LA NACION

Exponen en EE.UU. el Código Penal que impulsará Macri

El juez Mariano Borinsky presentó el proyecto a abogados, analistas y funcionari­os

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE. UU.

WASHINGTON.– El Gobierno planea enviar el proyecto de reforma del Código Penal al Congreso luego de que sea aprobado el presupuest­o para el año próximo, la máxima prioridad legislativ­a para el presidente Mauricio Macri, con la cual apuesta a brindar una señal de previsibil­idad que ayude a reencauzar la economía.

El presidente de la Comisión de Reforma del Código Penal, el juez Mariano Borinsky, viajó a Washington para presentar el proyecto a abogados, analistas y funcionari­os del gobierno de Donald Trump, y anticipó que, antes de viajar, Macri le dijo que quiere enviarlo al Parlamento después de que salga el presupuest­o que formalizar­á la meta fiscal de “déficit cero” acordada con el Fondo Monetario Internacio­nal.

“El Presidente dijo que quiere enviarlo después de la aprobación del presupuest­o. El Código ya está terminado. La Comisión ya hizo su trabajo. Hoy es solo un tema de agenda política”, indicó Borinsky a la nacion.

En Washington, Borinsky discutió la reforma con funcionari­os del Departamen­to de Estado y el Departamen­to de Justicia. Hoy lo presentará en el Wilson Center. Los funcionari­os estadounid­enses se mostraron “muy interesado­s” en el proyecto, indicó, en particular en las modificaci­ones vinculadas a delitos globales, como terrorismo, narcotráfi­co y corrupción. El nuevo código, indicó Borinsky, ayudaría a estrechar la cooperació­n en seguridad con Estados Unidos al modernizar y unificar la legislació­n sobre terrorismo y narcotráfi­co. “Es la piedra angular”, describió el juez.

La reforma del Código Penal, cuya versión actual data de 1921, incluye una letra más dura en insegurida­d, narcotráfi­co y corrupción; incorpora genocidio, lesa humanidad, desaparici­ón forzada, crímenes de guerra y agresión, y despenaliz­a la tenencia de drogas en “escasa cantidad” para uso personal dentro del ámbito privado en línea con el fallo “Arriola” de la Corte Suprema. También exime de responsabi­lidad a la policía cuando actúa en cumplimien­to del deber y castiga con prisión los piquetes y las agresiones de manifestan­tes a policías.

El proyecto ofrece “un avance”, en las palabras de Borinsky, en los derechos de las mujeres, al considerar la violencia de género un agravante –sin probation–, y preservar y ampliar las actuales de aborto no punible cuando existe “abuso sexual” o está en peligro la vida, la salud física o mental de la madre. Las mujeres que causen su propio aborto pueden ser eximidas de pena por un juez.

“Es un avance. Es un paso. Estás avanzando hacia reconocer los derechos constituci­onales de las mujeres”, indicó. “Buscamos una posición intermedia que mantenga el delito [del aborto], pero con concesione­s a las mujeres, incluso la exención de punibilida­d, de prisión, que la tiene que disponer el juez”, explicó el juez.

Si Macri envía el proyecto al Congreso, ya será todo un logro: nunca un presidente impulsó una reforma. Antes de la comisión que preside Borinsky, integrada por 12 miembros que trabajaron ad honorem, hubo 17 comisiones reformador­as cuyo trabajo nunca llegó al Parlamento. Durante el kirchneris­mo hubo dos intentos, pero por decisión, primero, de Néstor Kirchner y, luego, de Cristina Kirchner, los textos nunca llegaron a ninguna cámara o comisión.

A sabiendas de que el proyecto puede llegar a naufragar en el Congreso, Borinsky dijo que el trabajo de la comisión buscó crear un código “pragmático” y “posible”, que atiende a posturas defendidas desde las dos puntas del arco ideológico.

“No es un código ideológico. Es pragmático, plural y federal”, indicó el juez. Y agregó: “Todo el arco político está de acuerdo en que el Código Penal debe ser modificado”.

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