Un viaje en el tiempo
Balvanera, San Nicolás y San Telmo son barrios céntricos, cargados de historia y repletos de atractivos turísticos. Y por si hacen falta más excusas para disfrutarlos, tienen grandes beneficios con Club
Son los barrios más antiguos de la ciudad, y recorrerlos es una experiencia diferente a todo. Es que las calles de Balvanera, San Nicolás y San Telmo todavía conservan el encanto de otras épocas, cuando Buenos Aires se movía a un ritmo distinto y la belle époque estaba cerca. Y a la vez, están llenos de vida y movimiento: son zonas donde confluyen expresiones artísticas, bares notables, monumentos históricos y perlitas gastronómicas. Un mix que los ha hecho destacarse especialmente para los turistas, pero que también los más locales deberían apreciar. Sobre todo porque pueden aprovechar los muchos beneficios que Club LA NACION despliega en ellos.
Con edificaciones bajas que no superan los cinco pisos, San Telmo es uno de los barrios más elegidos para pasear. Los vecinos cuentan que la llegada de turistas produjo un cambio fisonómico que comenzó de a poco a explotar su perfil comercial, y así uno de sus puntos más importantes es el renovado Mercado de San Telmo. Inaugurado en 1897, aquí conviven locales de antigüedades con carnicerías, verdulerías y los más recientes puestos de comida gourmet, que incluso han dado pie a un nuevo polo gastronómico en la ciudad. Declarado monumento histórico nacional, el edificio aún conserva su estructura original adornada con cúpulas de vidrio desde el siglo XIX.
Otro de los barrios históricos es San Nicolás, uno de los principales destinos del turismo cultural y religioso de la ciudad. Y es que atesora tres de los más importantes íconos porteños: la avenida 9 de Julio, el Obelisco y el Teatro Colón. Todo un contraste cuando se sabe que en sus orígenes fue un lugar de reunión entre comerciantes, así como destino de las carretas que traían mercaderías.
Las calles de Balvanera, San Nicolás y San Telmo conservan el encanto de otras épocas, cuando Buenos Aires se movía a un ritmo distinto
Balvanera, por su parte, mantiene la tradición de ser un barrio de milongas y lugares de tango, aunque también de emblemáticos bares notables y teatros. Y como frutilla del postre, deslumbra con el Congreso de la Nación.
Entre adoquines y construcciones imponentes, cada uno de estos barrios aporta su grano de arena a la historia de Buenos Aires. Vale la pena seguir el ejemplo de los turistas y recorrerlos con otros ojos.