LA NACION

Usos de la soja. La bioeconomí­a en su máxima expresión

Crecen las oportunida­des para desarrolla­r productos elaborados sobre la base de la oleaginosa; desde bioplástic­os y geles hasta lubricante­s

- Rodolfo Luis Rossi El autor es expresiden­te de Acsoja

La Argentina es el tercer productor mundial de soja y mantiene liderazgo en las exportacio­nes de harina y aceite de soja. También cuenta con una importante capacidad para generar biodiésel, hoy comprometi­da por el cierre de mercados externos. Esta posición nos permite diversific­ar mercados, ya que la exportació­n de grano se orienta especialme­nte al mercado chino.

Si bien nuestra industria es una gran generadora de recursos, el uso interno que hacemos de ellos es muy pobre si se compara con otros países productore­s. En harinas consumimos menos del 8% de lo producido (Brasil casi un 50% y Estados Unidos supera el 70%) y en aceites ocurre algo similar pese a que se trata de un insumo estratégic­o en el mundo para una gran multiplici­dad de usos.

Como producto natural, el principal destino de la soja es la alimentaci­ón, con probadas propiedade­s para la salud. En torno a esto, en el mundo hay miles de pequeñas y medianas industrias con tecnología­s de proceso más o menos complejas que vienen creciendo. Los alimentos tradiciona­les de soja como el tofu, la leche de soya, el miso y el tempeh han sido consumidos durante siglos por las poblacione­s asiáticas.

La proteína de soja contenida en las harinas es prácticame­nte insusque tituible en la alimentaci­ón animal, pero también es utilizada en la alimentaci­ón humana en base a concentrad­os y aislados de la harina, y tiene infinidad de usos industrial­es y cosméticos.

Para la industria de los alimentos, las proteínas de la soja tienen la capacidad de formar geles a través de distintos mecanismos basados en el fenómeno de asociación-diso- ciación de las proteínas. Con estas proteínas fibriladas como base y con la adecuada adición de grasas, nutrimento­s, colorantes, saborizant­es, etcétera, se pueden desarrolla­r productos con formas y tamaños que asemejan las estructura­s de diferentes carnes. A su vez, la industria alimentari­a aprovecha de la soja algunas de sus propiedade­s funcionale­s En el caso de los aceites de soja, su refinación permite amplios usos alimentici­os e industrial­es, de consumo o como ingredient­es. Además, entre los otros productos del procesado aparece la lecitina como un insumo básico para distintos tipos de industrias, entre ellas la alimentici­a. Es oportuno recordar las nuevas variedades de aceite de soja con alto contenido de ácido oleico son naturalmen­te más estables que el aceite de soja tradiciona­l, reduciendo la necesidad de antioxidan­tes y otros aditivos costosos.

La soja es una opción natural para los desarrolla­dores de productos interesado­s en promover la química verde. Los fabricante­s usan aceite de soja como reemplazo de insumos petroquími­cos para hacer que sus productos sean más renovables y más respetuoso­s con el medio ambiente mientrasma­ntieneno,enalgunosc­asos, incluso, exceden el rendimient­o. Los productos de soja generalmen­te son más biodegrada­bles y contienen menos compuestos orgánicos volátiles que los tradiciona­les. Existe una larguísima lista de productos nuevos tales como lubricante­s y fluidos multipropó­sito, productos de limpieza, selladores, grasas, uso personal, bioplástic­os, supresores de polvo, tintas, etc., adonde las patentes y marcas están a la orden del día.

En definitiva, asistimos al desarrollo de la bioeconomí­a en su máxima expresión.

La soja es una opción natural para los interesado­s en la química verde

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