Sin la intervención del Central, el dólar cerró la semana en baja
crisis. El minorista descendió ayer 50 centavos y terminó la jornada en $37,81; así acumuló tres días en descenso; los analistas aconsejan mantener la cautela
Después de atravesar los peores días de la crisis cambiaria, el dólar logró una breve tregua y terminó la semana en calma. Sin embargo, y aunque creen que puede ser un punto de inflexión a la hora de lograr un precio de equilibrio, los economistas aconsejan mantener aún la prudencia y piden “no bajar la guardia”.
El dólar minorista cayó ayer 50 centavos y cerró a $37,81 sin intervención del Banco Central (BCRA), lo que los analistas consideraron que puede ser una nueva señal de distensión. También bajó el riesgo país.
Fue el tercer día consecutivo de caída de la divisa, luego de que el BCRA, que conduce Luis Caputo, impulsó el miércoles pasado una nueva estrategia de intervención cambiaria directa desde su mesa de dinero.
Ayer, el presidente de esa entidad, en Mendoza, confirmó al mercado que la nueva modalidad llegó para quedarse. Otra de las lecturas que sumó el mercado es que Caputo logró el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que el Gobierno está negociando una revisión del crédito stand-by, para modificar su política de intervención y estabilizar la plaza. De todos modos, los analistas dijeron que hay que estar atentos a los próximos vencimientos de LETE y Lebac, que sumarán presión.
“Que el dólar no vuelva a subir depende de que se anuncien e implementen políticas consistentes que incluyan la solución de las necesidades financieras del Gobierno y también la consistencia con lo que se acuerde para el presupuesto 2019”, resumió el economista Martín Kalos.
El dólar operó ayer en baja por tercer día consecutivo y sin la intervención del Banco Central. El precio de venta al público cerró en promedio a $37,81, 50 centavos por debajo del valor del jueves. El mayorista, en tanto, descendió 45 centavos con respecto al cierre de anteayer y cotizó a $36,97.
Las declaraciones de ayer del presidente del Banco Central, Luis Caputo (ver aparte); el manejo de expectativas, y las señales de avance en las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional fueron las claves para que cediera la presión sobre el tipo de cambio, opinaron los analistas.
Ayer por la mañana, Caputo estuvo en la 39ª Convención del IAEF, en Mendoza. Dio más precisiones sobre cómo seguirán las intervenciones del BCRA en el mercado cambiario: “Las subastas funcionaron muy bien en todo julio. Pero estaba claro que en las últimas dos semanas, con un mercado mucho más disfuncional, probablemente no era la mejora herramienta”, admitió, y reconoció que, por ese motivo, la entidad monetaria cambió la estrategia con ventas directas.
Según Diego Falcone, head portfolio manager de Cohen, esos dichos fueron la novedad que necesitó el mercado para mantener el precio del dólar a la baja. “[Caputo] Detalló que no va a dejar flotar el dólar, pero que tampoco se va a plantar en un nivel determinado. Así, entendemos que, cuando venga un shock de afuera, él va a dejar que el tipo de cambio encuentre su nuevo equilibrio, y lo va a acompañar”, apuntó.
Falcone añadió que en los últimos tres días de la semana el mercado parece haber “encontrado el equilibrio” en $37, luego del “sobreajuste” del valor de $40. Los volúmenes operados, que los últimos dos días alcanzaron valores menores, parecen confirmarlo: según el analista Christian Buteler, el pasado miércoles se ubicaron en los US$458 millones; el jueves, US$304 millones, y ayer, US$399 millones. Solamente el miércoles, el día con mayor volumen operado de los tres, hubo una subasta de US$100 millones y se sumó la venta directa. El cambio de estrategia, así, comenzó a marcarle al dólar un sendero hacia la baja.
Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, explicó la diferencia entre ambos métodos: “Con la subasta, se tenían que anticipar cantidades y horarios, lo que dejaba más expuesto al BCRA, porque el mercado te espera. De la otra manera, con las intervenciones puntuales, puede decidir precio para ir llevando la cotización”.
¿Qué se lee entrelíneas a partir de esta estrategia? “El Central no puede haber hecho esto sin luz verde del FMI. Hay una señal clara de que el diagnóstico del Fondo sobre la crisis local cambió: no de por qué se produjo, sino del punto en el que se encuentra”, dice.
Los $37 alcanzados ayer, entonces, parecen ser un buen nivel para el equilibrio, insistió Falcone. “Creo que el Gobierno no tiene ningún incentivo a que el dólar vuelva a $31 o $33, dadas las retenciones. Ahora ya no es como antes”, aclara.
Los $40, en cambio, eran un tanto exagerados, aseguran los analistas. “Ese valor no deja claro si hubo overshooting [un aumento excesivo en el precio], pero se llegó al punto para calmar las expectativas de devaluación en el corto plazo”, resaltó Martín Kalos, de la consultora EPYCA.
Otrasmonedasemergentesacompañaron la tendencia en la Argentina. El real, por ejemplo, se apreció este viernes un 2,17%. “En definitiva, no enturbiaron las aguas en esta semana, lo que no es poca cosa, porque la vulnerabilidad de la economía es tal que cualquier movimiento fuera de lo normal te genera una situación”, dijo el economista.
Caamaño añadió: “Se ve que después de tantos días de castigo para las monedas emergentes ya empiezan a ser más atractivos los precios. Todo eso va armando un clima que no necesariamente es optimista, pero tampoco es pesimista”.
No hay que bajar la guardia: en las próximas semanas habrá eventos que podrían sacudir al mercado de cambios. “Habrá vencimiento de LETE y Lebac, acuerdo con el FMI y discusión del presupuesto 2019. En octubre, además, habrá elecciones en Brasil, por lo que puede haber volatilidad”, advirtió Caamaño.
“Que el dólar no vuelva a subir depende de que se puedan anunciar e implementar políticas consistentes que incluyan la solución de las necesidades financieras del Gobierno y también la consistencia con lo que se acuerde para el presupuesto de 2019”, resumió Kalos. También lo dijo ayer el presidente Macri también en Mendoza: “Tres días de tranquilidad en los mercados no significan que todo se haya resuelto”.
En tanto, los bonos argentinos siguieron mejorando, lo que permitió que el riesgo país bajara siete puntos, a 722 unidades.