Luis Caputo. “Vamos hacia una situación de mucha más tranquilidad”
El presidente del Banco Central considera que la turbulencia económica se irá normalizando y negó peleas con Dujovne
El presidente del Banco Central (BCRA), Luis Caputo, participó de la 39º Convención del IAEF y se mostró optimista frente a la turbulencia cambiaria que, según él, se irá normalizando con el correr de los días. Por otro lado, desmintió los rumores de enfrentamientos con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. –¿Es cierto que está peleado con el ministro Dujovne?
– Es ficción. Ya estoy acostumbrado. Si te muestro los chats vas a ver que si estamos peleados, lo disimulamos bastante bien.
–En estos últimos días, ¿el Banco Central cambió la estrategia? –El miércoles la estrategia cambió. No están dadas las condiciones para que el Banco Central se plante y diga “el precio es este”. Tenemos un tipo de cambio flotante que nos permite absorber shocks. Si yo me hubiera plantado en $28, hubiera vendido US$10.000 millones ahí y venía Brasil, Turquía, cuadernos y nos hubiera encontrado en una posición más débil. Además, hay un acuerdo firmado con el Fondo, que tiene muchas reglas. Las subastas funcionaron muy bien en julio, pero en las últimas semanas no fue la mejor herramienta. El mercado entendió el mensaje y encontró un nivel de equilibrio sin intervención del Central, más de un 10% debajo del récord.
–¿Cómo se vivió la volatilidad de la última semana?
–Fue duro porque la desventaja es que tenemos menos herramientas, menos libertad y menos opciones que los países desarrollados. No tenemos un mercado de capitales interno que nos permita absorber shocks. –¿Va a hacer un viaje? –El sábado [por hoy] voy a la reunión de banqueros centrales en Basilea. Hay mucho apoyo internacional, pero hay otras cosas que se podrían hacer para mejorar la situación de corto plazo. Por ejemplo, que los bancos centrales de los países desarrollados puedan diversificar un porcentaje chico de sus reservas en bonos de países emergentes que tengan un programa con el FMI.
–¿Es difícil pensar en el largo plazo con la volatilidad? ¿De qué depende que se revierta? –Tenemos que ir al equilibrio fiscal. Tuvimos un camino gradual hasta hace poco porque teníamos el financiamiento, pero siempre supimos que se iba a cortar. Esto nos afectó por nuestras vulnerabilidades y shocks internos: una sequía tremenda y el escándalo de los cuadernos. –¿Cuánto falta para pasar la tormenta?
–Diferencio la economía de la recuperación de los mercados. En la economía estamos en un proceso de recesión y vamos a hacer todo lo posible para que la recuperación se dé lo más rápido posible. Los mercados tienden a anticiparse.
–¿Es viable una economía con una tasa del 60%?
–Esta es una tasa de crisis, producto de la tormenta que tenemos. Lo importante es que las Lebac o Leliq sean solo con los bancos. Tan pronto logremos reducir la inflación –con equilibrio fiscal y sin financiamiento del Banco Central al Tesoro–, naturalmente la tasa va a bajar. –¿Cómo está la emisión monetaria?
–Nosotros hemos cerrado todas las canillas de expansión monetaria desde que asumimos. Y hoy, si se quiere, la única fuente de expansión son los intereses de estas notas del Banco Central.
–¿Le preocupa la inflación?
–Y, claramente. Estamos haciendo lo que funciona en todos lados. Terminar con la maquinita, con el déficit fiscal. Eso igual no significa que la inflación se vaya a un dígito el año que viene. Todavía hay inercia inflacionaria, el pass through de lo que ha sido la devaluación y va a haber reacomodamiento de tarifas. –¿Cuándo esperan la reversión de flujos comerciales, a partir de esta devaluación?
–Ya se está dando y el año que viene se va a dar más fuerte. Este proceso está ayudando a que el ajuste de cuenta corriente se dé más rápido y el año que viene vamos a tener una cosecha mayor a la de este año. Estimamos que el déficit de cuenta corriente del año que viene va estar debajo del 1,7%. –Dujovne dice que el financiamiento está asegurado para el año que viene. ¿Qué opina?
–Que tiene razón. El financiamiento va a estar asegurado y exageradamente porque pasamos de que nos financiaban US$30.000 millones de deuda nueva por año a supuestamente nada ¿No será mucho? Naturalmente vamos a seguir teniendo financiamiento. Va a volver pronto e igualmente hay que atender a lo que el mercado exigió.
–¿Bajar el riesgo país es consecuente a lo que está contando? –Sí, es importantísimo, porque esa es la herramienta que tienen muchas empresas para financiarse y, entonces, mientras más baja es la tasa, más rentables son los proyectos que puedan tener. Va a ir pasando naturalmente, sin dudas.
–¿Es factible regular el ingreso de capitales especulativos?
–Yo diferencio entre los capitales de corto, mediano y largo plazo. La mayoría de la deuda que hemos emitido es de mediano y largo plazo. Son inversores que no están pensando en salir mañana. A esos los llaman especulativos. Bueno, no sé si lo son. Bienvenidos sean, porque son el financiamiento que nos permite crecer. Luego, hay otros capitales que son más de largo plazo y son los que estamos tratando de reducir. Las Lebac, por ejemplo. Y es bueno ir reduciendo esos capitales de cortísimo plazo, que en países como el nuestro generan algún problema.
–¿Qué se puede esperar del tipo de cambio multilateral?
–Ver que ya estamos cerca del tipo de cambio multilateral de 2003 es una señal. Los mercados exageran para un lado o para el otro, pero atrás de eso hay una lógica. Entonces, cuando eso prevalece, los mercados corrigen y eso es lo que va a terminar pasado aquí. Puede llevar un poco más o menos, pero vamos a un período de mucha más tranquilidad. –¿Cómo evalúa el nivel de las reservas?
–El nivel de reservas hoy es muy bueno, holgado. Eso no quiere decir que yo pueda hacer todas estas cosas que mucha gente del mercado quiere que haga. A veces alcanza con contracción monetaria y tasa, otras veces no es suficiente y hay que poner dólares arriba de la mesa. –¿Qué fue lo más complejo de capear desde que asumió como presidente del Banco Central? –Lo más complejo es ver qué pasa en el mercado y cosas que a uno le gustaría hacer y no puede. Esta crisis en un país desarrollado dura un minuto y medio. Es la desventaja de tantas décadas de no haber hecho las cosas como se debían.
–Hay gente que dice “esto es una conspiración de alguien implicado en los cuadernos comprando dólares” y los que dicen “este Gobierno no hace nada bien”. ¿Qué hay de verdad o no en esas teorías de la calle?
–Hay jugadores del mercado jugando en contra. Si hay alguien detrás, a mí no me consta. Pasa cada vez que hay una crisis, cuando se ve que hay forma de ganar plata. Puede haber detrás alguna ingeniería financiera, pero no es sofisticado hacer eso en mercados ilíquidos como este. No me gusta, pero es lo que hay.