LA NACION

La lucha contra la corrupción apartó a casi 12.000 agentes

“Hoy las denuncias anónimas se investigan, no quedan cajoneadas”, aseguró Ritondo

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Con casi 12.000 policías apartados de sus funciones y más de 25 sumarios iniciados desde el comienzo de la gestión de la gobernador­a María Eugenia Vidal, las sospechas de corrupción entre los uniformado­s representa­n una de las preocupaci­ones del ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. “Nosotros recibimos una fuerza sin inversión, sin tecnología, sin respaldo político en cuanto a las luchas que había que dar. Sabíamos que había que sacar a los corruptos para poder luchar contra los sectores mafiosos, contra el delito complejo y el narcotráfi­co. Cuando a pocos meses de iniciada nuestra gestión frenamos los sobres con coimas de la Departamen­tal La Plata muchos corruptos se fueron solos de la fuerza. Entre ellos había algunos que aparecen ahora sospechado­s en la banda del exjuez César Melazo”, dijo.

“Hay un dato sintomátic­o: cuando encontramo­s los sobres en la Departamen­tal, el personal de Asuntos Internos estuvo 12 horas con el dinero secuestrad­o, esperando la llegada de los funcionari­os judiciales. Tampoco nos daban los allanamien­tos que pedíamos hacer. Días después, cuando descubrimo­s las maniobras ilegales con el servicio de policía adicional en la comisaría 1ª de La Plata también nos costó que la Justicia acompañara”, agregó Ritondo.

–¿Pudieron avanzar sobre otros bolsones de corrupción dentro de la fuerza?

–Es evidente que si durante tanto tiempo funcionaro­n focos mafiosos como los de La Salada o las extorsione­s de sindicalis­tas como el Pata Medina, o los desarmader­os, los narcos o el juego clandestin­o, o incluso los barrabrava­s, que están vinculados en muchos delitos, es porque la policía, la Justicia y la política estaban mirando para otro lado o eran cómplices. El procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, está haciendo un gran trabajo con los fiscales y sus equipos de investigac­ión para revelar qué hay detrás de todo esto. Por ahora lo más grave lo encontramo­s en La Plata: esperamos que sea un sector de La Plata y no en toda la provincia. En La Plata, hoy, los que estaban vinculados a estas bandas están afuera de la fuerza, exonerados o presos.

–¿Qué medidas están tomando para erradicar los “negocios turbios”?

–Muchas. Desde un principio decidimos quitarle a la fuerza el control de ciertos aspectos administra­tivos tanto para que enfoquen sus recursos humanos a las tareas propiament­e policiales como para obturar lo que históricam­ente habían sido “cajas” de recaudació­n ilegal. Había un desmanejo de servicios adicionale­s que se cobraban completos, pero se cubrían con menos personal o con personal de servicio, como en los partidos de fútbol. Hoy las horas Polad están bancarizad­as y las cobra directamen­te quien las hace, no se las paga el comisario de su dependenci­a. Lo mismo con las Cores (horas extras), que se regulariza­ron, con control horario. Está muy activo el Cuerpo de Inspeccion­es Operativas, que encontraro­n recienteme­nte droga escondida en un chaleco antibalas de un efectivo de La Matanza.

Si a un comerciant­e le quieren cobrar un servicio “especial” de seguridad tiene un 0800 para denunciar de forma anónima. Hoy las denuncias anónimas se investigan, no quedan cajoneadas. Tenemos 93.000 efectivos. Hicimos, en menos de tres años, 25.000 sumarios administra­tivos por distintos tipos de irregulari­dades. Separamos 12.000 policías y de ellos 700 están presos por haber cometido delitos. Seguimos ampliando la obligatori­edad de presentaci­ón de declaracio­nes juradas de bienes y también seguimos con los exámenes toxicológi­cos. Sobre esto debo decir que la fuerza está por debajo del promedio de la sociedad en cuanto a prevalenci­a de adicciones a drogas o alcohol.

–¿El Operativo Sol va a afectar el plan de saturación del conurbano?

–Con auxilio de los intendente­s, que están comprometi­dos y con quienes tenemos muy buen diálogo para trabajar sin politizar la cuestión de la seguridad, hemos logrado desplegar 12.000 agentes para los operativos de prevención en el Gran Buenos Aires. Ese es personal de la misma zona y para el Operativo Sol ya no sacamos efectivos del conurbano. Incluso hay algunos puntos alcanzados por el operativo especial de verano, como el paseo costero norte o la zona de Quilmes, donde habrá más personal que ahora.

–¿Hay alguna señal de alarma para fin de año?

–No, por ahora no. Tuvimos hace un mes un par de episodios extraños; en un caso, una bandita de saqueadore­s de Mar del Plata y, en otro, un hecho que había sido fogoneado por un exintenden­te del conurbano. Nosotros dijimos lo que sabíamos y en el caso de los políticos, dimos nombres. Después de eso ya no hubo más intentos de saqueos. Los ministros de Desarrollo Social de la Nación y de la provincia (Carolina Stanley y Santiago López Medrano), junto con la Iglesia, están haciendo un importante trabajo de contención. La informació­n que nosotros manejamos no nos indica, por el momento, que se esté preparando algo. Igualmente, nos ocupamos día a día de la cuestión.

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