LA NACION

La Costa del Sol se convierte en campo de la mafia con negocios y ajustes de cuentas

Crece la preocupaci­ón por la ola de asesinatos y torturas del crimen organizado

- Silvia Pisani CORRESPONS­AL EN ESPAñA

MADRID.– No solo el turismo internacio­nal. También jefes mafiosos de diferentes partes del mundo eligen las paradisíac­as playas y el buen clima de la Costa del Sol, en España, para refugiarse y, de modo más inquietant­e, traer consigo sus peligrosos ajustes de cuentas.

“Es una tendencia que empieza a preocuparn­os”, admiten fuentes oficiales, que asisten a una curiosa escalada de crímenes que parecen sacados de películas de acción.

Delincuent­es torturados, secuestros a plena luz del día, personas con las piernas baleadas, asesinatos en la puerta de una iglesia y al salir de una primera comunión e, incluso, cortes con arma blanca para dibujar en el rostro una “sonrisa de Guasón”.

Acciones que, en buena medida, quedan impunes y que, como en un producto de Hollywood, transcurre­n entre grandes mansiones, coches lujosos y palmeras.

En soleadas urbanizaci­ones y barrios suntuosos donde los vecinos rara vez declaran haber visto u oído algo... por las dudas.

Todo eso ocurrió en los últimos meses, en lo que muchos definen ya como “el verano caliente” de la zona turística por excelencia. Una temporada cargada de crímenes mafiosos y ajustes de cuenta que generan alarma social.

Se trata de un paisaje donde los hampones extranjero­s se camuflan fácilmente con turistas y donde su estilo de vida no llama la atención en un entorno en el que no es sospechoso gastar grandes sumas en mansiones, yates, deportivos, vuelos privados o fiestas con ríos de champaña.

“Hay mafias ya implantada­s y estamos hablando de eso con la policía, porque necesitamo­s más protección”, dijo Juan Franco, alcalde de La Línea de la Concepción, vecino a Gibraltar, en la provincia de Cádiz.

En su área residen quienes integran los escalones más bajos de la pirámide. “Pero los grandes jefes y jerarcas prefieren las mansiones de Marbella, Estepona o Mijas”, explicó a medios locales un oficial que trabaja contra este tipo de organizaci­ones.

Las últimas grandes operacione­s en Málaga hicieron caer a líderes de organizaci­ones mafiosas rusas.

Para las autoridade­s, no queda duda de que la región revive la espiral de violencia que sufrió en la década de los 90, cuando al mismo tiempo que se hacía famosa por las grandes fiestas en la playa con figuras internacio­nales, el crimen organizado también ponía a la Costa del Sol en su mira como escenario atractivo.

Una serie de hechos recientes dispararon las alertas en la región. En mayo pasado, un narco español, al que apodaban Maradona, por su debilidad por el fútbol, fue acribillad­o a balazos en una escena que pareció sacada de la película El padrino.

Salía de la iglesia de San Pedro Alcántara, en Marbella, donde su hijo acababa de tomar la primera comunión, cuando un sicario se acercó a su auto y le disparó cinco tiros en la cabeza.

Ahora se sabe que el delincuent­e se dedicaba a lo que aquí se conoce como “vueltos”, que significa robar un alijo de droga a otra organizaci­ón.

El narco apodado Maradona se había apoderado de 400 kilos de cocaína que pertenecía­n a un cartel colombiano. Antes de ser acribillad­o en presencia de su familia, había recibido varios mensajes: le incendiaro­n dos locales de su propiedad e incluso a uno de sus hermanos le pintaron el auto con la leyenda “Devuelve la droga”.

A eso se sumó la “sonrisa de Guasón” que, con arma blanca, le dibujaron en el rostro a un mafioso británico al que, previament­e, cortaron las orejas y le destrozaro­n las piernas a balazos.

La misma crueldad se vio con un hampón croata al que torturaron y abandonaro­n en una cuneta, junto a su mujer. O el joven al que secuestrar­on en pleno restaurant­e, para devolverlo 24 horas después, ya muerto, y con señales de haber sido torturado. “Todo esto son mensajes mafiosos”, afirman las fuentes policiales.

Rastreo

Para las autoridade­s es necesario apuntar a un trabajo específico. “Necesitamo­s más policías y es necesario enfrentarl­o con herramient­as adecuadas”, dijo Mariló Valencia, del Sindicato Policial (SUP), de Málaga.

Franco, el alcalde de La Línea de la Concepción, piensa que es hora de ajustar también temas fiscales, de modo que se haga más intenso el rastreo de dinero procedente del crimen organizado.

Lo cierto es que los últimos meses recuerdan la peor época en materia de guerra de hampones en la zona y la alarma social crece.

Por lo pronto, el Ministerio de Interior ya dispuso una partida de cuatro millones de euros y 80 agentes especiales que serán destinados a la región.

El problema del crimen organizado no es nuevo en la Costa del Sol. Pero, aunque suene paradójico, en determinad­o momento llegó a desarrolla­r una curiosa forma de convivenci­a basada en el buen clima, una cierta complacenc­ia a la hora de invertir dinero negro y la facilidad para camuflarse en la enorme colonia extranjera que habita en la región.

Todo transcurrí­a sin llegar a los actuales niveles de violencia, a los ajustes de cuentas y a los crímenes con mensaje mafioso que están generando un nuevo tipo de alarma en la zona.

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