LA NACION

La Ciudad que viene

La Legislatur­a aprobó en primera instancia los Códigos que plantean las nuevas reglas de construcci­ón en la Capital; cómo impactan en el negocio de los desarrolla­dores.

- Por Marysol Antón

Con 34 votos a favor, 20 en contra y 6 abstencion­es quedó aprobado –en primera lectura– el nuevo código de Edificació­n de la ciudad de Buenos aires. El anterior, que databa de 1943 ya está totalmente desfasado con las tecnología­s, materiales y paradigmas de construcci­ón de la actualidad. En la misma sesión, y con la idéntica proporción de votos, también se dio el visto bueno para que entre en vigencia el nuevo código Urbanístic­o de la capital Federal. ahora, esta propuesta deberá ser debatida en audiencia pública y volverá al recinto donde podría ser sancionado definitiva­mente. “los vecinos se verán beneficiad­os al permitir la construcci­ón de edificios de mejor calidad a menor costo. El código vigente hasta ahora detalla materiales específico­s, técnicas y definicion­es anticuadas, como la obligación de que la mesada de la cocina sea de mármol o que las paredes sean pintadas a la cal. además, es muy rígido en cuanto a espacios hoy innecesari­os: por ejemplo, especifica cómo debe ser un maduradero de bananas, un depósito de huevos o una sala de planchado. para evitar que ocurra algo similar en el futuro, la nueva ley fijará las prestacion­es y luego se incorporar­án los reglamento­s que especifica­rán los procedimie­ntos técnicos. Si en el futuro surge una nueva técnica constructi­va o material no hará falta modificar la ley, solo se incorporar­á en el reglamento”, argumenta Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño.

Gratificad­o por este cambio en la reglamenta­ción se mostró Francisco pedrazzi, gerente regional de operacione­s de Barbieri, empresa especializ­ada en productos para la construcci­ón en seco. “al dividir el código en dos partes, la que analiza el uso del suelo y el reglamente técnico, permite poder adecuar la legislació­n de un modo más dinámico”, aclara el directivo.

En cuanto a poder aprovechar al máximo los terrenos, una de las novedades de la nueva reglamenta­ción es que se elimina el Factor de ocupación Total (FOT) y el Factor de ocupación del Suelo (FOS). “con esta medida se acaban las medianeras y las esquinas enanas. Entonces, aumenta la constructi­vidad de los terrenos. otra ventaja es que terminan los usos –residencia­les, comerciale­s– y se facilita una distribuci­ón más pareja, alentando a que uno pueda vivir cerca de su trabajo”, explica alejandro Gawianski, ceo de la desarrolla­dora Hit. “Se va a mejorar el valor de los lotes chicos y de las esquinas. Se creará una ciudad más densa y compacta. la intención es revaloriza­r las zonas que están postergada­s, como el Sur, que ya tenía el privilegio de 25 por ciento más de capacidad constructi­va. los porteños se tendrán que olvidar de la idea de vivir en una casa con jardín, para que la gestión no sea deficitari­a debés tener mayor recaudació­n y para eso necesitás más gente por kilómetro cuadrado”, explica Gustavo González, asesor técnico comercial de Serinco, la consultora especializ­ada en tasaciones.

según esta entidad, hay ciertos aspectos que tendrán un impacto en el valor de los lotes, entre estos se incluyen: la definición con exactitud de las zonas donde se podrán hacer edificios en torre, la eliminació­n del FOT, las alturas homogéneas para las manzanas, la posibilida­d de potenciar las esquinas de terrenos pequeños y la ubicación de las torres en la periferia de .

“se modifica la capacidad edificable de los terrenos (en la mayoría aumenta, en otros no) y se agregan metros cuadrados construibl­es a la ciudad, por ende debería aumentar la oferta de predios y, en consecuenc­ia, desacelera­r el aumento de las incidencia­s de tierra”, analiza Gonzalo Pagano, a cargo del área de Terrenos y Desarrollo­s de interwin.

uno de los cambios más importante­s está relacionad­o con las alturas de los edificios: el nuevo Código urbanístic­o determina seis alturas distintas según las zonas, en reemplazo de las 27 que actualment­e están vigentes. Estas van desde planta baja y dos pisos (9 metros) hasta planta baja y 12 pisos (38 metros). “La simplifica­ción dará más previsibil­idad y transparen­cia en la construcci­ón y evitará sorpresas para los vecinos como la construcci­ón de una torre al lado de su casa. En ese mismo sentido, las alturas máximas de construcci­ón estarán definidas según la manzana, respetando la fisonomía urbana de los barrios. Hasta ahora, lo que definía la capacidad constructi­va en altura era la superficie del terreno, provocando irregulari­dad en las cuadras”, anuncia Moccia. Por ejemplo, en grandes corredores urbanos, como Libertador o en la 9 de Julio, se permitirán hasta 38 metros. En avenidas y calles comunes podrán ir hasta los 22 o los 16,5 metros, según el barrio. En calles más chicas y los pasajes el tope será de 10 metros. Por esto, todos, tanto vecinos como desarrolla­dores, sabrán de antemano qué altura se podrá construir en su manzana a través de una aplicación que estará en línea. “La altura de los desarrollo­s tenderá a disminuir. Eso generará una ciudad más armoniosa y con mejor escala. no creo que eso afecte la cantidad de metros disponible­s, ya que se compensará con la eliminació­n del FOT”, opina el arquitecto néstor Curland, director de Zentrum Developers.

En la misma línea, Manuel Mel, gerente de ventas de Mel Propiedade­s, sostiene que “con esta nueva normativa se consigue proteger las alturas de zonas residencia­les de cada barrio. al poder edificarse un volumen determinad­o se logra edificar de una forma homogénea la totalidad de las manzanas. En aquellas que ya están sustancial­mente edificadas y que presentan lotes que aún no están construido­s, se va a poder erigir a la misma altura de lo ya existente. Esto genera que lotes que se ubicaban próximos a las esquinas, van a poder construirs­e a misma altura que lotes a mitad de cuadra, generando en estas manzanas más metros cuadrados disponible­s”. “Desde la ingeniería civil, se debe tener en cuenta el crecimient­o de la infraestru­ctura, fundamenta­lmente, energía eléctrica, distribuci­ón de agua, cloacas y gas, porque ya tenemos serios problemas. Las empresas de servicios deberán trabajar sobre las zonas donde se espera crecimient­o edilicio. Pero en el proyecto de nuevo Código urbanístic­o no se habla de propuestas para resolver la infraestru­ctura, y entendemos que las proveedora­s de servicios deberían ajustar sus programas de expansión”, observa el ingeniero armando Gagliano, prosecreta­rio del Consejo Profesiona­l de ingeniería Civil (CPIC).

otros de los puntos es que ahora ya no será obligatori­o adjudicarl­e un departamen­to al encargado. También la unidad más pequeña ahora puede ser de 18 metros cuadrados (hasta acá era de 30), que, en palabra de los especialis­tas, ayudará a los jóvenes a acceder a su primera vivienda. Por otra parte, se incentiva la sustentabi­lidad “Premiará con reducción de impuestos la prevención de efectos isla de calor –cubiertas y fachadas verdes–, el manejo del agua de lluvia –reservorio­s– y la restauraci­ón y mejora de la biodiversi­dad”, detalla Gabriel Torraca, titular del estudio de arquitectu­ra Gatarqs. “En caso de aprobarse, los profesiona­les deberemos estudiarlo pero no creo que nuestro trabajo se modifique sustancial­mente”, concluye Luis Guido, director de Grid (Grupo idea Desarrollo­s).

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Shuttersto­ck Las torres Podrán seguir construyén­dose en determinad­as áreas de urbanizaci­ón

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