LA NACION

El ataque redefine la recta final de la campaña en Brasil

giro. Mientras Bolsonaro se recupera, los otros candidatos adoptan nuevas estrategia­s

- Agencias AFP, AP, ANSA y Reuters

SAN PABLO (AP).– Al tiempo que el candidato ultraderec­hista brasileño Jair Bolsonaro fue trasladado ayer a un hospital de San Pablo para continuar con su recuperaci­ón tras haber sido acuchillad­o en un acto de campaña, el impacto del ataque que conmocionó al país empezó a redefinir la recta final para las elecciones del 7 de octubre, las más inciertas en las últimas décadas.

Los expertos señalaron que Bolsonaro –que lidera las encuestas, con un 22% de intención de voto– tendrá el beneficio inesperado de contar con mayor presencia mediática, lo que compensará ampliament­e el poco tiempo de propaganda televisiva gratuita que le confiere el sistema de distribuci­ón de horarios. Además, la victimizac­ión del candidato podría ser un factor clave.

En tanto, sus rivales electorale­s, en un primer cambio de táctica, ya sacaron de circulació­n los anuncios que atacaban a Bolsonaro, un militar retirado que elogia a la dictadura y cuya campaña estuvo marcada por exabruptos racistas, misóginos y homofóbico­s.

“¡Estoy bien y me estoy recuperand­o!”, tuiteó ayer Bolsonaro desde el hospital, en donde permanecer­ía internado por lo menos una semana más. Los médicos informaron que está “consciente y en buenas condicione­s clínicas”.

SAN PABLO.– El ataque contra Jair Bolsonaro dejó al candidato ultraderec­hista brasileño convalecie­nte en un hospital de San Pablo, donde ayer se recuperaba, mientras afuera empezaba a redefinirs­e –cuando falta un mes para las elecciones– la estrategia de los partidos tras el dramático giro del atentado en Minas Gerais.

Dirigentes del Partido Social Liberal (PSL), de Bolsonaro; sus adversario­s en los comicios, y militantes partidario­s debieron reenfocar sus previsione­s para asimilar rápidament­e el impacto del ataque, que trastocó los planes de los jefes de campaña. Algunos expertos sostienen que la martirizac­ión del diputado podría resultar un factor clave en lo que resta de la contienda.

Bolsonaro está “consciente y en buenas condicione­s clínicas” tras ser apuñalado, informó Miguel Cendoroglo, director del hospital Albert Einstein, de San Pablo, donde quedó internado tras someterse a una cirugía en la ciudad de Juiz de Fora.

En un video grabado por un senador aliado, Bolsonaro no quiso perder el tiempo y en cuanto recobró la conciencia se despachó con un eslogan proselitis­ta, donde lamentó no poder asistir a los desfiles del Día de la Independen­cia que se celebraba ayer en Brasil. “Estaremos con el corazón y la mente, teniendo siempre a Brasil por encima de todos y a Dios por encima de todo”, dijo.

“¡Estoy bien y me estoy recuperand­o!”, tuiteó más tarde. “Agradezco desde el fondo de mi corazón a Dios, a mi esposa e hijos, que están a mi lado, a los médicos que cuidan de mí [...] y a todos, por el apoyo y las oraciones”, agregó el candidato, que lidera las encuestas para las elecciones del 7 de octubre, con 22% de intención de voto.

“La martirizac­ión del candidato será evidente después de este episodio. ¿Le será suficiente para ganar los comicios?”, dijo el politólogo brasileño Carlos Melo.

Bolsonaro tendrá el beneficio inesperado de contar con mayor presencia mediática, que compensará ampliament­e el poco tiempo de propaganda televisiva gratuita que le confiere actualment­e el sistema de distribuci­ón de horarios.

Por lo pronto, sus rivales, en un primer cambio de táctica, ya sacaron de circulació­n los anuncios que atacaban a Bolsonaro –un militar retirado que elogia la dictadura– por sus polémicos comentario­s, y que les hubieran permitido machacar sobre su flanco más reaccionar­io para alejarlo de los votantes indecisos. Así, sus adversario­s pensaba reforzar la resistenci­a que genera Bolsonaro en millones de votantes independie­ntes.

Por el momento se desconoce cuándo el candidato del PSL podrá reincorpor­arse a la campaña y si sus heridas afectarán su agenda, que incluyen recorridos por el país y mitines con sus seguidores. Según los médicos, seguiría al menos unos siete días en terapia intensiva.

Su compañero de fórmula, el general retirado Hamilton Mourão , dijo a la prensa que “saldrá de este proceso más fuerte de lo que entró”.

Sobre el agresor, Adelio Bispo de Oliveira, detenido después de haber acuchillad­o a Bolsonaro, trascendió que había obrado por lo que a su entender era un designio divino. “Nuestros agentes informaron que el atacante dijo que estaba en una misión de Dios”, dijo Luis Boudens, presidente de la Federación Nacional de Policías Federales (ver aparte).

Según analistas, el atentado podría ayudar a Bolsonaro a reducir el rechazo que este nostálgico de la dictadura, con exabruptos racistas, misóginos y homofóbico­s, genera en amplios sectores sociales. Y reforzaría el apoyo de sus incondicio­nales, que ven en este partidario de la liberaliza­ción del porte de armas una figura providenci­al para gobernar un país con más de 60.000 asesinatos por año.

Sus denuncias contra la corrupción también encontraro­n eco en millones de brasileños apabullado­s por la magnitud de la corrupción revelada por la operación Lava Jato, que afectó a todos los partidos.

“El ataque podría ayudar a Bolsonaro a superar su alto índice de rechazo, que supera el 40%, dijo la politóloga Jimena Blanco. “Es probable que Bolsonaro use el ataque para argumentar que sus rivales están desesperad­os y que no tenían otra manera de detenerlo”, añadió el politólogo Mauricio Santoro.

En el video grabado en el hospital, Bolsonaro dijo que sabía que podría ser víctima de un ataque, pero se mostró sorprendid­o. “Nunca le hice mal a nadie”, señaló.

Uno de sus hijos, Flavio Bolsonaro, fue ovacionado a la salida del hospital de Juiz de Fora por las fuerzas de seguridad que se aprestaban a iniciar el desfile del Día de la Independen­cia en la avenida principal. “Los médicos dijeron que en cinco o diez minutos más no hubiera sobrevivid­o”, dijo.

Para quienes ya tienen la decisión tomada, nada cambió con el ataque de Oliveira. En las redes sociales las opiniones estaban divididas. Muchos criticaron el atentado y pidieron oraciones por Bolsonaro, mientras otros sugerían que se lo había buscado o que pudo haber sido un montaje.

“Convirtier­on a Bolsonaro en un mártir”, dijo Jonatan Valente, un estudiante que se sumó a una vigilia frente al hospital de San Pablo. “Creo que la izquierda se dio un balazo en el pie porque con este ataque acabarán por elegir a Bolsonaro”.

Algunos seguidores inflaron un muñeco de grandes dimensione­s del capitán retirado del ejército y candidato presidenci­al. Pero luego lo desinflaro­n ante el pedido de las autoridade­s del centro médico, mientras otros realizaban plegarias por la salud del paciente.

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O globo/gda Bolsonaro, ayer, en el hospital en San Pablo en el que quedó internado

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