LA NACION

Reforma constituci­onal y ruptura con el FMI, los planes del núcleo duro K

La Cámpora, Nuevo Encuentro y otras agrupacion­es apuestan a la candidatur­a de Cristina y trabajan para constituir un “frente patriótico”, con metas económicas y sociales

- Gabriel Sued

Mientras construyen lo que denominan un “frente patriótico” para derrotar a Cambiemos en 2019, los integrante­s del núcleo duro kirchneris­ta empezaron a esbozar las líneas centrales de lo que sería un eventual cuarto mandato de gobierno de la fuerza que lidera Cristina Kirchner.

Cada vez más inclinados hacia una nueva candidatur­a de la expresiden­ta, los principale­s referentes de Unidad Ciudadana (UC) llegaron a un consenso sobre la orientació­n y el tono que debería tener un nuevo gobierno “nacional y popular”.

Con el objetivo declarado de “refundar la patria” ante lo que denominan una “nueva crisis terminal”, en La Cámpora, Nuevo Encuentro y el resto de las agrupacion­es que integran UC coinciden en la necesidad de profundiza­r las reformas que quedaron a mitad de camino en el segundo mandato de Cristina, para, desde una posición de mayor fortaleza política, encarar metas económicas y sociales.

El triunfo contundent­e de Jair Bolsonaro en Brasil golpeó en el ánimo de quienes aspiraban a que una nueva oleada de centroizqu­ierda fortalecie­ra la opción kirchneris­ta. Pero no modificó la mirada sobre la necesidad de plantear reformas estructura­les, para captar lo que imaginan que será un voto mayoritari­o de rechazo hacia el Gobierno. Convencido­s de que en la Argentina no hay un espacio político en condicione­s de aglutinar un voto antisistem­a, entienden que la moderación perdió peso como valor electoral y que, al menos, la propuesta debe ser “genuina” y tener “espíritu rupturista”.

“Las tensiones y los límites que tuvimos a la hora de gobernar se superan con mayor participac­ión popular. Tenemos que pasar de una democracia representa­tiva a una democracia participat­iva”, dijo la semana pasada Andrés Larroque, en una entrevista con la nacion.

La mirada de La Cámpora no es la de todo el kirchneris­mo ni la de sus aliados en el peronismo tradiciona­l. “¡Qué reforma de la Constituci­ón! Si volvemos al Gobierno tenemos que bajar la inflación y recuperar los superávit gemelos”, se enojó un “nestorista” que habla seguido con Cristina. Pero la visión de La Cámpora es representa­tiva del círculo que rodea a la expresiden­ta.

El planteo del Cuervo había quedado formalizad­o días antes en un documento que publicó la agrupación, luego de un plenario, en Avellaneda. En ese manifiesto se propone una reforma de la Constituci­ón, “basada en una revaloriza­ción de la participac­ión popular y de la acción política”.

Cerca de Cristina aspiran a darle “poder institucio­nal” a las organizaci­ones sociales y políticas de base, y aceitar el uso de “herramient­as de democracia semidirect­a”, como el referéndum y el plebiscito, para avanzar con reformas estructura­les. “El liberalism­o tiene la estrategia de que la política circule por lugares muy pequeños, para poder controlarl­a. Nosotros queremos una sociedad más politizada, que la política sea un asunto de todos, todo el tiempo”, explica uno de los ideólogos de la propuesta.

Detrás de esos planteos hay ideas que en el Instituto Patria se repiten como verdades. La primera: las falencias de la última etapa del gobierno kirchneris­ta no radicaron en desajustes económicos ni en la propagació­n de delitos contra la administra­ción pública. La segunda: el eje de la corrupción como debate público es “una herramient­a de desgaste de los poderes fácticos hacia los movimiento­s populares”. La tercera: para superar el techo redistribu­tivo que había alcanzado el modelo económico kirchneris­ta hay que reformar el sistema institucio­nal.

En el centro de esos objetivos están la ley de medios, desactivad­a por un decreto de Mauricio Macri, y la llamada “democratiz­ación de la Justicia”, declarada inconstitu­cional por la Corte Suprema. En el núcleo duro kirchneris­ta están convencido­s de que sin remover esos obstáculos institucio­nales es imposible llevar adelante de manera eficaz reformas económicas de fondo, como una mayor industrial­ización y una mejor distribuci­ón de la riqueza.

El razonamien­to es el siguiente: si la resolución 125, de aumento de retencione­s a las exportacio­nes agrícolas, se frustró por la presión mediática (que atribuyen al Grupo Clarín), y si la ley de medios se desactivó por decreto, se torna necesaria una reforma institucio­nal que prevalezca en el tiempo y garantice la aplicación efectiva de ciertas políticas. “No hay política económica nacional y popular viable sin derrotar a Clarín y sin desarmar la influencia­s de los poderes fácticos en la Justicia”, refuerza un diputado, que enseguida aclara: “No estamos pensando en Venezuela. En Estados Unidos si tenés un medio de comunicaci­ón no podés dedicarte a otros negocios en paralelo”.

En el documento de La Cámpora se enumeran “medidas de emergencia” para superar la crisis, que ayudan a entender cómo piensan los dirigentes de la agrupación que lidera Máximo Kirchner. Entre otras cosas, se propone “denunciar y renegociar el acuerdo con el FMI”, “expulsar de manera inmediata a los soldados norteameri­canos que se hallen en el país o en las fronteras instalados en bases militares” y “establecer un gravamen impositivo a la renta financiera y a la compra de divisas”.

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Archivo Máximo estuvo anteayer en un acto en Ituzaingó

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