Exportar nunca ha sido fácil para la Argentina
La Argentina es el único país que necesitó 27 años para superar los US$2000 millones de exportaciones, desde 1946 hasta 1972, dice Raúl Ochoa, profesor de Comercio Internacional de la UBA. El mundo tuvo un crecimiento increíble, el más alto de la historia entre 1950 y 1970, basado en los beneficios del GATT. Al inicio de esos tiempos, la Argentina tenía una participación del comercio mundial del 3%, y en la actualidad llega a solo 0,347%, la menor en toda su historia.
Exportar nunca fue fácil para el país. Su mejor década se debió enteramente a China, que compró mucho y se convirtió en una aspiradora que aumentó desproporcionalmente los precios de las materias primas. Los “superprecios” de las materias primas llevaron al récord de exportaciones de toda América Latina. Esos años hicieron crecer las economías, pero ni la pobreza ni la distribución de la riqueza mejoraron ostensiblemente. Los precios superaltos como llegaron se fueron, y las exportaciones bajaron en todos los países de la región sin excepción. En la Argentina, de los US$88.000 millones vendidos pasamos a los actuales 55. Aumentarlas será difícil con una sequía y con un precio de la soja disminuido por la influencia de la potencial guerra comercial.
Vendemos US$13.000 millones menos que Chile, que exporta por US$68.000 millones. Ni hablar con México o Brasil. Pero una comparación que siempre hacen los expertos es con Australia, por tipo de producción y ubicación geográfica: los australianos exportan US$230.000 millones. En 2001 exportábamos el 42% de los australianos. Hoy solo un cuarto de lo que ellos exportan (25%). ¿Cómo lo hizo Australia? Exporta minerales, oro, trigo, cobre, vino, algodón. La mitad de lo que exporta son minerales y petróleo. Lo curioso es que son 25 millones de habitantes: exportan US$10.000 por habitante y la Argentina, 1300 por persona. Para 1950, Australia era un 35% más rico que los países de OCDE. En 1983 era un 5% más bajo. Tenían tres problemas que los llevó a ese descenso: un sector manufacturero poco competitivo, baja productividad laboral y empresas estatales ineficientes. Atacaron esos tres problemas y se abrieron al mundo, buscando llegar a los mercados más interesantes.
Podemos empezar por allí y potenciar las producciones de las provincias menos competitivas.