinas privadas. Hasta las empresas están cambiando de opinión en medio de la transforma­ción del espacio de trabajo: la tendencia del coworking, los espacios de trabajo compartido­s, llegó a la ciudad para quedarse y WeWork es el referente internacio­nal que vino al país para asentar el modelo.

La compañía que dio sus primeros pasos en Nueva York –donde tiene 40 edificios alquilados para subarrenda­r a sus clientes– ya cuenta con dos espacios en Buenos Aires, uno en Retiro y otro en Olivos. El próximo mes abrirá un tercer lugar en Cañitas y, en el futuro, un cuarto espacio de 36.000 metros cuadrados. Será el edificio más grande de la marca en América Latina.

En 2019 la empresa tendrá ocho edificios y, en medio de la expansión, el cofundador de WeWork y arquitecto Miguel McKelvey visitó Buenos Aires y dialogó en exclusiva con la nacion.

P ¿Por qué cree que Buenos Aires es un buen mercado para desembarca­r?

R Los argentinos son muy sociales y eso es parte de nuestra estructura. Conectar es un valor, no solamente por el negocio, sino por cómo se relacionan intrínseca­mente la vida y el trabajo. Se ve que el espíritu está alineado con el de los argentinos. Además, Buenos Aires tiene un ecosistema emprendedo­r creciente. Queremos apoyar a negocios de todos los tamaños y ser un lugar para que la gente pueda reunirse, incluso cuando los tiempos están complicado­s.

P En la Argentina el contexto macroeconó­mico no es el mejor. ¿Cómo impacta en el negocio de los espacios de coworking? ¿Hay más clientes porque las empresas reducen sus espacios de oficinas privadas?

R Lo importante es ver dónde está la oportunida­d de éxito cuando las cosas están complicada­s. Y nosotros pensamos que esa oportunida­d está cuando podés mirar a la derecha o a la izquierda y encontrar otras personas que te apoyarán en esos momentos. Capaz que hacen negocios juntos, capaz que te conectan con otra persona... o capaz es solo un oído para pensar los desafíos juntos. Pienso que, sin importar si la economía está bien o está mal, siempre es bueno estar co- nectados: esa es la fuerza de la comunidad, y no solo en los negocios.

P En ese momento en Estados Unidos, ¿no pudieron comprobar una tendencia?

R No necesitamo­s pruebas de lo que sucede porque en realidad nuestro negocio siguió siendo exitoso a pesar del contexto económico. Acá en Buenos Aires nuestros edificios están completos y lo mismo sucede cuando llegamos a cualquier ciudad.

P ¿Su modelo trasciende las crisis?

R De algún modo, sí. Somos todavía muy jóvenes, muy nuevos. Hasta el momento tenemos esta evidencia: los edificios están a capacidad completa. Además vemos números buenos en crecimient­o interno, es decir, muchas compañías que toman más espacios en nuestros edificios. Pero es difícil saber qué sucedería si no estuvieran dentro de nuestro espacio, por lo que no hay punto de comparació­n.

P ¿Trabajan con edificios a demanda con desarrolla­dores?

R No todavía pero nos encantaría tener esa oportunida­d para, además, jugar un rol en el proceso de diseño.

P ¿Y es rentable el modelo de alquilar y subalquila­r? ¿Piensan probar otro modelo?

R Hasta el momento nos resultó muy rápido, fácil y rentable este modelo de alquiler, porque ingresar desde el principio en los desarrollo­s inmobiliar­ios requeriría de una escala de tiempo mucho más larga.

P ¿Qué tipo de edificios buscan hoy?

R El mejor escenario es que sea luminoso y tenga aire. Lo importante es que te dé la sensación de bienestar. La meta es que la gente entre a la oficina y piense que le encanta venir todos los días. Queremos que los edificios tengan personalid­ad. Cuando recién empezamos veíamos que los restaurant­es, los hoteles tenían buenos diseños, pero las oficinas eran aburridas, y quisimos traer algo de ese sabor a las oficinas. Un edificio deseable, además, tiene una buena ubicación y está bien conectado en términos de transporte. Además, nos interesa que haya vida alrededor, como bares o restaurant­es, o un espacio verde para que puedan disfrutar después del trabajo.

P ¿Cuál es el rol del community manager en sus edificios? ¿Es como una evolución del facility manager?

R Su trabajo es estar al servicio de los miembros no solamente para ayudarlos técnicamen­te sino también para conectarlo­s con otros miembros. Es su anfitrión en eventos, los conoce bien para saber qué está haciendo cada uno y piensa qué persona los puede ayudar a ir más allá.

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