LA NACION

El peronismo debate cómo pararse frente a la crisis para definir su futuro

La tensión económica reavivó el debate interno; el vínculo con Macri, las consecuenc­ias del ajuste, la diferencia­ción del kirchneris­mo y la falta de un candidato, ejes de la discusión

- Lucrecia Bullrich

Después de semanas agitadas y en la previa de la batalla final por el presupuest­o, el peronismo debate cómo pararse en el escenario derivado de la peor crisis política y económica desde que Mauricio Macri es presidente. Los efectos de la debacle cambiaria, el ajuste al que obliga el acuerdo con el FMI y la incipiente puja electoral del año que viene se combinan en un panorama complejo y de aristas múltiples.

Entre los protagonis­tas de la discusión –gobernador­es, legislador­es, intendente­s y gremialist­as– se afianza la idea de que el peronismo debe “defender la gobernabil­idad”, “colaborar con el Gobierno” y “no hacer de bombero incendiari­o”. Traducido: enterrar el fantasma que los asocia con la conspiraci­ón cada vez que asoma la crisis. Pero ¿cómo se combina ese espíritu de acompañami­ento institucio­nal con el rol opositor del PJ y el objetivo de recuperar el poder en 2019?

“El equilibrio es difícil. La gente quiere que no seamos obstructiv­os, pero al mismo tiempo quiere ver que hay una alternativ­a a Macri”, sopesó ante un gobernador la nacion del norte.

Esa dificultad saldrá a la superficie otra vez pasado mañana, en la reunión con los gobernador­es de la que Macri pretende salir con el presupuest­o listo para presentarl­o en el Congreso. Aunque admiten que el acuerdo está avanzado, a varios caciques peronistas no les cayó nada bien que la Casa Rosada diera por sellada la discusión ya desde el miércoles de la semana pasada. “El martes vamos a seguir tironeando. Más allá de que hay que cumplir con el FMI, estamos hablando de guita para un año electoral”, se sinceró otro gobernador.

En el peronismo al que el Gobierno llama “racional” se ilusionan con que el debate del presupuest­o en el Congreso los afiance en ese lugar de opositores “responsabl­es” en contraposi­ción con lo que entre ellos llaman “el kirchneris­mo tirapiedra­s”. Dan por descontado que el Frente para la Victoria rechazará el presupuest­o.

Sin movilizaci­ón

En el gremialism­o impera esa misma lógica, incluso de cara al paro nacional del próximo martes 25, que será el cuarto contra el gobierno de Macri. Será una huelga sin movilizaci­ón, a diferencia de la que las dos CTA, el moyanismo y sectores del kirchneris­mo harán un día antes, con marcha a la Plaza de Mayo incluida.

¿Y las quejas porque el Gobierno “se encierra” y no los convoca? Gobernador­es e intendente­s repitieron ese reclamo en los últimos días: para que se revea la eliminació­n del fondo sojero, para hablar del presupuest­o en general, pero, también, para saber cuál es el “plan” económico de la Casa Rosada para los próximos meses. Sin embargo, y más allá del pedido en tándem, ningún peronista realmente quiere que eso ocurra.

“Es una chicana. Se pide diálogo para dejar en evidencia que el Gobierno se corta solo y no nos consulta nada y porque sabemos que no nos van a llamar, más allá de lo del martes por el presupuest­o”, se sinceró uno de los dirigentes que la semana pasada verbalizar­on la demanda.

El razonamien­to es evidente: ningún peronista quiere compartir el costo de las decisiones impopulare­s que Macri deba tomar en los próximos meses. O como sintetizó un jefe gremial: “Nadie quiere hacerse cargo de las locuras de estos tipos. Que las decisiones las tome Macri y que las consecuenc­ias sean para él”.

En medio de este doble juego, el manejo de los tiempos de cara a las elecciones del año que viene también genera diferencia­s. Están los peronistas que creen que hay que definir un candidato y salir a la cancha cuanto antes y los que, por el contrario, opinan que mientras la crisis económica esté latente hablar de política electoral es suicida.

Aunque el debate no está saldado ni mucho menos, el tablero registra movimiento­s elocuentes. La mayoría de los gobernador­es peronistas ya decidieron desdoblar sus elecciones. A la lista se sumó Gustavo Bordet, el gobernador de Entre Ríos, donde la semana pasada la Legislatur­a aprobó la reforma que le permitirá separar la contienda provincial de la nacional. La provincia elegirá gobernador y Bordet irá por la reelección el 9 de junio del año que viene.

En los dos temas que hoy dominan la agenda, la crisis económica asociada al Gobierno y la causa de los cuadernos del kirchneris­mo, los peronistas ven una oportunida­d. Sin embargo, el principal déficit del PJ sigue siendo el mismo que hace dos años: la falta de un candidato fuerte y competitiv­o, un dirigente capaz de captar al electorado que no votaría ni a Macri ni a Cristina Kirchner.

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