LA NACION

Ritondo apunta al narcotráfi­co

El ministro de Seguridad bonaerense resaltó la batalla contra las drogas como una herramient­a clave para bajar los índices de violencia en todos los distritos

- Texto Fernando Rodríguez

Lo considera “la madre de todas las batallas”.

Desde el piso 19 del edificio del Bapro en la City porteña se pueden ver el río, el Cabildo, la Plaza de Mayo, los principale­s edificios gubernamen­tales y, a algunas cuadras de distancia, la cúpula de la Legislatur­a porteña, esa que lo tuvo como una de sus máximas figuras, en tiempos en que lideraba el bloque macrista en la ciudad. Cristian Ritondo no puede ver desde ahí, sin embargo, el territorio bonaerense, ese que es objeto de un trabajo y de una preocupaci­ón que él mismo define como “de 24 horas por siete días”. Que no lo vea, sin embargo, no significa que no le sea omnipresen­te. Recibe a la nacion en el centro porteño para una entrevista, pero al cabo de una hora irá al helipuerto para viajar a Junín, donde el jueves pasado comenzaron las reuniones de los Consejos Regionales de Seguridad con intendente­s, para tratar situacione­s específica­s y definir esquemas de colaboraci­ón en los que el Ministerio de Seguridad se ocupa del despliegue policial y las comunas, del asfaltado, la iluminació­n, la poda y la instalació­n de cámaras, por ejemplo, medidas que aportan en la prevención.

En su diálogo con la nacion Ritondo admitirá que las cifras de robos y hurejemplo, tos, los delitos que cotidianam­ente más golpean a los ciudadanos, siguen sin tener bajas significat­ivas. Pero reafirmará, una y otra vez, que la lucha frontal contra las mafias y el crimen organizado es central para lograr resultados contra los delitos menores. En ese sentido, sitúa al combate contra el narcotráfi­co como “la madre de todas las batallas”.

–¿Cómo evalúa el avance de la gestión?

–Nos propusimos con la gobernador­a un plan de reforma integral de la policía y de la política de seguridad de la provincia. Un plan de largo plazo, aunque con la búsqueda de logros parciales. Trabajamos sobre cuatro ejes: primero, transparen­tar la policía, hacerla más cercana, más creíble, pasando la administra­ción y asuntos internos a manos de civiles e instituyen­do la obligatori­edad de presentaci­ón de declaracio­nes juradas de bienes y exámenes toxicológi­cos. Segundo, con capacitaci­ón, reentrenam­iento y formación permanente­s (en actitud policial y tiro, por supuesto, pero también en violencia de género y técnicas de resucitaci­ón cardiopulm­onar), con aumento de los tiempos de instrucció­n; la bonaerense es, por la primera policía del país capacitada para la preservaci­ón de un potencial donante de órganos. Tercero, con reequipami­ento (chalecos antibalas para cada efectivo de calle y 4000 vehículos nuevos) e incorporac­ión de tecnología que nos permitió, por ejemplo, llegar del 40 al 92% de la población alcanzada por el 911, tener comunicaci­ones encriptada­s integrando la policía, el SAME, los bomberos y el personal de autopistas, e ir ampliando la nueva aplicación que permite a los ciudadanos hacer sus denuncias y que lleguen directamen­te al Ministerio de Seguridad y a las fiscalías, para que no se “cajoneen” nunca más. Y decidimos que la prioridad sería dar una batalla amplia y muy fuerte contra los delitos graves y el crimen organizado. –¿Cuál es el delito que hoy más le preocupa? –Siempre el que más nos preocupa es el homicidio en ocasión de robo. Una sola muerte es un drama inconmensu­rable; detrás queda una familia destruida, a la que nosotros acompañamo­s. Tenemos una altísima eficacia en el esclarecim­iento de delitos graves, del orden del 90%. El robo sigue siendo un delito muy presente; hemos logrado descensos en la tasa de ese delito, pero el volumen es aún muy alto. Estamos tratando de combatirlo con los operativos de saturación, con 12.000 efectivos y el apoyo de las fuerzas federales. Y el nuevo sistema de denuncias, que a fin de año funcionará en todo el conurbano, nos va a hacer subir los números, porque esperamos un “sinceramie­nto” de las cifras, pero al mismo tiempo nos permitirá precisar qué pasa y dónde pasa, para poder afinar las medidas necesarias. Al mismo tiempo, es importante que se aplique la ley. El que delinque debe saber que va a tener un castigo. Por eso es importante el esclarecim­iento del delito grave. Es imprescind­ible que vaya preso el que está ilegalment­e en la calle con un arma. Que el que tiene diez o quince causas esté preso. Hay que dar señales de que no se pueden cometer ciertos delitos y tener posibilida­des de salir rápido, que los reincident­es no saldrán antes de cumplir sus penas. Si los liberamos tan fácil se hace cuesta arriba recuperar niveles aceptables de seguridad. –¿A pesar de esto, el crimen organizado y el narcotráfi­co siguen siendo el principal objetivo? –Es que el narcotráfi­co es el padre y la madre de todos los delitos. El narcotráfi­co es nuestro enemigo. Y para bajar el delito menor hay que combatir y erradicar a las grandes bandas. Por ejemplo, nosotros encontramo­s que muchos de los delincuent­es que roban son consumidor­es de drogas, lo que nos confirma la necesidad de erradicar a los vendedores. Venimos destruyend­o búnkeres de venta de estupefaci­entes en los barrios. Llevamos más de 83.000 operativos antidrogas, con récord de secuestros de estupefaci­entes y de detenidos. Damos pelea para acabar con una forma de negocio en la que armar un búnker era más fácil que poner un quiosco. Hay que terminar con la idea de que el narco es el más vivo; hay que dar, también, una batalla cultural en los barrios atravesado­s por el narcotráfi­co. Trabajamos con los ministerio­s de Desarrollo Social de la provincia y de la Nación para recuperar esos lugares donde desarmamos los búnkeres y darles un uso social, como las Casas de Justicia, para llevar el Estado a los barrios más necesitado­s, para llevar a los chicos a la escuela y a los jóvenes más grandes darles herramient­as para que se puedan insertar en el mercado laboral. Pero no es solo narcotráfi­co: bajamos un 65% los secuestros extorsivos, descendió entre 18 y 20% el robo automotor; también bajamos el cuatrerism­o, la piratería del asfalto. Dimos golpes muy importante­s en La Salada, también avanzamos contra los barrabrava­s… Sin corrupción, con capacitaci­ón a las fuerzas, herramient­as para investigar y decisión política pudimos bajar estos delitos complejos. Tenemos decisión política para ir contra los sectores mafiosos.

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Ministerio de seguridad bonaerense El ministro Cristian Ritondo, el jueves al asistir a una reunión con intendente­s en Junín

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