LA NACION

Guy Ryder. “El trabajo no es una commodity; somos seres humanos que tienen derechos”

Para el director de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo, el país superará la crisis; pide procesos más rápidos en la Justicia Laboral

- Texto Paula Urien Enviada Especial MENDOZA

Guy Ryder dirige a nivel mundial la organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT), que el año próximo cumplirá 100 años. “El mundo laboral está cambiando, pero los principios y los objetivos de la OIT tienen permanenci­a, porque responden a lo que la gente quiere, que es trabajo decente y confianza en el futuro”, plantea Ryder, que viajó a la Argentina para participar en una reunión sectorial en el marco del G-20.

El directivo conoce bien la Argentina, y su última visita fue el año pasado, para la conferenci­a mundial para la erradicaci­ón del trabajo infantil y trabajo forzoso. Sabe que este es un momento complejo, pero que no es la primera crisis que atraviesa el país, y recomienda más diálogo entre los diversos sectores. –¿Cuál es su percepción sobre la situación argentina?

–El motivo de mi visita es la reunión internacio­nal del G-20, pero evidenteme­nte el contexto nacional está muypresent­e.estamosalt­antodelas dificultad­es que encuentra la Argentina en este momento. He vivido varias veces momentos difíciles en este país. Me acuerdo de mis múltiples visitas, entre ellas la de 2001-2002. Creo que la Argentina puede mirar hacia el futuro con optimismo. Siempre he sido optimista en lo que se refiere a este país, porque tiene muchas ventajas, por sus recursos naturales, su gente,susinstitu­ciones.mefíodeque la salida adelante pasa por el diálogo. Una de las ventajas que tiene la Argentina es que hay espacios e institucio­nes de diálogo entre el Gobierno, sindicatos y el mundo patronal. He tenido la oportunida­d de conversar con las tres partes estando aquí y veo que a pesar de las dificultad­es, de la legítima defensa de los consumidor­es, hay vocación de diálogo, y eso es importante. A pesar de esta coyuntura un poco compleja, yo creo que la Argentina va a salir adelante. –¿Hay un nuevo rol para los sindicatos en un mundo del trabajo tan complejo?

–Vivimos momentos de grandes mutaciones en el mundo del trabajo. Es precisamen­te por eso que en la OIT estamos enfocándon­os en el futuro del trabajo. Yo no creo que cambie el rol de los sindicatos, que es defender los intereses de los trabajador­es y promover el trabajo decente y de calidad. lo que cambia es la forma de hacerlo. los movimiento­s sindicales, como el resto de actores en el mundo del trabajo, tienen que poder adaptar a sus prácticas sus estructura­s para dar respuesta a nuevos desafíos en el mundo del trabajo. Pero yo diría también que los gobiernos tienen el mismo reto. Deben adaptar sus políticas para responder al impacto de las nuevas tecnología­s. –¿Van a crear o destruir empleo? –Ya veremos. No soy partidario de la idea del fin del trabajo, pero las nuevas tecnología­s van a transforma­r la manera en que hacemos el trabajo. Tenemos que examinar con mucha lucidez las prácticas para saber si van a servir en el futuro como han servido en el pasado.

–¿Qué perspectiv­as se analizaron en estas reuniones del G-20?

–El futuro, la modernizac­ión y los cambios en el mundo del trabajo. lo importante es la lógica de asumir los retos dando perspectiv­as positivas, sobre todo en los momentos de incertidum­bre. No hay que ser defensivos frente a estas mutaciones tan importante­s en el mundo del trabajo. Hay que asumir los retos del futuro.

–¿Hay demasiadas regulacion­es? –Es una particular­idad del mundo del trabajo. Pero las reglas están por algo. Mire, si se deja todo al mercado, si quitamos las reglas, las institucio­nes, las prácticas, lo que queda es un mercado que trata al trabajo como una commodity. El trabajo no es una commodity, somos seres humanos que tienen derechos, ideas y ambiciones.

–¿Puede ser que haya que empezar de nuevo?

–Uno de los grandes retos es la tendencia a la diversific­ación de formas de empleo. Hay mucho empleo que describimo­s como non standard, pensando que lo contrario es el contrato de trabajo a tiempo indefinido. Tenemos que generar nuevas reglas e institucio­nes que aseguren que las nuevas formas de trabajo sean de calidad, decentes. Hay que mirar las nuevas formas de trabajo y las oportunida­des que crean, pero también estar consciente­s de los peligros que pueden traer.

–Los costos laborales en la Argentina son muy altos. ¿Cómo hacen otros países para bajarlos?

–los países con los costos laborales más elevados son los más competitiv­os y ricos del mundo, como Suecia, por ejemplo. También Alemania, Suiza. lo importante es hacer lo necesario para que los impuestos sean bien invertidos.

–En la Argentina, siguiendo las recomendac­iones de la OIT, se toma al trabajador como la parte más débil dentro de las relaciones del trabajo.

–Hay una asimetría evidente en la relación del trabajo, nadie pone en duda esta realidad. la cuestión es el marco legislativ­o que existe en nuestros Estados miembros para reglamenta­r los procesos de relaciones profesiona­les, la negociació­n en momentos de conflicto. la OIT establece las normas internacio­nales de trabajo que protegen los derechos de los trabajador­es y definen los límites y la naturaleza de estas relaciones. la Argentina ha ratificado los convenios; es un país en el que el valor del trabajo está reconocido, es parte de su cultura. Me parece algo muy positivo. –Las empresas, sobre todo las pymes, tienen muchos juicios laborales, y se resisten a tomar gente. –Es importante que existan reglas y procesos rápidos y accesibles. la justicia del trabajo tiene que funcionar. No hay que entrar en procesos que duren muchos años y que no den resultados.

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