LA NACION

De la Cordillera al mar: 12 días de bike rafting por la cuenca del río Santa Cruz

Tres amigos se embarcaron en una travesía de 385 km por el último río glaciar libre

- Julieta Bilik

“Río, pasajero eterno”, cantaba Teresa Parodi. Pero no siempre. Convocados por el fluir del Santa Cruz, uno de los únicosque-porahora-bajalibred­esde los Andes hasta el mar pero en el que está planeada la construcci­ón de dos represas, tres viajeros recorriero­n su cuenca de 385 km en una travesía de 12 días que alternó botes inflables y bicicletas. Aquí, su historia.

Marisol López y Javier Rasetti estudiaron cine y fotografía. Y juntos lograron hacer que sus vidas fueran como la película que habían soñado. Su proyecto, Nación Salvaje, combina viajes, deporte, naturaleza, fotografía y video documental. Como pareja hacen travesías en bicicleta que documentan desde 2014 y proyectan cruzar los 43 pasos fronterizo­s entre la Argentina y Chile en la Cordillera de los Andes.

Aunque los comienzos no tienen explicació­n, ellos esbozan uno :“Éramos dos personas cualquiera, en un mundo repleto de personas cualquiera,desesperad­amente hacer algo distinto. Ni mejor, ni peor, ni loco, ni heroico. Simplement­e distinto”.

Y en marzo de este año, lo distinto volví o a manifestar­se. El destino le sindicó la estepa patagónica, ese para je que para muchos resulta inhóspito y en el que otros acusan que “no hay nada”. ¿El desafío? Atravesar el río Santa Cruz, cuyos máximos caudales se dan en esa época del año.

Sol, como le gusta que la llamen, cuenta: “Hacía poco habíamos conseguido los packrafts, unos botes inflables y fáciles de transporta­r que nos mandaron desde Estados Unidos y se nos ocurrió que, más allá de usarlos para los cruces, podíamos hacer la travesía del Santa Cruz”.

Con un poco de apuro, porque si la construcci­ón de las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa seguía su curso cambiaría para siempre el cauce natural del río, decidieron hacerla e invitar a Andrés Calla, alguien que, como ellos, hizo de su vida un viaje y lo cuenta en La vida de viaje. En Facebook suma 230.000 seguidores.

Ex publicista, este treintañer­o oriundo de San Isidro viaja con Jimena Sánchez desde 2013, cuando recorriero­n completa la ruta 40 en bicicle-

ta durante meses. “Fue como volver a nacer”, explica desde el otro lado del teléfono mientras se oye el ladrido de un perro. Ayer, en Mendoza capital pero hoy -de nuevo- en la montaña sin señal de celular, comodidade­s ni Internet.

“El viaje al Santa Cruz lo empecé en 2013 mientras recorríamo­s la 40 y atravesamo­s un puente por el que pasa el río. Verlo por primera vez me impactó. Ante la propuesta no lo dudé.

A veces creemos que los lugares siempre van a estar ahí; pero puede no ser así”.

Aunque sonaba a locura por el uso de los botes que no estaba dentro de su expertise y la logística que conllevaba -incluida la documentac­ión audiovisua­l de todo lo que hicieran para la película 12 días que produjeron luego de finalizada la travesía-, los tres quijotes millennial­s cargaron de petates sus bicis y emprendier­on

el bikeraftin­g. “El río Santa Cruz es uno de los últimos libres que bajan desde un glaciar en la Cordillera hasta el Atlántico y por eso es todo un símbolo en la Patagonia. Además, su geografía es impactante. Son lugares muy salvajes, inhabitado­s, con clima hostil. El río tiene una potencia por sí mismo a la que se suma lo que lo rodea: la estepa, el viento, la Patagonia Austral”, cuenta Sol desde San Javier en la previa de una nueva subida al Champaqui. Y agrega: “Este tipo de lugares son los que más nos atraen ya que nos conectan con otra cosa en donde no manda el hombre y se impone la naturaleza”.

En la cuenca del Santa Cruz, los viajeros debían adaptarse a la ferocidad de los vientos para decidir si subirse a los botes o a sus bicicletas. De un color turquesa muy particular, es la tercera más importante del país y dentro de ella está el Parque Nacional los Glaciares. El primero en recorrer la completa fue el naturalist­a Francisco P. Moreno, que en 1876 la navegó desde su desembocad­uray narró esas hazañas en Viaje ala Patagonia Austral. Antes, habían estado en la zona Darwin y su capitán Fitz Ro ya bordo del Be ag le, además de George G. Musters.

Pero el gran descubrimi­ento lo hizo Moreno -el mismo que le dio nombre al glaciar- ya que encontró el lago en el que nace y lo bautizó Lago Argentino para reafirmar la precoz nación y disipar cualquier posible disputa territoria­l con Chile. Aunque siempre pasajero, todavía está por definirse si el Santa Cruz será eternarmen­te como lo conocemos o cambiará según la construcci­ón de las represas, por ahora en pausa.

12 días y Pacto de río (en la que el triatleta Germán Loli Roberts recorre la cuenca en kayak sin asistencia, bajo la consigna “Río Santa Cruz sin represas”) se pueden ver en el Banff Mountain Film Festival World Tour el próximo miércoles en el Village Recoleta. banffargen­tina.com.ar.

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Cuando el clima lo permitía iban en bote inflable; el resto, en bicicleta
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