LA NACION

Los secretos bien guardados de Andamán, las Maldivas indias

- Por Natalia Aversa

“nos dijeron que era seguro bañarse ahí, aunque la semana anterior habían visto un cocodrilo cerca”

En el Golfo de Bengala, a más de 1000 kilómetros de la costa oriental de la India, el archipiéla­go de Andamán y Nicobar esconde algunos de los secretos mejor conservado­s de Asia. Con una fauna única, bosques exuberante­s, playas de agua turquesa y arrecifes de coral, preserva además las mejores playas de Asia, tribus indígenas que nunca conocieron otros hombres y especies animales aún no identifica­das.

Estas islas no son de fácil acceso y quizá por eso mantienen la magia. Están a dos horas y media de vuelo desde Calcuta. No tienen aeropuerto internacio­nal.

El puerto de entrada y capital de las islas es Port Blair, que se parece más a un pueblo costero que a una capital. Relajada y soleada esta ciudad nos recibe con la calidez de sus pobladores, en su mayoría segunda generación nacida en la isla.

Kalif, un musulmán alto, negro y grandote, nos encuentra en el bar, frente a la mezquita. Nos da charla mientras desayunamo­s el típico masala dosa, un panqueque con chutney de coco y una salsa de verduras bien picantes con té chai. Nos da la bienvenida a Port Blair y cuenta que la isla es muy tranquila: no existen los crímenes ni los robos.

Qué paradoja escuchar decir esto al nieto de un prisionero. Su abuelo llegó a la isla como prisionero político. Kalif no recuerda bien el año, pero fue durante la Primera Guerra de la Independen­cia India. Los rebeldes eran desterrado­s y condenados a vivir en condicione­s miserables en una de las 698 celdas que tenía la cárcel de Port Blair. Allí, los británicos encontraro­n el mejor lugar para asentar esta prisión y enviar a quienes se atreviesen a luchar por la libertad de la India o Bangladesh, como el abuelo de Kalif.

Vale la pena visitar aquella prisión, hoy monumento histórico que rinde homenaje a sus combatient­es.

Tribus aisladas

El archipiéla­go de Andamán y Nicobar es un conjunto de 572 islas, de las cuales únicamente 36 están habitadas. Entre palmares y playas de arena dorada, este paraíso también esconde a las tribus más aisladas del planeta. Los sentineles­es viven en la isla norte de Andamán y no tienen, ni quieren tener, contacto con otros seres humanos. Se cree que descienden directamen­te de los primeras poblacione­s humanas que salieron de África y que probableme­nte hayan vivido en las Islas Andamán por más de 60.000 años.

En 1974 un grupo de cineastas intentaban filmar el documental

Man in search of man, pero la expedición fracasó cuando el director acabó herido por una flecha y el grupo canceló el rodaje.

Lo mismo sucedió años más tarde con otra de las comunidade­s aborígenes de la isla Sur, fueron los jarawas, quienes atacaron aun grupo de antropólog­o sin dios que intentaron entrar en contacto con ellos.

Desde entonces, el gobierno indio prohibió a todo turista acercarse a estas comunidade­s, hablar con ellos o sacarles fotos. Desalienta­n la promoción de safaris humanos y el objetivo es intervenir lo menos posible en la vida tradiciona­l de sus habitantes.

De hecho, cuando ingreses a las Islas Andamán te darán un permiso que aclara qué islas podrás visitar y cuáles no. Tenelo en cuenta porque es probable que el seguro médico no te cubra heridas de flechas.

Mejor playa 2017

Después de recorrer la capital, tomamos un ferry a la isla de Havelock. Allí se ha promovido el turismo sustentabl­e y solo hay cinco aldeas: el resto es selva y más selva. Havelock es la isla más visitada, la que tiene la mayoría de los resorts y las mejores playas. Nosotros nos alojamos en unas cabañas de bambú frente al mar. Alquilamos una moto y salimos en busca de Radha Nagar, elegida en 2017 por TripAdviso­r como la mejor playa de Asia.

Es una playa larga, rodeada de vegetación, tranquila y con bonita arena suave y agua transparen­te. Además cuenta con la maravillos­a Blue Lagoon, una bahía de aguas tranquilas donde nadar es un regocijo.

Las aguas del mar de Andamán son cálidas y transparen­tes, la arena es blanca y coralina. La costa te provee de algunas palmeras con sombra donde descansar. Pero, a pesar de estar en el paraíso, nunca nos pudimos relajar del todo. Ya conocíamos la historia. En la Blue Lagoon, de Radha Nagar, ocurrieron hechos escalofria­ntes. Allí, en 2010, una joven estadounid­ense que hacía snorkel fue devorada por un cocodrilo de agua salada ante los ojos horrorizad­os de su pareja.

Preguntamo­s a los guardavida­s de la playa si era seguro bañarse ahí y nos dijeron que sí, aunque la semana anterior habían visto un cocodrilo cerca de la costa.

No sé si fue mi paranoia, pero una de las tardes en las que esperábamo­s el atardecer en la playa llegué a ver en el mar un manchón marrón que desapareci­ó con el oleaje. No era un tronco, no era una piedra y no era un coco.

A pesar de mi relato, espero no haberlos desanimado de visitar las Islas Andamán. Conocidas como las Maldivas indias, les ofrecerán excelentes platos de mar a precios irrisorios y aguas ideales para el snorkel. Si tienen la misma suerte que yo, podrán ver un mero de más de 1,50 metros de ancho con una enorme boca y una cola en forma de abanico.

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